Una vuelta por el para¨ªso de los cromos

"?A 25 euros...? Me parece que te lo vas a quedar". Un domingo de Rastro en la plaza del Campillo del Nuevo Mundo, que cae hacia la Ronda de Toledo, un centenar de personas compra, vende, cambia cromos en una ma?ana de agosto. Javier, de 25 a?os, considera que se mueve "bien en este rinc¨®n del Rastro", por lo que no gasta demasiado en la compra de cromos. Negocia con un ni?o de de 13 a?os, que, vigilado muy de cerca por su padre, ofrece el cuaderno donde almacena sus cartas mientras ojea el que le tienden.

Desde los cl¨¢sicos cromos de f¨²tbol, pasando por las colecciones que tienen como protagonistas a personajes de series de dibujos, hasta la estrella, el que congrega a m¨¢s coleccionistas: un juego de roll con cartas llamado Magic, cuyos cartones m¨¢s valiosos para el juego y con menor tirada en el mercado pueden valer hasta 1.000 o 1.500 euros.

Las cartas m¨¢s raras de un juego llamado Magic pueden llegar a venderse por 1.000 o 1.500 euros

Las edades de los negociantes est¨¢n comprendidas entre los nueve y los 50 a?os, aproximadamente. Muchos de los menores van acompa?ados de sus padres, unos, miran desde lejos con el temor de que su ni?o sea enga?ado por otro chaval mayor. Otros se implican directamente en la negociaci¨®n. Sacan la lista y, a ver barajar cromos. Es el caso de Min¨², que llega a dejar a Julio (9 a?os), en un segundo plano mientras ella busca la cara de los pocos futbolistas que le faltan para completar la colecci¨®n de la liga de F¨²tbol. El extremo llega con Pedro, de 34 a?os, que se acerca al lugar con la lista que le ha preparado su hijo de 10 a?os, pero sin la compa?¨ªa del peque?o. "Como me pilla de camino al trabajo, me paso por aqu¨ª", comenta.

"A m¨ª no me enga?an", asegura orgulloso Fernando, un chaval de 12 a?os que se acerca con varios amigos cada domingo a la plaza sin la compa?¨ªa de un adulto. Los cromos que intercambia son los de magic y un jugador inexperto puede vender por poco dinero o cambiar por cartas de poco, otras que pueden llegar a valer una aut¨¦ntica fortuna, es decir, unos 1.500 euros. Se trata de un juego de dragones y mazmorras, "tipo el se?or de los anillos", explica Javier. En ¨¦l, los jugadores se enfrentan usando los cartones, que tienen m¨¢s o menos valor dentro de la pelea. Los fabricantes de las cartas tambi¨¦n siguen esta din¨¢mica: cuanto m¨¢s valen en el juego, menor cantidad sacan al mercado, por lo que termina pag¨¢ndose m¨¢s dinero por ellas en el mercado de compra-venta.

Rub¨¦n, de 28 a?os, que empez¨® a jugar dos a?os despu¨¦s de que naciera Magic, en 1995, lleg¨® a juntar una colecci¨®n que val¨ªa aproximadamente 2.500 euros. "Pero la vend¨ª [la colecci¨®n] por m¨¢s dinero", comenta mientras explica que dej¨® hace a?os el pasatiempo que hoy ha vuelto a retomar. "Pero es un pasatiempo como otro cualquiera", se defiende Javier a la hora de hablar de dinero, "me gasto lo mismo que otro se puede gastar en ca?as o en ir al cine", comenta.

Los cl¨¢sicos, es decir, los cromos de f¨²tbol, tambi¨¦n siguen teniendo su p¨²blico y tambi¨¦n tienen sus secretos de negociaci¨®n. "Los nuevos fichajes valen 10-15 euros", pero los m¨¢s caros, "como a 35 euros", son los cromos de los jugadores que "acaban de cambiar de equipo". Por ejemplo, este ser¨ªa el caso del cromo de Samuel Eto'o, reci¨¦n fichado por el Barcelona, con su antiguo uniforme del Mallorca.

Esto lo explica Lolo, que a sus 27 a?os ya lleva 14 vendiendo cromos en el Rastro. "Desde el Mundial de Italia, en 1990", explica. Adem¨¢s de la gran cantidad de gente que se acerca a mercadear con sus propios cromos, tambi¨¦n hay cuatro o cinco puestos: sacan sus colecciones y las ponen en exposici¨®n sobre una mesita o aprovechando cualquier lugar alto, el muro que delimita alg¨²n ¨¢rbol o un banco, por ejemplo.

Uno de estos puestos es del Lolo, que vende, adem¨¢s de las de f¨²tbol, colecciones de personajes de dibujos. ?l compra el material al por mayor, "en una tienda de golosinas", explica. Se queja de que el negocio no ha dejado de bajar en los ¨²ltimos cuatro o cinco a?os, que "se va aguantando, pero nada m¨¢s". A¨²n as¨ª, asegura que all¨¢ por el mes de octubre, "la plaza est¨¢ completamente llena de gente cambiando, vendiendo o comprando cromos".

De nueve de la ma?ana a dos de la tarde -"en los buenos tiempos estaba hasta las cuatro"- Lolo ve pasar cada domingo a cientos de personas, de todas las edades, dispuestas a dedicar su tiempo y su dinero a encontrar el cromo m¨¢s raro, el mejor, para a?adirlo a su colecci¨®n.