Kenteris: "Tras la crucifixi¨®n viene la resurrecci¨®n"
El campe¨®n de los 200m y Thanou argumentar¨¢n hoy ante el COI que sufrieron su accidente de moto al correr para someterse al control antidopaje
Las decenas de periodistas que montaban guardia desde la madrugada del viernes 13 a la puerta del hospital KAT tuvieron su recompensa a la una de la tarde de ayer -previsoras, las periodistas televisivas vest¨ªan rigurosos trajes de chaqueta, olvidados los vaqueros, las camisetas rosas y los ombligos al aire-, cuando un Opel deportivo gris plata aceler¨® a toda mecha por la rampa para frenar 40 metros despu¨¦s, qu¨¦ exageraci¨®n, ante la verja de entrada. No le quedaba m¨¢s remedio. En el asiento del copiloto, sin bajarse, visera azul, camiseta azul, mirada baja, Kostas Kenteris, el esperado, abandonaba el centro m¨¦dico con el alta en el bolsillo. Y... empez¨® a hablar, a dirigir su voz hacia el ramillete de micr¨®fonos que lo asediaban.
Como no en vano su entrenador, protector, mentor, patr¨®n, se llama Christos [Tsekos] y como ¨¦l mismo es de una religiosidad a prueba de dudas, no pudo por menos el sprinter de Lesbos, el hombre m¨¢s r¨¢pido y m¨¢s dudoso de las hel¨¦nicas tierras, que asimilarse al m¨¢rtir que a trav¨¦s del suplicio se santifica. "Me han crucificado, pero despu¨¦s de la crucifixi¨®n llega la resurrecci¨®n", advirti¨® todo serio. Unos minutos m¨¢s tarde, en un veh¨ªculo m¨¢s modesto, abandon¨® el recinto su compa?era de martirio, la r¨¢pida e igualmente dudosa Ekaterini Thanou. Ambos pudieron irse a cualquier parte de Atenas salvo a la Villa Ol¨ªmpica, ya que el comit¨¦ griego les ha apartado del equipo mientras no se resuelva su situaci¨®n.
El COI, que es un organismo, no tiene religi¨®n y no se deja impresionar por las declaraciones de fe y las amenazas de los atletas ni por sus proclamaciones de inocencia. As¨ª que no aceptar¨¢ m¨¢s peticiones de aplazamiento y mantiene para hoy por la ma?ana la vista en la que la comisi¨®n disciplinaria especialmente dispuesta para tratar el caso Kenteris-Thanou, formada por Thomas Bach, Denis Oswald y Sergu¨¦i Bubka, interrogar¨¢ a fondo a ambos. Las preguntas versar¨¢n sobre el c¨®mo y el porqu¨¦ los dos, capaces de brillar en Juegos Ol¨ªmpicos y los Campeonatos del Mundo para desaparecer despu¨¦s de la faz de la tierra, no estaban donde dec¨ªan estar cuando los inspectores antidopaje fueron a someterlos a un control inopinado en un hotel de Chicago a primeros de mes y en la propia Villa el pasado d¨ªa 12.
A sus andanzas en la segunda fecha, Kenteris, campe¨®n de los 200 metros en Sidney 2000, y Thanou, subcampeona ol¨ªmpica y campeona europea de los 100, ya respondieron en el hospital a los polic¨ªas de Glifada que investigan el accidente de moto que les cost¨® la hospitalizaci¨®n en la noche del 12. En resumen, les dijeron que hab¨ªan llegado a la Villa a las tres de la tarde y que, despu¨¦s de ver sus habitaciones, se fueron a Atenas, cada uno por su lado, a recoger sus b¨¢rtulos y que por eso no estaban all¨ª cuando los inspectores anunciaron a su jefe de equipo que iban a controlarlos. Ambos juran que no recibieron ninguna llamada en su tel¨¦fono m¨®vil en toda la tarde y que s¨®lo a las diez de la noche se enteraron de que les buscaban. Nerviosos y acelerados, cogieron una moto para volver a la Villa y someterse el control y fue entonces cuando se accidentaron.
Despu¨¦s de o¨ªrles, los miembros de la comisi¨®n del COI elevar¨¢n sus conclusiones al ejecutivo del organismo ol¨ªmpico, que probablemente decidir¨¢ su expulsi¨®n de los Juegos por dopaje. Seg¨²n el reglamento del COI, dos faltas de presentaci¨®n a un control en periodo ol¨ªmpico equivalen a un positivo.
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