Grecia, vigilada por tierra, mar y aire
Las medidas de seguridad, presididas por el despliegue de 16 aeronaves y seis Awacs de la OTAN, ya est¨¢n operativas
Justo tres d¨ªas antes de la apertura de sus Juegos y entre la mayor de las discreciones posibles, Atenas toc¨® el bot¨®n de la seguridad para ponerlo a funcionar al cien por cien. Desde el martes por la noche, todas las medidas de seguridad tomadas por el comit¨¦ organizador y el Gobierno griego, en colaboraci¨®n con la OTAN, est¨¢n operativas. Los casi 1.500 millones de euros que los griegos se han gastado apelando a la seguridad pasan ya su primer test.
Invisibles para los atenienses y para los escasos turistas que visitan la ciudad, aviones griegos Mirage planean desde la madrugada de ayer por el cielo de la regi¨®n del ?tica, la zona en la que se encuentra situada la capital. 24 horas al d¨ªa, 16 aeronaves controlan desde lo alto los movimientos que se producen en suelo ateniense. Ocho de ellos vuelan constantemente a 20.000 pies de altura, en el ?tica; otro par de aviones vigilan las otras cuatro ciudades ol¨ªmpicas, Sal¨®nica, Volos, Patras e Iraklio, que desde ayer acogen las fases previas del torneo de f¨²tbol.
?sa es s¨®lo una parte del contingente. Junto a las aeronaves griegas, montan guardia los seis aviones AWACS cedidos por la OTAN. Sus radares examinan a conciencia hasta el ¨²ltimo punto del espacio a¨¦reo griego. Tres de ellos lo hacen de forma constante y los otros tres est¨¢n preparados para entrar en acci¨®n. La base de Aktion, en el oeste de Grecia, acoge a cuatro de los AWACS de la OTAN y los otros dos permanecen en bases italianas.
Al margen de la vigilancia a¨¦rea, tambi¨¦n la terrestre ha empezado a mover sus efectivos. Una divisi¨®n de la armada griega, especialmente formada para actuar durante los Juegos, ha sido desplegada. Se trata de un contingente de 11.000 soldados cuya misi¨®n consiste en vigilar las instalaciones ol¨ªmpicas y los espacios p¨²blicos que pudieran ser objetivo de los terroristas. En su manual de trabajo, se estipula que pueden recurrir a la fuerza, siempre y cuando se lo ordene un superior, en caso de autodefensa o si presencian la comisi¨®n de alg¨²n crimen.
Consciente de que todo el dispositivo funciona a pleno rendimiento, ayer lleg¨® a Grecia Goerge Bush, el ex presidente de los Estados Unidos. Acompa?ado de su esposa Barbara y de dos de sus nietas, el padre del actual presidente estadounidense aterriz¨® en el aeropuerto de Kabala, rodeado de las m¨¢s extremas medidas de seguridad. Protegida por agentes del FBI, la familia Bush vol¨® desde Suiza en un Boing 757 y, posteriormente, se desplaz¨® en helic¨®ptero hasta el litoral de la ciudad de Kabala. All¨ª les esperaba un lujoso yate -el mismo que utilizar¨¢, con posterioridad, el presidente ruso Vladimir Putin-, propiedad del magnate griego Spyros Latsis, para realizar un crucero. En su periplo por el Egeo, el ex presidente de Estados Unidos est¨¢ acompa?ado por 20 agentes del FBI.
Al margen del personal dedicado a la protecci¨®n de dirigentes, tambi¨¦n en la Villa Ol¨ªmpica se encuentran polic¨ªas extranjeros para la seguridad de los atletas. Seg¨²n han confirmado algunos deportistas, se trata de agentes que visten como atletas y que se valen de la mayor discreci¨®n. El diario griego Eleftherotypia sosten¨ªa ayer que estos polic¨ªas, unos 500 podr¨ªan disponer de armas en caso de producirse situaciones cr¨ªticas.Adem¨¢s, a?ad¨ªa, detr¨¢s del autocar de cada delegaci¨®n al menos dos polic¨ªas armados griegos velan por la seguridad de los atletas. Si la delegaci¨®n es seguida por representantes diplom¨¢ticos, agentes armados extranjeros se incorporan a la vigilancia.
![Lanzaderas de misiles en la base a¨¦rea que se encuentra junto a la Villa Ol¨ªmpica.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SOBVY4XVD5GB45HO7SO3ORTKY4.jpg?auth=d8c22b17adf307c096c827c3e09310f94e3f42d5283114fef3687e9171829b88&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.