Basura
No soy un consumidor habitual de televisi¨®n, ni de "la nuestra", ni de las otras. Y como tampoco s¨¦ ingl¨¦s, la BBC de Fungairi?o no me hace til¨ªn. Todo lo m¨¢s, me engancho en el canal Viajar para, de forma virtual, transitar por los caminos del mundo; a veces, incluso me recreo con el canal de cocina y las birguer¨ªas culinarias que nos ofrecen, la ¨²ltima, un crujiente plato con huevos de hormigas, algo de nota. Es cierto, sin embargo, que uno tiene sus debilidades: del deporte en televisi¨®n, hasta las canicas (?dios, qu¨¦ juegos Ol¨ªmpicos!) y las viejas y entra?ables pel¨ªculas en blanco y negro y alguna que otra del antiguo oeste, como si el gui¨®n estuviera escrito por Kate Luger o el gran Marcial Lafuente Estefan¨ªa, y aquellas adorables novelitas que te hac¨ªan pasar un rato a tiro limpio, a orillas del Genil, en la vega granadina, donde tambi¨¦n hab¨ªa tiempo para descubrir al Lorca censurado: "...y que yo me llev¨¦ al r¨ªo, creyendo que era mozuela, pero ten¨ªa marido".
Pero a lo que iba, veo poca televisi¨®n, pero la que veo es muy buena, porque de lo contrario apago la tele y a otra cosa mariposa. Y todo este rechazo viene de hace a?os, cuando en aquellas infernales noches como joven reportero de peri¨®dico local, ten¨ªas que recorrer los garitos y antros de la otrora llamada noche incomparable de la Costa del Sol y en una de ellas, c¨¢mara en ristre, me prohibi¨® la entrada en una discoteca un joven de larga melena, pelo recogido en coleta y que ya, entonces, apuntaba maneras, como dir¨ªa un taurino. Este chico con cara de leche avinagrada, lo vi a?os despu¨¦s en la peque?a pantalla, como un dios de la mentira y la insidia, de la amenaza vocinglera y con manos ¨¢vidas de recogepelotas.
Y, sin salir de mi perplejidad, me di cuenta que era capaz de pontificar de cualquier materia que le echaran al ruedo, aunque en cuestiones de bragueta, de cuernos, de lesbianas (el dec¨ªa tortilleras) y mariquitas, era insuperable. Bueno, era lo suyo.
Me ech¨® la sal en la mollera cuando d¨ªas despu¨¦s le¨ª que el excelente y preparado "periodista" hab¨ªa hablado con toda propiedad, dominando el insulto como nadie y metiendo las narices en la hoya de ?cija, y, encima, le hab¨ªan engordado la cuenta corriente, tal cual hubiera trabajado todo un a?o.
Juro por lo m¨¢s sagrado y eterno, que es el amor a mi profesi¨®n, que sufr¨ª un ataque de celos malsanos, rasgu¨¦ el carnet de periodista al que tanto estima ten¨ªa, porque siempre me acompa?¨® en mis viajes como reportero y me fui a la Asociaci¨®n de la Prensa para darme de baja de todas mis obligaciones como profesional de la comunicaci¨®n. Llegu¨¦ a m¨¢s, abdicando de mis a?os de universidad (incluso de los que me expulsaron) y ped¨ª ser elegido a la gloria, en la profesi¨®n m¨¢xima como mamporrero en la peque?a pantalla. Obviamente, no lo consegu¨ª. Hay que tener madera y una pasta especial, pintarse los pelos de rojo, pon¨¦rselos en plan ping¨¹ino, cruzar las piernas en plan mat¨®n y contar con lengua viperina. Demasiado.
A prop¨®sito, mis felicitaciones al equipo que dirige Canal Sur Televisi¨®n. Entre las auton¨®micas es el canal con m¨¢s audiencia, por mucho que ello provoque ¨²lcera de est¨®mago a algunos. Ya se sabe, los Morancos a escena.
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