"?Tengo que quedar primero como sea!"
David Cal, de 21 a?os, gana el primer oro y la primera medalla individual de la historia del pirag¨¹ismo espa?ol
Ya se sabe que es muy suyo, que apenas habla, que le cuesta transmitir sus emociones. David Cal es un personaje muy singular. Ayer, sin embargo, logr¨® explicar su triunfo con un punto de ¨¦pica muy propio de los deportistas ¨²nicos. "A mitad de carrera", cont¨®, justo cuando se discut¨ªa el papel de favorito que se le hab¨ªa adjudicado desde la clasificaci¨®n, se dijo: "?Tengo que quedar primero como sea!". A sus 21 a?os, Cal no quer¨ªa fallar, y menos cuando record¨® que el pirag¨¹ismo espa?ol acumulaba veinte a?os sin ganar una medalla ol¨ªmpica. Tras dominar la carrera del C-1 1.000 metros con autoridad, apareci¨® la figura de Andreas Dittmer, dispuesto a disputarle la victoria. La sombra del alem¨¢n le puso sobre aviso, y David empez¨® a palear todav¨ªa con m¨¢s fuerza, con m¨¢s intensidad, con m¨¢s determinaci¨®n. Si habitualmente tiene una frecuencia de entre 60 y 65 paladas por minuto, debi¨® llegar a las 70. Y a Dittmer no le qued¨® m¨¢s remedio que rendirse.
Acababa de hacer historia y lo que m¨¢s le abrumaba era que hab¨ªa perdido la credencial
"Notaba m¨¢s la ansiedad de la competici¨®n yo que ¨¦l", relat¨® su entrenador, Suso Morl¨¢n
David Cal gan¨® como estaba escrito, y el pirag¨¹ismo espa?ol se colg¨® el primer oro y adem¨¢s logr¨® la primera medalla individual, despu¨¦s de cuatro medallas acumuladas en anteriores Juegos: dos de plata (K-4 1.000 metros en Montreal 1976 y K-2 500 en Mosc¨² 1980) y dos de bronce (K-2 1.000 en Mosc¨² 1980 y C-2 500 en Los ?ngeles 1984).
"La carrera de hoy [por ayer] ya la hab¨ªa disputado el a?o pasado en el Campeonato del Mundo en Gainesville [Estados Unidos]", relat¨® despu¨¦s Cal. "Entonces Dittmer me gan¨® en los ¨²ltimos metros", prosigui¨® "No quer¨ªa volver a ser segundo. Aqu¨ª, con las gradas a reventar, con gente jale¨¢ndome, no quer¨ªa que se me escapara el triunfo, y apret¨¦ m¨¢s el ritmo. Si me vuelve a pasar... no s¨¦ que habr¨ªa ocurrido".
David Cal estaba reventado por el esfuerzo, por el cansancio, por el palear que se hab¨ªa marcado para que Dittmer no le volviera a superar. As¨ª que cuando lleg¨® a la meta se dej¨® caer de espalda en el mismo muelle y all¨ª estuvo durante varios minutos. En el momento en que fueron a buscarle para que acudiera al control antidopaje, descubri¨® con terror que no llevaba la credencial. Acababa de ganar el oro y, sin embargo, parec¨ªa abrumado m¨¢s que preocupado. Ni siquiera pas¨® por la zona mixta, circunstancia que los periodistas interpretaron como una muestra m¨¢s de su car¨¢cter introvertido, de que no le apetec¨ªa hablar. Pero no era el caso. Acudi¨® a la ceremonia de entrega de medallas y despu¨¦s volvi¨® al control antidopaje -"yo siempre he pasado sin problemas todos los controles"- precis¨® cuando se le pregunt¨® por las denuncias realizadas por algunos palistas sobre la incitaci¨®n al dopaje por parte del presidente de la federaci¨®n espa?ola, Santiago Sanmam¨¦s. No encontraba la manera de orinar.
"Le estamos muy agradecidos a nuestro fabricante de canoas , porque nos construy¨® una especial para nosotros de cara a estos Juegos", explicaba, mientras tanto, Jes¨²s Morl¨¢n, que entrena a Cal desde los 14 a?os, despu¨¦s de recuperarle para el pirag¨¹ismo en 2002 cuando, tras una mala experiencia en el CAR de Sevilla, hab¨ªa decidido ya colgar los palos y la canoa. "Elev¨® unos seis cent¨ªmetros la altura del casco en la proa y la cubierta en la zona de popa, y con ello evit¨® la entrada de agua cuando el viento era fuerte y hab¨ªa oleaje en la prueba de clasificaci¨®n; sin esas modificaciones, lo m¨¢s probable es que ahora no estuvi¨¦ramos celebrando el oro. David rema muy duro en ataque, y se hunde. Hoy [ayer] no soplaba el viento, no hab¨ªa oleaje, y por eso ha competido con el barco de siempre".
