Entre la fiesta y la bronca
Abri¨® plaza un inv¨¢lido toro, inofensivo de cara por lo romo de sus pitones y de aburrido juego. Simulada la suerte de varas y cambiado con dos pares, pas¨® a las manos de Jesul¨ªn. Sin toro, tampoco hubo faena. Un asomo, quiz¨¢. Desmoronado todo muy pronto ante la falta de oponente.
Un precioso, tambi¨¦n terciado, fue el 4? toro: jabonero, salpicado y botinero. Visto lo anterior, hasta apunt¨® cierto estilo con el caballo. En las fuerzas al l¨ªmite, tambi¨¦n una fijeza evidente, fue todo un derroche de nobleza y un apunte de clase. Ideal para Jesul¨ªn, especialista en entender este tipo de toros. Planteada la faena sobre las dos rayas, Jesul¨ªn hizo y deshizo a su antojo. Sobre la base del temple, dando espacios para no agobiar al toro, la faena fue del m¨¢s puro estilo de la casa. La muerte brava del Villamarta, tras un espadazo contundente desat¨® el delirio.
Villamarta / Jesul¨ªn, Cordob¨¦s, Rivera
Toros de Villamarta, desiguales de presencia e inv¨¢lidos. Jesul¨ªn de Ubrique: dos pinchazos y descabello (silencio); estocada trasera (dos orejas). El Cordob¨¦s: pinchazo y entera (oreja); pinchazo y m¨¢s de media (saludos). Rivera Ord¨®?ez: tres pinchazos, media y descabello (silencio); entera y dos descabellos (silencio). Plaza de X¨¤tiva, 16 de agosto. Primera de feria. Media entrada.
Distra¨ªdo en el primer tercio, el primero de El Cordob¨¦s se apag¨® muy pronto. Tuvo cierto aire en banderillas, debido a su nota de mansedumbre, para negarse despu¨¦s en la muleta. La faena fue un intento vano. Tampoco El Cordob¨¦s puso especial empe?o. Con la gente a favor y el toro aculado en tablas, la plaza lo celebr¨® a lo grande.
Otra pintura de toro fue el 5?. Tambi¨¦n jabonero de capa, alto de agujas y algo pasado de kilos, pero otro toro que vivi¨® apuntalado toda la lidia. Distra¨ªdo de salida y apenas picado, se defendi¨® en banderillas. M¨¢s que embestir, aunque tuvo vocaci¨®n de ello, se arrastr¨® por la arena en la muleta. Con todo, y con el solo ¨¢nimo de defenderse, no se lo puso f¨¢cil a El Cordob¨¦s. Con ciertas precauciones, acosando demasiado, la faena pareci¨® m¨¢s una pelea sin convencimiento alguno por parte del torero. Un desarme y varios apuros, tampoco impidieron que el tendido vibrara.
Otro inv¨¢lido salt¨® en tercer lugar. Al estilo de los dos primeros, fue toro, sin embargo, al que pegaron un puyazo serio. Tambi¨¦n distra¨ªdo y al paso, una demostraci¨®n de falta de raza, le sirvi¨® a Rivera Ord¨®?ez para desahogarse con comodidad. Muy a favor del tendido, Rivera jug¨® m¨¢s que tore¨® al toro que le vino muy peque?o. La espada estrope¨® la fiesta final.
Si el 5? hab¨ªa sido una ruina de toro, el 6? fue peor. Justo y l¨®gico colof¨®n a corrida de lamentable estado f¨ªsico. Con diferencia, que ya es decir, ese toro fue capaz hasta de cabrear al p¨²blico. Del ¨¦xtasis de los anteriores, se pas¨® de pronto al tormento de este ¨²ltimo. Una protesta continua. Rivera no tuvo opci¨®n y el ruedo qued¨® sembrado de almohadillas y de botes. La paciencia se hab¨ªa colmado y la tarde terminaba en bronca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.