Bailando sentados
Sin lugar a dudas la del lunes no fue la noche m¨¢s apacible del verano. El descenso de las temperaturas se hizo notar en la zona del F¨®rum, y los amenazantes nubarrones que durante toda la jornada hab¨ªan estado ocultando el sol se mostraban todav¨ªa m¨¢s inquietantes. Nada invitaba a prolongar un d¨ªa presumiblemente ajetreado en el recinto festivo y, sobre las 22.30, hora en que estaba anunciado el inicio de las actuaciones musicales nocturnas, el p¨²blico hab¨ªa empezado ya a tomar las de Villadiego. El escenario de la Marina volvi¨® a vivir la desolaci¨®n de sus primeros d¨ªas y, al final, hasta un chaparr¨®n inocuo pero irrespetuoso acab¨® por aguar la poca fiesta que all¨ª se viv¨ªa.
Y no es que la fiesta estuviera bajo m¨ªnimos por culpa del escenario sino porque todos lo efluvios danzantes que sal¨ªan por los altavoces se perd¨ªan irremediablemente en el vac¨ªo. La propuesta de Mercan Dede es terriblemente caliente y necesita del calor del personal pera retroalimentarse. En el inmenso escenario de la Marina unas 200 personas (contadas en el mejor de los momentos) se perd¨ªan como hormigas en el oc¨¦ano, y m¨¢s si se tiene en cuenta que se trataba de una propuesta eminentemente bailable y buena parte de los asistentes estaban sentados en las lejanas gradas.
El multinstrumentista y pinchadiscos turco afincado en Canad¨¢ Mercan Dede se present¨® en el F¨®rum al frente de sus platos y sonidos pregrabados, y acompa?ado de cuatro m¨²sicos turcos que utilizaban instrumentos tradicionales totalmente ac¨²sticos. Un equilibrio inteligente entre lo electr¨®nico y lo ac¨²stico y entre las sonoridades danzantes occidentales y los ritmos turcos que no ca¨ªa nunca en la habitual postal tur¨ªstica e incitaba inmediatamente al movimiento. Dede parte de las melod¨ªas suf¨ªs de su tierra natal para crear a su alrededor, sin llegar a traicionarlas nunca, un entramado electr¨®nico que no desmerecer¨ªa en ninguna pista de baile. Potentes percusiones y un magn¨ªfico solista de kanun (el salterio ¨¢rabe) marcaban las disgregaciones electr¨®nicas del l¨ªder, que tambi¨¦n mostr¨® sus habilidades con el ney (la flauta de ca?a tradicional).
Una vez m¨¢s un concierto sumamente atractivo se perdi¨® en la noche del F¨®rum.
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