Vientos de guerra en Georgia
El Gobierno georgiano intenta frenar la rebeli¨®n independentista en Osetia del Sur
El presidente de Georgia, Mija¨ªl Saakashvili, orden¨® ayer a sus tropas que no se lanzaran al ataque contra Osetia del Sur y repiti¨® las denuncias de que fuerzas extranjeras quieren empujarlo a un conflicto armado en su territorio. Pero a pesar del discurso pacifista del l¨ªder georgiano, con su llegada al poder, en Tbilisi la amenaza de una nueva guerra con Abjazia y Osetia del Sur es cada d¨ªa m¨¢s real.
Cuando Saakashvili habla de que hay quienes desean empujarlo a una guerra en su propio territorio se refiere a que Osetia del Sur forma oficialmente parte de Georgia. Pero de facto esa autonom¨ªa es independiente desde hace 12 a?os, cuando rechaz¨® los ataques de los georgianos. Desde entonces la situaci¨®n entre Tbilisi y Tsjinvali, la capital surosetia, hab¨ªa mejorado y en la l¨ªnea divisioria, patrullada por un m¨¢ximo de 1.500 soldados, no se produc¨ªan incidentes. Las cosas comenzaron a empeorar con la ca¨ªda de Eduard Shevardnadze, en noviembre pasado, y la llegada al poder de Saakashvili.
Rusia se opone a la internacionalizaci¨®n de las fuerzas de paz en el conflicto
El nuevo presidente declar¨® como tarea primordial la restauraci¨®n de la integridad territorial de Georgia, aspiraci¨®n completamente leg¨ªtima y comprensible. Para ello, Saakashvili decidi¨® comenzar por Adzharia, donde obtuvo su primer ¨¦xito al lograr exportar la revoluci¨®n de las rosas y desbancar pac¨ªficamente a Asl¨¢n Abashidze, el l¨ªder de esa otra autonom¨ªa ubicada en el suroeste del pa¨ªs. Despu¨¦s de Adzharia, el blanco elegido por los nuevos dirigentes georgianos fue Osetia del Sur (con el pretexto de la lucha contra el contrabando), pues tienen claro que Abjazia es un hueso mucho m¨¢s duro de roer.
Pero Adzharia y Osetia del Sur, ubicada en el norte de Georgia, son territorios muy diferentes. La primera era la ¨²nica autonom¨ªa formada en la ¨¦poca sovi¨¦tica, no seg¨²n el principio ¨¦tnico, sino religioso. Es decir, los adzharos son tan georgianos como los que viven en Tbilisi, s¨®lo que originalmente profesaban la religi¨®n musulmana, en lugar de la cristiana ortodoxa, mayoritaria en el pa¨ªs. Adem¨¢s, Adzharia nunca tuvo aspiraciones independentistas, ni Tbilisi jam¨¢s envi¨® sus tropas contra ella.
Osetia del Sur es otra cosa: habitada por un pueblo diferente -los osetios, tambi¨¦n viven en Rusia donde forman la autonom¨ªa de Osetia del Norte-, declar¨® su independencia ante la pol¨ªtica agresiva del primer presidente georgiano, el nacionalista Zviad Gamsajurdia, y luego la defendi¨® exitosamente con las armas en la mano. La aspiraci¨®n de los surosetios es pasar a formar parte de la Federaci¨®n Rusa.
El objetivo de Tbilisi, por supuesto, es recuperar el control sobre Osetia del Sur como un segundo paso, despu¨¦s de Adhzaria, de restablecer la integridad territorial del pa¨ªs. Algunos analistas piensan que la situaci¨®n puede degenerar en una nueva sangrienta guerra de consecuencias catastr¨®ficas tanto para Georgia como para Osetia del Sur, mientras que otros sostienen que la nueva crisis que ha estallado -por las acciones precipitadas del nuevo r¨¦gimen georgiano- forma parte en realidad de un calculado plan destinado a llamar la atenci¨®n de la comunidad internacional sobre la situaci¨®n de Georgia y liberarse de Rusia como mediador del conflicto. Lo que desea Tbilisi es internacionalizarlo, reemplazar las fuerzas de pacificaci¨®n rusas por tropas extranjeras, de la OTAN o la ONU, por ejemplo. Como dijeron la semana pasado los diputados georgianos, no se puede encargar una misi¨®n de paz a Rusia, ya que ¨¦sta "no es ni un pacificador ni un mediador, sino una parte en el conflicto y que trata de mantener el peligroso statu quo".
Es verdad que Rusia dif¨ªcilmente puede ser neutral en el conflicto, si se considera que tiene la presi¨®n de los norosetios y de sus diputados nacionalistas -el partido R¨®dina (Patria), por ejemplo-, y que ha repartido pasaportes rusos a miles de surosetios. Y ¨¦stos quieren aprovecharse de la situaci¨®n. No en vano Murad Dzhi¨®yev, ministro de Exteriores surosetio, dijo ayer al anunciar la muerte de su primer polic¨ªa desde el estallido de esta crisis -los georgianos han perdido cuatro hombres- que los 54 heridos "son ciudadanos rusos y exigen que Rusia los defienda, incluso con la fuerza armada".
Rusia se opone a la internacionalizaci¨®n de las fuerzas pacificadoras, pero a pesar de que puede ser parte interesada en el conflicto, la mayor¨ªa de los observadores consideran que la presencia de soldados rusos en Osetia del Sur es un elemento disuasorio. Si Saakashvili denuncia -como ha amenazado- los acuerdos de 1992 que pusieron fin al conflicto entre Tbilisi y Tsjinvali, y el Kremlin se ve obligado a retirar sus soldados de Osetia del Sur, el estallido de una nueva guerra ser¨¢ casi inevitable.
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