H¨¦rcules en ba?ador
Michael Phelps participar¨¢ en 18 pruebas en siete d¨ªas durante su impresionante desaf¨ªo ol¨ªmpico
La rutina ser¨¢ la de siempre. Michael Phelps aparecer¨¢ hoy acompa?ado por siete nadadores, se acercar¨¢ al poyete de salida, lo secar¨¢ minuciosamente para evitar un resbal¨®n, se ajustar¨¢ las gafas y el gorro, se quitar¨¢ los peque?os cascos que le permiten escuchar obsesivamente a sus ¨ªdolos del rap, escuchar¨¢ el sonido de salida y se lanzar¨¢ al agua. No ser¨¢ un d¨ªa cualquiera, uno de los miles que han configurado sus d¨ªas como nadador desde que aprendi¨® a relacionarse con el agua. Ten¨ªa siete a?os, odiaba introducir la cabeza en el agua y comenz¨® a nadar de espaldas. Han pasado doce a?os desde entonces y ahora es un maestro de todos los estilos, con excepci¨®n de la braza, a la que apenas dedica tiempo y entrenamiento. Phelps, 19 a?os, se lanzar¨¢ hoy a la piscina con el mandato que se ha impuesto: ganar en los 400 metros estilos la primera de las siete, quiz¨¢s ocho, medallas de oro en los Juegos de Atenas y eclipsar la marca obtenida por Mark Spitz en Munich 72. Spitz conquist¨® siete de oro. Phelps quiere m¨¢s. Ser¨¢ casi imposible, pero el sue?o no se lo quita nadie.
La mercadotecnia revela que es el deportista con m¨¢s potencial publicitario del equipo estadounidense
Es un animal acu¨¢tico. Se dice que fuera del agua es un muchacho descoordinado
Dedica sus horas a escuchar a los grandes del 'rap' y a arreglar un viejo Cadillac
Phelps es un animal acu¨¢tico. Se dice que fuera del agua es un muchacho descoordinado, bastante torpe, sin ninguna gracia. En el agua es un pez de 1,94 metros que dispone de una morfolog¨ªa perfecta: un tronco largu¨ªsimo, unas piernas insospechadamente cortas, una envergadura de brazos de casi 2,05 metros y unos pies notables. No son las aletas de Ian Thorpe, pero le sirven. En el agua es un l¨¢tigo. As¨ª ha sido desde que comenz¨® a nadar en el club NBAC de Baltimore. Sus padres, procedentes de la cuenca minera de West Virginia, estaban en pleno proceso de divorcio y la madre decidi¨® convertir la piscina en un refugio para sus hijos. Para Whitney Phelps, una de las dos hermanas de Michael, era el lugar que le preservaba de los gritos y los reproches que escuchaba en su casa. Whitney era la estrella la familia. Una nadadora con un potencial enorme. Michael la tom¨® como modelo. Comenz¨® a nadar con siete a?os y desde entonces no ha parado. No recuerda cinco d¨ªas en los ¨²ltimos cuatros en los que no haya entrenado. Est¨¦ donde est¨¦, siempre encuentra una hora para lanzarse al agua. Es su elemento, el lugar donde se siente invulnerable.
Ahora es un muchacho millonario de 19 a?os, codiciado por varias de las mayores multinacionales. Quieren unir su nombre al del hombre que est¨¢ decidido a protagonizar los Juegos de Atenas. Los estudios de mercadotecnia revelan que Phelps es el deportista con m¨¢s potencial publicitario del equipo estadounidense. Es decir, el de mayor potencial en el mundo. Los expertos de Octagon, la agencia que dirige sus pasos desde hace cuatro a?os, consideran que Phelps podr¨ªa ingresar cerca de 50 millones de euros si consigue su objetivo en Atenas, las siete medallas de oro que tendr¨¢ que conquistar en siete d¨ªas. La haza?a es casi imposible. Phelps se encontrar¨¢ con algunos de los mejores nadadores de todos los tiempos: el australiano Ian Thorpe en los 200 metros libres, su compatriota Ian Crocker en los 100 mariposa, el magn¨ªfico equipo australiano en los relevos 4x200. Se dir¨ªa que Phelps va directo al desastre, pero en sus planes no hay lugar para el pesimismo. Hay algo cierto. Si alguien quiere ganarle, tendr¨¢ que batir el r¨¦cord del mundo. De lo contrario, vencer¨¢ Phelps. Eso explica la naturaleza de Phelps como nadador, sin duda el m¨¢s completo que jam¨¢s se ha visto.
