Atm¨®sfera de estrellas y lunas

A pesar de su empaque monumental, Calata?azor no parece a¨²n plenamente definida como una villa tur¨ªstica. Por ¨²nicos servicios, apenas afloran tres tiendas de artesan¨ªa para el recuerdo, algunas fachadas mal restauradas y las t¨ªpicas chimeneas c¨®nicas bajo cuya imagen se retratan los turistas en fin de semana. El resto es polvo, sudor y hierro.

Con estos mimbres, Jos¨¦ G¨®mez Romea se afana en hacer rentable el segundo de sus hotelitos rurales en la provincia de Soria, tras la experiencia adquirida en la otra Casa del Cura, en la peque?a localidad de Herreros. Igual que en aqu¨¦lla, su vena art¨ªstica relampaguea en las paredes de la que fue c¨¢rcel del pueblo, establo y luego fonda, convertidas ahora en un palimpsesto de tebeo sobre los antiguos tabiques de argamasa y heno de establo, tocados por la varita m¨¢gica de este Merl¨ªn urbano. Atrevimiento u osad¨ªa, el caso es que las estancias del tricentenario caser¨®n restallan por sus colores y embrujan a fuerza de representaciones dru¨ªdicas de estelas, lluvias, lunares y estrellas plateadas que invitan al esoterismo. La pulsi¨®n on¨ªrica de G¨®mez Romea reval¨²a el amueblamiento de la casa con tapicer¨ªas fucsias, cortinajes de sari, tis¨²es de piel de leopardo y aparadores o mesillas tintados de barnices fluorescentes.

Piedra, madera y hormig¨®n

Otro estilo m¨¢s serio y depurado refleja el anexo moderno, en la misma l¨ªnea de calle, donde se sit¨²an el sal¨®n de estar y dos habitaciones gustosas, con una est¨¦tica high-tech que hace subir el list¨®n del hotel y la consideraci¨®n art¨ªstica de su propietario. Acero, hormig¨®n y aluminio se ensortijan entre reminiscencias anta?onas de piedra y madera con un discurso enhebrado al filo de dos ¨¦pocas muy distintas, la contempor¨¢nea y la medieval. Una escalera minimalista vertebra las tres plantas del edificio entre paredes sin enfoscar, flexos y l¨¢mparas luna, mobiliario vanguardista y texturas de expresi¨®n brutalista. El altar mayor del sal¨®n es una chimenea cromada de perfil c¨®nico invertido que ha robado alguna portada en las revistas de decoraci¨®n.

En los apartes del comedor, vuelta a empezar. Colores merlinescos, mesas de fiesta y una cocina cargada de buenas intenciones cuyo principal atractivo reside en la decoraci¨®n de los platos. El desayuno, para estar de vacaciones, se antoja frugal, aunque no escatima vistas sobre la hoz del r¨ªo Milanos. Antes que los desesperados del turismo rural, a este lugar vienen quienes conservan la esperanza de un futuro sin atavismos y el gusto por los mundos borgianos de escaleras y estantes. Para un pueblo como Calata?azor, ya est¨¢ bien.