Una celestina a ritmo de rumba
Tras el esc¨¢ndalo de las 'Comedias b¨¢rbaras', de Valle-Incl¨¢n, Calixto Bieito estrena hoy en el Festival de Edimburgo una versi¨®n nada convencional de la obra de Fernando de Rojas.
En el escenario, la barra de un bar con toques inequ¨ªvocamente hispanos: una bufanda del Real Madrid, parafernalia b¨¦tica, tiestos y unos monitores que pasan im¨¢genes de la Tierra, corridas de toros, los sanfermines. Y, en una esquina, una cubitera que luce una marca que es un gui?o: Red Bull. Desde una butaca Calixto Bieito sugiere, que no grita, un muy educado "come in!", y suena la m¨²sica de Los Chunguitos: Soy un perro callejero... El ¨²ltimo ensayo de La Celestina que, en una producci¨®n del Birmingham Repertory Theatre en la que participa tambi¨¦n el Romea de Barcelona se estrena hoy en el Festival de Edimburgo, acaba de empezar. De la derecha del escenario surge un grupo del que lo menos que podr¨ªa decirse es que resulta desigual si no fuera porque, en el fondo, y en la forma, m¨¢s ingl¨¦s imposible: una mujer bajita y fibrosa con el pelo cortado al cero y las u?as pintadas de un rojo intenso; otra negra y con gafas; una de aspecto caribe?o que es, de lejos, la que mejor se mueve; un treinta?ero rubio y atractivo; un profesor de Cambridge en camiseta... Son Celestina y su gente, que bailan una de esas rumbas que lo dicen todo acerca de ciertos aspectos de la vida espa?ola. "Es que La Celestina tiene ritmo de rumba", dice Calixto Bieito, "y la rumba es la protesta con alegr¨ªa". Claro que, para alegr¨ªa, la del grupo espa?ol que la canta en una especie de jaula sobre la barra del bar. Jalean a los actores sin cortarse un pelo: "Venga, hombre, con esa gracia brit¨¢nica natural que ten¨¦is". No es suficiente. Otra vez. The rumba rock, please: "Como si estuvierais en Lloret de Mar". Ahora s¨ª, por fin la chorus line funciona: "?Ol¨¦ los guiris!". Eso se llama autosuficiencia, porque en Edimburgo los guiris ser¨¢n ellos, the band, los ¨²nicos que hablan en espa?ol en el ensayo -Bieito domina el ingl¨¦s-, aunque el equipo responsable de la producci¨®n sea de mayor¨ªa hispana: Carlos Wagner, ayudante de direcci¨®n; Alfonso Flores, escen¨®grafo; Tim Mitchel, iluminador, y Merc¨¦ Paloma, figurinista.
Kathryn Hunter es Celestina. Se ha fajado en el Th¨¦?tre de la Complicit¨¦ y en el Globe, en el Almeida y en el Young Vic, ha sido Madre Coraje y Rey Lear -s¨ª, un hombre- y es hoy uno de los mitos de la escena inglesa de los ¨²ltimos a?os. Toda la ternura del mundo en metro y medio de pura fibra. "No conoc¨ªa La Celestina hasta que Calixto me propuso interpretarla. S¨®lo con mirarle a los ojos supe que ten¨ªa que decirle que s¨ª. Cuando le¨ª la obra me pareci¨® fascinante. Nunca me hab¨ªa pasado lo que con este papel, me he ido enamorando de ¨¦l seg¨²n avanzaban los ensayos, y eso que los ingleses somos muy poco curiosos con lo que no es nuestro". Sin saberlo, se pone del lado de la cr¨ªtica m¨¢s conspicua: "La Celestina es un drama pero tambi¨¦n es una comedia muy inmediata, muy directa". Seguramente nadie le hab¨ªa dicho que tendr¨ªa que torear. Y torea con una gabardina. Una vez y otra. "As¨ª, perfecto". Bieito -camiseta oscura, pantal¨®n vaquero caid¨ªsimo, sudando como un pollo- sube al escenario y le da un par de besos a Celestina y una palmada en la espalda a P¨¢rmeno. El ni?o terrible de la escena europea es un padre para sus actores, los mima porque sabe que sin ellos no hay nada. "Me hac¨ªa falta alguien como Kathryn, que tiene sangre mediterr¨¢nea, griega, en las venas. Porque esto es muy del sur, es muy goyesco, muy esperp¨¦ntico, hay mucho Bu?uel en esta Celestina. Pero es tambi¨¦n muy shakespeariana antes de tiempo. Ah¨ª puede estar la sorpresa para el p¨²blico brit¨¢nico que, adem¨¢s, va a tener una referencia".
Antes de debutar hoy en el King's de Edimburgo, el Birmingham Repertory Theater, m¨¢s conocido aqu¨ª como REP, la ha rodado con dos representaciones en su ciudad. Bieito est¨¢ tranquilo pero no olvida el fiasco de las Comedias b¨¢rbaras hace unos a?os en el Festival de Edimburgo, un lugar que le ha visto triunfar, a su manera, con Hamlet, La vida es sue?o y La verbena de la Paloma y en el que, hoy por hoy, goza de excelente cr¨¦dito. "Es incre¨ªble, pero la cr¨ªtica no entendi¨® nada del mejor autor espa?ol del siglo XX. Hasta llegaron a decir que era un mal escritor, famoso, en realidad, s¨®lo por haberse quedado manco en un duelo. Fue la mayor frustraci¨®n de mi vida profesional". Pero este a?o, est¨¢ seguro, las cosas ser¨¢n diferentes. Adem¨¢s, tiene una doble oportunidad, pues la Opera de Hanover presenta su montaje de El trovador de Verdi, una ¨®pera de dif¨ªcil defensa esc¨¦nica pero en la que cree a pies juntillas: "Es mi mejor espect¨¢culo". Y concluye, como si nunca hubiera roto un plato, con una naturalidad que desarma: "Verdaderamente brutal". Eso, seguro. De entrada, en el programa hay un aviso para navegantes: "Algunas escenas pueden herir la sensibilidad del espectador". En el de La Celestina no hay aviso tal. Ya veremos.
La suerte est¨¢ echada y no queda sino esperar a lo que pase esta noche en el estreno de uno de los acontecimientos m¨¢s esperados del Festival de Edimburgo de este a?o. Una Celestina en la que Calisto y P¨¢rmeno brindan con an¨ªs El Mono y que podr¨¢ verse en oto?o en el Romea de Barcelona.
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