La inmigraci¨®n reabre el riesgo de crisis en el Gobierno italiano

La inmigraci¨®n ha abierto una nueva grieta en el Gobierno italiano. El ministro del Interior, Giuseppe Pisanu, centrista y ex democristiano, considera que la actual legislaci¨®n es demasiado restrictiva, no permite cubrir las necesidades de mano de obra y tiene aspectos inhumanos. "Hay que modificar la ley", dijo el domingo. La ley es conocida como ley Bossi-Fini, porque fueron el l¨ªder de la xen¨®foba Liga Norte, Umberto Bossi, y el presidente de la posfascista Alianza Nacional (AN), Giancarlo Fini, quienes la redactaron.

Ni la Liga ni AN aceptan cambios, y ayer atacaron a Pisanu: "El ministro de Interior se equivoca, lo que hay que hacer es aplicar la ley a rajatabla y con toda dureza", afirm¨® Roberto Calderoli, dirigente de la Liga y ministro de Reformas.

Pisanu ironiz¨® sobre la xenofobia de la Liga Norte, que reclama una Padania (confederaci¨®n del norte industrial) "libre de extranjeros y de la Roma ladrona": "Sin m¨¢s extracomunitarios no podremos ni orde?ar una vaca de Padania", coment¨®.

El ministro de Interior ha mantenido roces constantes este verano con los ministros de la Liga, a ra¨ªz del salvamento de balsas y lanchas de inmigrantes sin papeles. Pisanu sosten¨ªa que el rescate y el transporte hasta centros de acogida en Italia era un deber humanitario indiscutible. Calderoli, de la Liga, respond¨ªa que los inmigrantes deb¨ªan ser rechazados antes de que entraran en aguas italianas "por la fuerza, de ser necesario", cosa permitida por la actual legislaci¨®n. "Los [inmigrantes] clandestinos no son s¨®lo las mujeres y ni?os que muestra la televisi¨®n, son tambi¨¦n tipos que atracan y matan", proclam¨® ayer.

La coalici¨®n de Gobierno de Silvio Berlusconi corre riesgo de crisis cada vez que se aborda la cuesti¨®n de los inmigrantes. De un lado est¨¢n la derecha extrema de AN y la Liga, que han hecho del rechazo a los extranjeros uno de sus carteles electorales. Del otro, los sectores m¨¢s moderados de Forza Italia, los democristianos, y fuera del Gabinete, la poderosa patronal Cofindustria, que reclama m¨¢s flexibilidad en la contrataci¨®n de inmigrantes. Giampaolo Pedron, vicepresidente de los empresarios del Veneto, una de las regiones m¨¢s industrializadas de Italia, se quej¨® este fin de semana de falta de mano de obra: "Para 2004 hab¨ªamos pedido 16.000 permisos de trabajo para extracomunitarios y s¨®lo nos han dado 2.200". Protestas parecidas se escuchan en otras regiones y en el sector agr¨ªcola.

El presidente de Confindustria, Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Fiat y una de las personalidades m¨¢s populares de Italia, dijo hace unas semanas que exist¨ªan "problemas para conseguir mano de obra" y que conven¨ªa "corregir las normas sobre inmigraci¨®n". El presidente de los empresarios se reuni¨® el domingo con el democristiano Rocco Buttiglione, nuevo comisario europeo de Interior y encargado de inmigraci¨®n, e insisti¨® de nuevo en que era necesario flexibilizar las leyes. Tambi¨¦n se?al¨® que la reforma federalista exigida por la Liga no supon¨ªa ninguna urgencia para el pa¨ªs, lo que contribuy¨® a irritar a¨²n m¨¢s a los liguistas."Dan ganas de decir basta y abandonar el Gobierno, pero Bossi

[el l¨ªder de la Liga, hospitalizado por una crisis coronaria desde abril] quiere que sigamos, mientras haya esperanza de sacar adelante la reforma federalista", dijo Calderoli.

El presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, viajar¨¢ ma?ana a Libia para entrevistarse con Muamar el Gaddafi, con el fin de buscar un acuerdo para establecer un sistema conjunto de vigilancia de los puertos libios y evitar la partida de las naves de inmigrantes.