Muletero sin rematar

Otro cartel modesto en la Monumental de Barcelona, de esos que suelen rellenar la temporada. Con el primero de los dos toros destinados al rejoneo, el portugu¨¦s Rui Fernandes tuvo una actuaci¨®n entonada, aunque le cost¨® calentar al respetable, salvo en dos quiebros en los medios. La continuidad de su labor se vio perjudicada por las pausas al cambiar de cabalgaduras y por las excesivas intervenciones del peonaje. Los dos rejones de muerte fueron muy defectuosos de colocaci¨®n. Hubo mayor vibraci¨®n en el cuarto, porque ten¨ªa mayor codicia, aunque a la vistosa labor de Fernandes le faltase tambi¨¦n continuidad y le sobrase salirse pronto de las suertes en alguna ocasi¨®n. Acert¨® al primer rej¨®n de muerte, pero como los turistas, que eran mayor¨ªa, no pidieron la oreja, se qued¨® sin.

Con el primero de lidia ordinaria, de aparatosas y astifinas defensas, Mart¨ªn Antequera sorte¨® con decisi¨®n las violentas y poco francas embestidas del astado. Dio todas las ventajas al quinto, que se arrancaba de lejos, aunque violento y con un pit¨®n izquierdo imposible. El muleteo fue s¨®lido, pero no consigui¨® impedir que el animal fuese a menos e hiciese amagos de rajarse y termin¨® su labor con una excelente estocada.

Buenas maneras

El tercero manse¨® claramente en el tercio de varas y Luis Vilches comenz¨® su faena de muleta muy toreramente y aunque luego la res no le permiti¨® redondear su actuaci¨®n, s¨ª se pudo advertir las buenas maneras y la torer¨ªa del diestro sevillano, que estuvo muy por encima de su oponente. Fall¨® con el estoque y ello le priv¨® de un premio mayor, emborron¨¢ndolo todo con 21 intentos de descabello. Con cabeceo y gazapeo bastante molestos, el toro que cerr¨® plaza impidi¨® que la faena de Vilches, pese a su entrega y buen tono, alcanzase mayor brillantez. Todo lo hizo el torero, que, con excelente corte, volvi¨® a estar por encima de la escasa calidad y corta arrancada de la res, que tard¨® en cuadrar a la hora de matar, lo que el sevillano hizo con colocaci¨®n defectuosa, aunque s¨®lo necesit¨® tres descabellos.

Con luz artificial a partir de la lidia del cuarto toro y el cielo cubierto de negros nubarrones, la lluvia no descarg¨® hasta que los espectadores abandonaban el coso, de nuevo con la sensaci¨®n de que el ganado hab¨ªa impedido que dos solventes profesionales tuviesen una actuaci¨®n m¨¢s lucida. Con todo, se pudo ver a un Antequera muy firme y buen estoqueador y a un Vilches excelente muletero, pero deficiente estoqueador.