El furor creativo de Joachim K¨¹hn, una leyenda del jazz
El pianista y compositor alem¨¢n, con m¨¢s de 150 grabaciones a su espalda y una reciente carrera de pintor, explica, a sus 60 a?os y desde su casa de Ibiza, su concepto de la m¨²sica y de la vida.
Es una leyenda incontestable del jazz contempor¨¢neo. Pianista, compositor e improvisador, a sus 60 a?os, Joachim K¨¹hn vive el apogeo de una carrera que inici¨® con seis, interpretando a Schumann. Las salas de conciertos y los clubes de jazz de todo el mundo se lo disputan, pero, a K¨¹hn, lo que realmente le "pirra" es perderse en la medianoche estrellada de Ibiza, donde reside, y tocar su m¨²sica en alguno de los quioscos playeros de la isla con el mar como horizonte. Junto a ¨¦l, nunca falta el grupo de sus colegas y disc¨ªpulos, encabezado por Gori Ruiz, bater¨ªa venido de la m¨²sica rock, y Miguel Bosch, pescador de d¨ªa, saxofonista de free jazz por las noches. "En el principio, me plante¨¦ s¨®lo vivir aqu¨ª y salir de gira para tocar, pero un d¨ªa form¨¦ un grupo con ellos dos y alg¨²n otro y empezamos a tocar y el cuarteto mejor¨® y ahora toco con ellos y participo en jam sessions y con todo esto me mantengo activo cuando no estoy de gira".
"La m¨²sica es una persona interpretando lo que siente, y el instrumento no es m¨¢s que un intermediario"
K¨¹hn, de quien se acaba de editar la biograf¨ªa, escrita por Marc Sarrazy, vive apenas ligado al mundo exterior por el fax que le mantiene en contacto con su representante en Alemania. El cotizado int¨¦rprete y compositor confiesa que ni siquiera sabr¨ªa c¨®mo accionar el bot¨®n de encendido de un ordenador. La m¨²sica es toda su vida: "Nunca he hecho otra cosa, no s¨¦ hacer nada, excepto tocar m¨²sica". Antes de residir en Ibiza, vivi¨® en Nueva York y en Par¨ªs -uno de los mejores lugares del mundo para el jazz-, ciudad que dej¨® para cumplir con su deseo de pasar un a?o sab¨¢tico en la isla. "El asunto es que han pasado 10 a?os y no he podido encontrar nada mejor".
Pir¨¢mides de CD -es un consumidor compulsivo de discos-, instrumentos musicales de toda procedencia, cadenas de sonido "personalizadas", apenas alg¨²n objeto o mueble que no mantenga relaci¨®n, directa o indirecta, con la m¨²sica. Un piano gran cola en el epicentro de la sala de estar aguarda a revivir en sus entra?as un arranque de inspiraci¨®n de su due?o. "Vivo en contacto permanente con mi piano. La existencia como un ciclo sonoro. La m¨²sica es mi modo de vivir, imposible imaginar que pudiera parar un solo instante: vivo como toco, como hablo, hago el amor del mismo modo que toco el piano". Sin medias tintas: Joachim K¨¹hn es compromiso, pasi¨®n, exceso... impresionista y expresionista a un mismo tiempo, antirrom¨¢ntico visceral, K¨¹hn presume de hacerlo todo al mismo tiempo. Su legendario furor creativo le lleva a posar sus dedos sobre instrumentos que cualquier otro hubiera rechazado por inservibles, aunque no siempre fue as¨ª. "Viaj¨¦ con mi propio piano durante 12 a?os. Donde quiera que tocara, la casa Bechstein me enviaba un piano de 2,75 metros completamente nuevo desde Berl¨ªn. Pero, seg¨²n te haces mayor, te das cuenta de que ni el instrumento es la m¨²sica ni la m¨²sica es el instrumento. La m¨²sica es una persona interpretando lo que siente y el instrumento no es m¨¢s que un intermediario".
