Radio Casualidad
Podr¨ªamos preguntarnos de qu¨¦ hablar¨ªa la gente si no hubiera basura en la televisi¨®n y en otros medios a los que les dar¨ªa horror saber que ellos tambi¨¦n venden basura. Para el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa del desecho no hay l¨ªmite alguno; y con esa relajaci¨®n de los l¨ªmites se juega de modo que la gente ya espera babeante para ver qu¨¦ hay de nuevo sobre el ¨²ltimo esc¨¢ndalo.
El otro d¨ªa estuve contemplando por casualidad uno de esos programas en los que el pellejo ajeno es pasto de alfombras de la sala de estar y observ¨¦ cu¨¢l es uno de los objetivos del despellejamiento: que reaccionen los despellejados para tener una secuela con m¨¢s morbo a¨²n. El presentador explic¨® con un encogimiento de hombros (?qu¨¦ se le va a hacer!) que una familia muy conocida estaba dando brincos de rabia al ver su intimidad asaltada. El encogimiento de hombros quer¨ªa decir varias cosas: ¨¦sa, qu¨¦ se le va a hacer. Y otra: no tienen nada que hacer, seguiremos por esta v¨ªa hasta el despellejamiento final, nadie los va a defender. Y una m¨¢s: que les den morcilla.
Pero ?de qu¨¦ hablar¨ªa la gente si ellos no estuvieran con el pellejo en la mano? Se producir¨ªa un gran silencio nacional, en los ascensores, en los bares, en la sobremesa en el cuarto de estar e incluso en la alcoba. Estamos en la cuesta abajo (es decir, arriba) de esta tendencia, y ya no la para ni Dios. Como dec¨ªa Blas de Otero, no la para ni Dios, "lo asesinaron".
La conversaci¨®n nacional est¨¢ definitivamente contaminada. En este mismo art¨ªculo se dice que por casualidad ca¨ª en un programa de ¨¦sos. No es cierto: uno cae porque quiere. La situaci¨®n me recuerda una c¨¦lebre denominaci¨®n radiof¨®nica made in Cuba. Resulta que, como es notorio, Castro tiene prohibido escuchar Radio Mart¨ª, la radio del exilio cubano en Miami. Como es l¨®gico, cualquier cubano que se precie oye en cualquier parte de la isla esas emisiones que invaden el dial tan celosamente guardado por la Revoluci¨®n. Y cuando alguien tiene que aceptar que escuch¨® esa emisora tiende a decir: "Oyendo la radio, esta ma?ana, escuch¨¦ por casualidad Radio Mart¨ª...". Y as¨ª Radio Mart¨ª pas¨® a ser llamada Radio Casualidad. La basura nos llega por casualidad. Y como por casualidad ya reina entre nosotros.
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