Navarro y Rudy
Con las expectativas disparadas y algunas disparatadas -en la web de un diario deportivo, el 30% de los votantes opta por el oro como el resultado m¨¢s probable-, la selecci¨®n masculina de baloncesto se presenta en sociedad ante Yao Ming y su grupo de karatekas.
Pocas veces un equipo ha despertado tanta atenci¨®n e ilusi¨®n, lo que ya supone un triunfo, pues prueba que el baloncesto nunca estuvo en crisis, sino que lo estuvieron los jugadores y quienes los entrenaban. Ha bastado una generaci¨®n desinhibida y excitante para que se recupere el influjo de una especialidad de enorme tradici¨®n ol¨ªmpica y que en nuestro pa¨ªs llevaba 20 a?os aletargada.
A pocas horas del siempre complicado primer partido, no hay se?ales que contradigan o enfr¨ªen los sue?os. Espa?a presenta un cuadro compacto, profundo, con todo lo que se necesita para competir, liderado por una estrella deportivo-medi¨¢tica como Gasol, jerarquizado en su estructura y hasta ahora coherentemente dirigido.
Los jugadores forman un grupo desde hace a?os, se conocen y reconocen y saben que est¨¢n ante su primera gran oportunidad de hacer algo realmente hist¨®rico. Su preparaci¨®n ha sido impecable -sin olvidar que ha jugado a favor del ambiente-, han dado buena cuenta de sus grandes rivales y mantienen lo que les ha puesto bajo los focos: su atractiva combinaci¨®n de efectividad y espect¨¢culo, jugando sin prisas pero sin pausa, dej¨¢ndose llevar por los aspectos l¨²dicos sin pasar por alto los secretos t¨¢cticos.
La recuperaci¨®n de Due?as es una gran noticia por lo que da en consistencia, kilos y cent¨ªmetros y lo que permite, como el que Gasol juegue con mayores espacios y pueda aprovechar una de sus caracter¨ªsticas m¨¢s desequilibrantes: 2,15 metros unidos a una rapidez y coordinaci¨®n en sus movimientos inusual para su estatura. S¨®lo la ausencia de Ra¨²l L¨®pez puede augurar problemas en la direcci¨®n, pero la opci¨®n Navarro-Rudy compartiendo esa tarea puede ser interesante en momentos puntuales.
En definitiva, una plantilla suficiente y capaz para afrontar un reto en el que no hay intocables, ni siquiera la pandilla de Estados Unidos, que, con las excusas infantiles de sus jugadores m¨¢s significativos, se presenta m¨¢s vulnerable que nunca.
Ahora bien, hablar de medallas es cosa seria. El torneo permite despistes y contratiempos en la primera fase, pero es inclemente el d¨ªa clave: los cuartos de final, la l¨ªnea que separa el ¨¦xito del fracaso. Hasta entonces Espa?a deber¨¢ disputar cinco encuentros para pulir detalles, afinar sistemas y engrasar la maquinaria. El calendario es bueno al deparar una puesta en escena de dificultad media a pesar del impactante Yao Ming.
Uno de nuestros buques insignia se echa a la mar. Buena traves¨ªa.
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