Su fanatismo por el agua no admite comparaci¨®n. Nadie entrena m¨¢s y con m¨¢s intensidad. Nadie se queja menos. Ha puesto su vida a disposici¨®n de Bob Bowman, el entrenador que dirige su carrera deportiva desde los diez a?os. De Bowman, un tipo rechoncho, soltero, de aire marcial, se dice que desayuna, come y cena nataci¨®n. Pas¨® por varios centros antes de recalar en Baltimore, Maryland, en la costa Este americana, en las ant¨ªpodas de la dorada California, la meca de la nataci¨®n. En Baltimore descubri¨® a Phelps y ya no se movi¨® de all¨ª. Inmediatamente supo que estaba ante un fen¨®meno irrepetible. Con 10 a?os, Michael comenz¨® a batir los r¨¦cords nacionales de su grupo de edad. Poco despu¨¦s, Bowman reuni¨® a sus padres. Les dijo que se sentaran porque la noticia pod¨ªa impresionarles. "Con 15 a?os, Michael ser¨¢ un nadador de primer nivel que probablemente atender¨¢ como espectador a los Juegos 2000. En el a?o 2004 formar¨¢ parte del equipo estadounidense y luchar¨¢ por algunas medallas. Poco despu¨¦s batir¨¢ sus primeros r¨¦cords del mundo. En el a?o 2012 ser¨¢ el mejor nadador del mundo", les anunci¨® Bowman. Esto es lo que ha pasado: con 14 a?os se clasific¨® para los Juegos de Sidney; con 15 fue finalista ol¨ªmpico en 200 mariposa; con esa edad se convirti¨® en el nadador m¨¢s precoz en batir un r¨¦cord del mundo (200 mariposa); con 18 bati¨® cinco r¨¦cords mundiales en los Campeonatos de Barcelona (dos de ellos en el plazo de una hora, cosa que jam¨¢s hab¨ªa logrado ning¨²n nadador); con 19, ocho a?os antes de lo previsto por su entrenador, es el mejor del mundo.
Se separaron sus padres y Phelps mantuvo su fijaci¨®n por el agua. Su relaci¨®n con el padre, un polic¨ªa reci¨¦n jubilado, ha sido dif¨ªcil. Debbie, su madre, una antigua maestra que ahora trabaja en el sistema de educaci¨®n del estado de Maryland, ha tutelado su educaci¨®n y las de sus hermanas. Una de ellas, Whitney, era la mejor especialista de mariposa en 1996, el a?o de los Juegos de Atlanta. Una lesi¨®n en la espalda le impidi¨® conquistar un puesto en el equipo ol¨ªmpico. Michael ha comentado que su hermana vivi¨® aquella frustraci¨®n como una tragedia. Desde entonces parece que cada una de sus haza?as es una ofrenda a Whitney. Obsesivo para entrenarse, competitivo como ning¨²n otro, convencido de que vive sue?o glorioso, Phelps procesa nataci¨®n por todos los costados. Ni tan siquiera ha ingresado en la universidad, la ruta obligada de los nadadores estadounidenses. Phelps se hizo profesional con 16 a?os y se mantuvo a las ¨®rdenes de Bowman en Baltimore. Despu¨¦s de los Juegos cambiar¨¢ de ciudad. Bowman ha aceptado la oferta para dirigir al equipo de la Universidad de Michigan y Phelps le seguir¨¢ para entrenarse con ¨¦l.
Bowman suele decir que "Michael lleva una vida muy afortunada, con la excepci¨®n de cinco horas diarias de tortura". Sus m¨¦todos de entrenamiento est¨¢n dirigidos casi ¨²nicamente a mejorar el rendimiento de Phelps en el agua. Fuera de su elemento, Phelps apenas levanta pesas o y casi nunca corre por los alrededores del centro de entrenamiento junto a sus compa?eros de equipo. Su rutina es una fatigosa cadena de kil¨®metros en el agua. Nunca se queja de su trabajo. No s¨®lo es su profesi¨®n. Es su vicio. Sus aficiones son sencillas. No tiene inter¨¦s por las actividades art¨ªsticas, como Ian Thorpe, ni pretende ser un hombre de mundo. Dedica sus horas a escuchar a los grandes del rap y a arreglar un viejo Cadillac. No se le conoce novia, y si se sabe de su apetito voraz. Vive en un mundo de colesterol capaz de proporcionarle 8.000 calor¨ªas diarias. Sin embargo, su figura no denota un gramo de grasa. Fibroso, con una flexibilidad extraordinaria en sus articulaciones, su relaci¨®n con el agua es casi perfecta. Y su respuesta, tambi¨¦n. En Atenas participar¨¢ en 18 carreras, un promedio de 2,5 por d¨ªa, en un r¨¦gimen de m¨¢xima exigencia. El desgaste ser¨¢ brutal, pero Phelps destaca por un asombroso poder de recuperaci¨®n. S¨®lo as¨ª se explican los dos r¨¦cords que bati¨® en los Mundiales de Barcelona en el plazo de una hora. El fisi¨®logo lituano Genadius Sokolovas, ahora integrado en la Federaci¨®n Estadounidense de Nataci¨®n, ha estudiado los resultados de las pruebas de esfuerzo de m¨¢s de 5.000 nadadores en los ¨²ltimos 20 a?os. Despu¨¦s de una carrera importante, los niveles de ¨¢cido l¨¢ctico -la sustancia que segrega el cuerpo durante las fases de esfuerzo y que ataca a la respuesta eficaz de los m¨²sculos- de los nadadores se sit¨²an entre 10 y 15 milimoles por litro de sangre. El ¨²nico que ha registrado menos de 10 milimoles despu¨¦s de batir un r¨¦cord del mundo ha sido Michael Phelps. Despu¨¦s de lograr el r¨¦cord de 200 mariposa su nivel era de 5,8 milimoles. Este dato es una bendici¨®n para Phelps, sobre todo porque le permite una capacidad de mantener el m¨¢ximo esfuerzo durante m¨¢s tiempo que los dem¨¢s. En su desaf¨ªo de Atenas lo necesitar¨¢ m¨¢s que nunca. Al fin y al cabo, su empresa es descomunal. Ser¨¢ H¨¦rcules en ba?ador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.