Joachim K¨¹hn naci¨® en el a?o 1944 en la localidad alemana de Leipzig. En la Alemania oriental, el jazz no estaba prohibido, pero tampoco autorizado, salvo el free jazz, que era "altamente decadente". Aprovechando su participaci¨®n en el concurso para m¨²sicos j¨®venes organizado por el pianista Friedrich Gulda en Hamburgo, en el a?o 1966, busc¨® refugio en la Embajada de B¨¦lgica. No por casualidad, en su reencuentro con la ciudad donde vio la luz, 30 a?os m¨¢s tarde, cont¨® con un aliado inesperado en su paisano Johann Sebastian Bach. "Me propusieron tocar a mi estilo sobre los motetes de Bach en la iglesia de San Nicol¨¢s, donde viv¨ªa Bach, a seis metros de donde est¨¢ enterrado, tocando el mismo instrumento que ¨¦l utiliz¨®: ?s¨®lo esperaba que el maestro no se estuviera revolviendo en su tumba! Pero fue el propio director del coro quien me dijo que, de vivir, Bach improvisar¨ªa como yo. Bach fue el primer jazzman de Leipzig... aunque no supieran entonces lo que es el jazz". De la experiencia, queda el testimonio de un disco sorprendente como pocos, Bach now!
El nombre de Joachim K¨¹hn est¨¢ unido a los de todos aquellos con quienes ha compartido escenario, desde Gato Barbieri a Joe Lovano; de Bobby McFerrin a Ornette Coleman; de la m¨ªtica Eartha Kitt a la core¨®grafa Carolyn Carlson. En Espa?a, ha podido escuch¨¢rsele en diversas ocasiones, la primera, en el a?o 1968. En aquella ocasi¨®n toc¨®, junto con su hermano Rolf, clarinetista, en el Festival de Jazz de Barcelona. "La ciudad, el festival, el Palau, todo era incre¨ªble, ?cu¨¢nta vida!, la gente en las calles, ?todo era felicidad!". A pesar de haber protagonizado diversas giras de conciertos, lo cierto es que K¨¹hn sigue siendo apenas reconocido en el pa¨ªs que le acoge. ?ste es el motivo por el que el m¨²sico se plantea muy seriamente la conquista de un p¨²blico dif¨ªcil como pocos. "En Espa?a me dicen que soy demasiado moderno. Y, por supuesto, es jazz moderno, pero es que se supone que el jazz es moderno".
Con m¨¢s de 150 grabaciones a sus espaldas y una reciente carrera como pintor -"la m¨²sica es como una pintura abstracta. No tienes necesariamente que comprenderla, simplemente, te gusta o no"-, K¨¹hn no se concede un momento de respiro. Acaba de recibir el disco que incluye el primer cuarteto de cuerdas escrito siguiendo su propio sistema de "Disminuidas Aumentadas", un "m¨¦todo de liberaci¨®n musical" que re¨²ne a las vanguardias del siglo XVIII -Bach- y del siglo XX -Coleman-. Viene de tocar para los presos en la c¨¢rcel en Rabat, junto a un conjunto de m¨²sicos gnaua, y se prepara para un invierno agitado en el que alternar¨¢ el jazz con los proyectos sinf¨®nicos. "Para m¨ª, vivir es trabajar, mantenerse activo. El m¨²sico lo que debe hacer es tocar m¨²sica. No debes preocuparte de nada m¨¢s, ni del dinero ni de cualquier cosa que te pueda distraer". Preocupaciones, las justas: excepto cuando se halla de gira, la vida de K¨¹hn es, como su m¨²sica, pura improvisaci¨®n. "Toco lo que se me ocurre a cada momento, hago cuanto se me viene en gana, salvo que tenga que ir a echar una carta a la oficina de correos. Duermo cuando tengo sue?o, como cuando tengo hambre, da igual si son las cinco de la madrugada. Me niego a que nadie venga a decirme lo que tengo que tocar o lo que tengo que hacer".
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