Morl¨¢n tuvo que correr para cargarse al hombro la canoa, que pesa 16 kilos y cuesta unos 3.200 euros, cuando vio que dos voluntarios ya la estaban retirando del agua. "Hay que controlarla", exclam¨®, "porque ma?ana [por hoy] la necesitamos". No era la canoa que hab¨ªan utilizado en la clasificaci¨®n. Era la que usan habitualmente, m¨¢s baja, pero con una peque?a elevaci¨®n en la parte de atr¨¢s. "Vimos que ven¨ªa viento de culo", agreg¨®, "y cre¨ªamos que eso evitar¨ªa que entrara el agua y nos ayudar¨ªa a competir". El t¨¦cnico se sorprendi¨® cuando le comentaron que Cal hab¨ªa hecho los 1.000 metros en 3m 46,2s. "Es un registro bomba; ser¨ªa r¨¦cord si existieran en este deporte", adviriti¨®. "Y lo bueno es que es un yogur¨ªn, porque s¨®lo tiene 21 a?os y todos sus rivales rozan los 30 o ya los han superado".
Nunca dio la impresi¨®n de que Cal estuviera nervioso, ni antes ni despu¨¦s de la carrera. "No lo estuve", certific¨® despu¨¦s el campe¨®n, tomando la palabra a su entrenador. "Me levant¨¦ a las seis, una hora y media antes de la competici¨®n, para preparar la carrera, pero hab¨ªa dormido muy bien. Me gusta calentar en la caona, para luego salir del agua y calentar en tierra y finalmente acabar el calentamiento de nuevo en la canoa. Mis sensaciones durante estos d¨ªas eran muy buenas". "?l, no; quien estaba nervioso era yo", descubri¨® Morl¨¢n. "Notaba m¨¢s la ansiedad de la competici¨®n yo que ¨¦l". Frente a la flema de David Cal, sus conocidos expresaban su satisfacci¨®n.
Una de las primeras personas en felicitarle fue su madre, Mar¨ªa Jos¨¦ Figueroa, desde la panader¨ªa que regenta la familia en Hito, perteneciente al municipio de Cangas de Morrazo, en Pontevedra. "Estaba muy emocionada", explic¨® David. "La medalla significa mucho para m¨ª y para el pirag¨¹ismo, y tambi¨¦n para la familia". Fr¨ªo como es, introvertido como se le ve, resulta dif¨ªcil conversar con el nuevo campe¨®n ol¨ªmpico. No fue f¨¢cil, consecuentemente, preguntarle por las pr¨®ximas jornadas. Hoy afronta la segunda final, la de C-1 500 metros, y el domingo ser¨¢ el abanderado de Espa?a en la ceremonia de clausura de los Juegos. Hay esperanzas nuevamente de que pueda obtener una medalla. El oro, sin embargo, parece m¨¢s dif¨ªcil de alcanzar. "Veremos", responde David, mientras su entrenador, Suso Morl¨¢n, anuncia: "?l tiene un estilo un poco keniano, y es mejor en 1.000 metros que en 500, pero pensamos que tambi¨¦n se podr¨¢ conseguir algo. Pero debe quedar claro que la prueba tiene un superfavorito, que es el ruso Maxim Opalev, del que hemos visto ya varios v¨ªdeos".
David Cal no s¨®lo aspira a volver a subir al podio, sino que suspira porque su mejor amiga, Mar¨ªa Teresa Portela, y Beatriz Manch¨®n consigan una medalla en K-2, al igual que Damian Vindel y Francisco Llera. "Hasta ma?ana", se despidi¨® ayer Cal.
![David Cal se tumba en el suelo, en un ejercicio de relajaci¨®n, tras haber ganado la medalla de oro en la categor¨ªa C1 de 1.000 metros.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5NP33UKOC4XC4KH424QSE4NMXU.jpg?auth=20e19d015a6d6823c4673ad3d2d125b24808f7f9625c06da75c43a24b6ad318c&width=414)
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