Fuegos de verano
Est¨¢ siendo ¨¦ste un verano de fuego, con calores saharianos, incendios provocados y playas a tope, aunque los hoteleros se quejan de baja ocupaci¨®n. Y un verano pol¨ªtico extra?o, como si estuviera aquejado del terr¨¢ que azota el aire malague?o. Hay fuego y si en el Partido Popular (PP), ilustres barones no se dejan amilanar por el eterno Arenas, entre los socialistas andaluces las elevadas temperaturas las marca el presidente catal¨¢n.
Maragall no est¨¢ por la labor de hacerle placenteras las vacaciones al presidente andaluz, Manuel Chaves. El ¨®rdago del presidente catal¨¢n ha hecho que el gallinero del PP andaluz y de sus apoyos medi¨¢ticos se soliviante, cacaree, y saque pecho en este mes de un calor rabioso. Chaves, que no suele perder la calma, curtido como est¨¢ en una y mil batallas, ya ha dicho que no quiere una Espa?a asim¨¦trica, con comunidades de varias velocidades. Maragall, al que no se le puede negar su innata capacidad para generar tensiones dentro y fuera de su partido, pidi¨® a Chaves que Andaluc¨ªa se sumara al carro de las comunidades hist¨®ricas, lo que puso de manifiesto su desconocimiento del proceso auton¨®mico andaluz.
Ni Maragall, ni Chaves, aunque quisiera, pueden saltarse la norma que nos dimos todos los andaluces cuando mayoritariamente votamos la autonom¨ªa por el art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n. Como ha sostenido el catedr¨¢tico Javier P¨¦rez Royo en estas mismas p¨¢ginas, "Andaluc¨ªa no puede ir contra su propio origen como comunidad aut¨®noma".
A¨²n sabiendo que Chaves no estar¨¢ por acompa?ar y, menos, apoyar a Maragall en sus disquisiciones filos¨®ficas y sem¨¢nticas, el fil¨®n dado a las huestes del PP, liderados este agosto por Antonio Sanz, chusquero en guardia permanente, es de nota.
Me permiten un recuerdo personal y entra?able de un hombre bueno y cabal como fue Alfredo P¨¦rez Cano, que fuera, entre otros muchos puestos de responsabilidad pol¨ªtica, presidente de la Caja San Fernando. Estar¨¢ paseando su inquisidora y desconfiada mirada por los cielos andaluces, vigilando el proceloso camino de la fusi¨®n de las cajas. Reservado y discreto hasta l¨ªmites desconocidos en un pol¨ªtico se lleva a la tumba los mejores secretos de los a?os vividos junto al presidente andaluz, Manuel Chaves. Descanse en paz.
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