La belleza y la t¨¦cnica de Sara Baras encandilan en La Uni¨®n
La bailaora gaditana present¨® 'Sue?os' el lunes en el Festival del Cante de las Minas arropada por un p¨²blico totalmente entregado. Anoche, Enrique Morente, artista homenajeado este a?o en el certamen, estren¨® 'Minerico'.
Los zapatos negros, regados de polvo de talco, el vestido color marfil colgado de la percha, unos pocos cosm¨¦ticos sobre la mesa y unos cigarrillos sueltos perfectamente alineados. El calor del camerino no parec¨ªa afectar a la bailaora que hablaba sin parar. Era la tercera vez que Sara Baras (San Fernado, C¨¢diz, 1971) pisaba el escenario del Festival Internacional del Cante de las Minas, en la localidad murciana de La Uni¨®n, y los nervios no hab¨ªan hecho su aparici¨®n. "Cinco minutos antes de empezar me dar¨¢ el ataque, pero ahora estoy tranquila", cont¨® la artista, a la que acababan de regalar una foto en la que se la ve¨ªa con el guitarrista Paco de Luc¨ªa. "Hay que darles las gracias a Paco, a Camar¨®n y a Carmen Amaya porque ellos han engrandecido este arte y han contribuido a sacarlo fuera de nuestras fronteras. Si el flamenco fuera de otro sitio, estar¨ªa en lo m¨¢s alto, pero aqu¨ª no se le hace ni caso, es el patito feo de la cultura: para los j¨®venes es muy d¨ªficil situarse, y no digamos sacar adelante una compa?¨ªa".
A sus 33 a?os, Baras ha triunfado en los Campos El¨ªseos de Par¨ªs, en Nueva York, en Jap¨®n y en La Habana. Pese a su juventud, la artista dispone de compa?¨ªa propia. Con ella present¨® el lunes por la noche Sue?os, un espect¨¢culo sin argumento dedicado a glosar siguiriyas, sole¨¢s, farrucas y dem¨¢s palos del flamenco. Hace a?os que estren¨® el mismo espect¨¢culo, pero ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Sue?os se representar¨¢ en Madrid en el teatro Lope de Vega a partir del d¨ªa 17 durante tres semanas. "Tener compa?¨ªa propia supone un peso, que limita un poco porque tienes que preocuparte de todo y lo ¨²ltimo acaba siendo lo tuyo, pero me siento orgullosa de poder sacarlo adelante".
Quince artistas sobre el escenario. Dos guitarras, un caj¨®n -recuperado para el flamenco por Paco de Luc¨ªa desde Per¨²-, un viol¨ªn -que aporta el toque rom¨¢ntico a las composiciones- y dos cantaores y palmeros constituyen el soporte musical de la coreograf¨ªa de base (cinco bailaoras y dos bailaores) del artista invitado para este espect¨¢culo Jos¨¦ Serrano -est¨¦tica al m¨¢s ind¨®mito estilo de Sierra Morena en versi¨®n glamourosa- y de la propia Sara Baras. Vestido color marfil colgado de dos tirantes y peinado al modo Romero de Torres, la salida a escena de la bailaora hace enmuceder el Mercado. La libertad que le supone en este espect¨¢culo el hecho de no tener que sujetarse a gui¨®n alguno refleja la madurez que ha experimentado la artista. De repente, el aire se llena de espirales, su cuerpo empieza a formar h¨¦lices imposibles, y sus mu?ecas y brazos trazan volutas y arabescos.
Despu¨¦s introduce como una de las novedades la farruca, un baile de hombres que ella interpreta con un aire muy torero, ataviada con un pantal¨®n negro de peto, que levant¨® los primeros piropos del p¨²blico que llen¨® hasta la bandera el Mercado de La Uni¨®n. Acostumbra a bailar con trajes sueltos que en nada recuerdan la est¨¦tica de los volantes y lunares. No es tampoco la primera int¨¦rprete que usa pantalones, pero ha creado su propio estilo. Es guapa, simp¨¢tica y buena bailaora. Sus seguidores, nada que ver con la est¨¦tica del medall¨®n y la camisa desabrochada, parecen conocer el car¨¢cter de esta artista que baila hacia afuera, y jalean sus movimientos fascinados; los aplausos tienen en ella un efecto hipn¨®tico, parece como si la llevaran en volandas. A nadie parece importarle que la coreograf¨ªa apenas tenga nivel. Baras est¨¢ lanzada y arroja besos sin parar, como parte del espect¨¢culo. Como si de la ¨®pera se tratara, las normas del festival no permiten que el p¨²blico entre y salga del Mercado entre canci¨®n y canci¨®n, lo que no siempre se respeta. Tampoco la distraen las sinton¨ªas de los m¨®viles encendidos en plena representaci¨®n o los flases de los admiradores que disparan sus c¨¢maras.
Tras el cicl¨®n Sara Baras, el festival lleg¨® anoche a su punto m¨¢s alto: Enrique Morente, artista homenajeado este a?o, present¨® Minerico, un concierto cuyo repertorio era un reconocimiento al esforzado mundo de los mineros. Fue la culminaci¨®n de unas jornadas en las que catedr¨¢ticos y flamenc¨®logos debatieron sobre la figura de este cantaor que pasa por ser el gran innovador del flamenco.
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