"Me lo tomo con calma. Esto es un juego"
Pabell¨®n de San Fernando, C¨¢diz. Roberto Due?as espera a que acabe el "entreno" preol¨ªmpico y cuenta un rato su vida.
Pregunta. ?S¨®lo juega cuando hay Juegos?
Respuesta. Bueno, dej¨¦ la selecci¨®n para descansar aconsejado por los m¨¦dicos, pero volver a unos Juegos es irrepetible.
P. ?Descansa m¨¢s por m¨¢s alto?
R. Cada uno tiene lo que tiene.Los m¨¦dicos quieren que me cuide la espalda, pero durante la temporada casi no hay tiempo.
P. ?Pillaremos algo en Atenas?
R. La medalla es dif¨ªcil, pero el nivel es muy parejo y puede pasar de todo, desde estar arriba a estar abajo. Todo depender¨¢ del primer partido. La receta del ¨¦xito no existe. Y el deporte es eso: no hay pasado, s¨®lo vale ganar, ganar, ganar.
P. Aquello que nos ense?aban, que lo importante es participar...
R. Es una frase para los perdedores.
P. ?De peque?o ya quer¨ªa jugar al baloncesto?
R. Jugaba a todo, en esto empec¨¦ tarde.
P. Le descubrieron en la parada del autob¨²s.
R. S¨ª, con 17 a?os, en el 93. Iba a estudiar a M¨®stoles, un entrenador de Fuenlabrada me vi¨®, me esper¨® a los tres d¨ªas y me fich¨®. Jugu¨¦ en Primera B y luego ya me fich¨® el Bar?a.
P. Ser¨¢ antimadridista.
R. Bueno, el Madrid me hizo una prueba y no me cogi¨®. Pero no soy anti nada. Aunque en Barcelona estoy muy contento, la gente me quiere y me siento muy identificado con el equipo.
P. ?Y con el catalanismo?
R. Es redundante, m¨¢s que un club, un sentimiento especial. El pueblo siente los colores.
P. Para eso, Estudiantes.
R. S¨ª, es un equipo que le gusta a todo el mundo. Mucha cantera, no tienen la obligaci¨®n de ganar siempre, es un equipo simp¨¢tico.
P. ?El f¨ªsico predestina?
R. Todos estamos predestinados para algo. En mi caso la estatura result¨® decisiva. Y eso tiene ventajas y desventajas. Al principio, de m¨¢s joven, no sales de casa. Luego te habit¨²as y lo que a otros les parece anormal, para ti es normal.
P. ?Al nacer era ya muy alto?
R. No, nac¨ª normal. Di el estir¨®n a los 14 o 15 a?os.
P. As¨ª que el baloncesto le dio la normalidad.
R. S¨ª, te ayuda. Pasas el tiempo con gente muy alta.
P. Pero sus zapatillas no est¨¢n personalizadas como las de Gasol.
R. Es que ¨¦se es un mega crack.
P. ?Se ve jugando en EE UU?
R. No me hace mucha gracia, aqu¨ª el trato es m¨¢s humano, aquello es m¨¢s fr¨ªo.
P. ?Ve mucho la televisi¨®n?
R. No, y no entiendo c¨®mo la gente se traga esos co?azos del coraz¨®n. Es pat¨¦tico.
P. ?Gana buena pasta?
R. Soy un privilegiado, s¨ª: hago lo que me gusta y me pagan bien. Sin compararme con los del f¨²tbol, claro.
P. ?El dinero da la felicidad?
R. Ayuda, pero lo importante es saber de d¨®nde vienes, conocer tu origen, saber que las cosas no son f¨¢ciles y que desgraciadamente es dif¨ªcil cambiar el mundo, aunque a todos nos gustar¨ªa hacerlo.
P. ?Y el deporte lo cambia?
R. Sirve para que la gente sea m¨¢s feliz, o al menos para dar espect¨¢culo.
P. ?Usted se divierte jugando?
R. Tengo fama de t¨ªmido y de introvertido, pero s¨ª, me divierto mucho.
P. Nadie lo dir¨ªa.
R. La imagen a veces no tiene que ver con la realidad. Yo me lo tomo con calma. Bastantes cosas hay en la vida para preocuparse. El baloncesto es un juego. S¨®lo eso.
P. Pero usted se entrega.
R. Al cien por cien.
P. Ah¨ª hay 20 ni?os esperando su aut¨®grafo.
R. Muchos no saben ni qui¨¦n eres. Pero si no fuera por ellos no ser¨ªamos nada, as¨ª que hay que tratarles bien.
P. Siendo tan alto, ?hace falta tirar o s¨®lo ponerlas dentro?
R. Nunca pens¨¦ que para m¨ª fuera m¨¢s f¨¢cil. Tengo estatura pero peor f¨ªsico, menos velocidad, cualidades distintas, aprovecho lo que puedo y trato de dejar ver lo menos posible mis defectos.
P. ?Esto es m¨¢s f¨ªsico o cabeza?
R. Un conjunto. Si tienes un f¨ªsico excelente y no sabes leer el juego est¨¢s perdido. Pero el que tiene un gran f¨ªsico no suele tener buena cabeza.
P. ?Qu¨¦ es el bal¨®n?
R. Sin ¨¦l no ser¨ªamos nada. Ser¨ªamos... cestistas.
P. ?A qu¨¦ huele el vestuario?
R. A humanidad.
P. Dicen que es el m¨¢s listo del equipo.
R. Tengo mis dudas.
La fragilidad del gigante
2,21 de estatura, 137 kilos de peso y un 54 de pie son las cifras del techo de la selecci¨®n espa?ola de baloncesto, que el domingo empieza su periplo ol¨ªmpico. Ausente desde Sidney 2000, Roberto Due?as (Fuenlabrada, 1976) vuelve para aportar altura y sentido com¨²n. Desde joven sufre la fragilidad del gigante que le machaca la espalda. Sin el glamour ni la agilidad de Gasol, su cara picassiana esconde una inteligencia fina y un car¨¢cter sensato y simp¨¢tico.
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