M¨²sculos en los ojos
Kiko F¨¤bregas hereda de su padre, Tito, los genes del medio centro y los potencia con novedosos e intensos ejercicios visuales

Francisco, Kiko, F¨¤bregas hered¨® de su padre la musculatura ocular y el cerebro con que se conecta. "Supongo que la gen¨¦tica ha tenido mucho que ver en el hecho de que juegue de medio centro, como lo hac¨ªa yo", dice el progenitor, Francisco, Tito, de su hijo, Kiko.
El padre fue el medio centro de la selecci¨®n espa?ola de hockey sobre hierba en los Juegos de M¨²nich 72, Montreal 76 y Mosc¨² 80. El hijo es el medio centro de la selecci¨®n espa?ola que hoy se medir¨¢ a Pakist¨¢n, en Atenas, en un partido decisivo para alcanzar las semifinales de la competici¨®n. Y, como se ha visto, Kiko es un digno heredero del hombre al que, en palabras del ex seleccionador Jos¨¦ Brasa, "no le cab¨ªa el cerebro en la cabeza".
"Por la velocidad de la bola, te llega mucha informaci¨®n. Y tienes que asumirla y decidir"
Los F¨¤bregas, que se mueven como peces en el agua por el centro deportivo de Helliniko, en la capital griega, hacen honor a la tradici¨®n familiar en el h¨®ckey espa?ol.
"Llevo el cinco en el dorsal porque era el n¨²mero de mi padre, el n¨²mero del medio centro de toda la vida", dice Kiko; "pero la verdad es que, cuando era peque?o, no me gustaba que me diera consejos. Me rebotaba mucho con ¨¦l".
Tito es arquitecto. Trabaja en la Generalitat de Catalu?a como responsable de instalaciones deportivas. Kiko es ingeniero, pero no trabaja en ninguna parte porque se dedica exclusivamente al hockey. Su entrega es la de todo un jugador profesional, pero lo cierto es que su deporte no le da para mantenerse. Las empresas, al considerar su escasa disponibilidad, no le contratan.
Tito est¨¢ preocupado. Planteando el problema de su hijo, pone de manifiesto una de las principales dificultades de muchos deportistas de ¨¦lite en Espa?a: "Todav¨ªa vive en casa y ya tiene necesidad de marcharse. A los 26 a?os, est¨¢ en su mejor momento para practicar deportes de equipo, pero la prioridad debe ser el trabajo. Si nadie le ofrece un trabajo compatible con el hockey, quiz¨¢ se plantee dejarlo. No por el dinero, sino por su futuro. ?Qu¨¦ har¨¢ cuando el hockey se le termine y cumpla 35 a?os sin haber entrado en el mercado laboral?"
Kiko naci¨® en 1977, cinco a?os antes de que su padre dejase el hockey. De la carrera de Tito dice que s¨®lo le recuerda "en el aeropuerto, regresando de Mosc¨² con la plata".
No se sabe si los hijos pueden heredar el conocimiento deportivo en los genes que les env¨ªa su progenitor. Pero se sabe que Tito era un superdotado en un puesto que exige un talento organizador especial. "Era tan bueno", recuerda Brasa, "que en Montreal se lesion¨® y le llevaron en silla de ruedas al campo, infiltrado, para que saltase de la silla a la cancha".
El seleccionador actual, Maurits Hendricks, explica las cualidades necesarias en un medio centro desde el paso de la hierba a la moqueta mojada: "Por la velocidad de la bola en nuestro deporte y con las superficies tan r¨¢pidas que hay, cuando juegas en el medio te llega mucha informaci¨®n de muchos lados. Tienes que asumir mucha informaci¨®n a gran velocidad y tomar las decisiones adecuadas. Necesitas una visi¨®n entrenada y por eso hemos empezado hace un a?o y medio a ejercitarla con una especialista surafricana, la ¨²nica en el mundo. Los jugadores se han entrenado durante dos a?os con un software los m¨²sculos de los ojos. Te muestran n¨²meros y tienes que verlos, reconocerlos, ordenarlos en un tiempo determinado y dar una respuesta. Para dos jugadores con la misma t¨¦cnica, este tiempo es la diferencia entre ser un crack o ser mediocre. Kiko F¨¤bregas no tiene l¨ªmite".
"Hemos entrenado la visi¨®n de cuatro en cuatro hasta media hora por d¨ªa", contin¨²a Hendricks; "es como la musculaci¨®n. Hay una fase de inicio que tiene muchas repeticiones, tres o cuatro veces por semana. Y luego, dos por semana, de mantenimiento. Con la visi¨®n y el cerebro es lo mismo. Con lo primeros entrenamientos, terminas y tienes los ojos cansados, con agujetas, como cuando se te cargan las piernas".

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