Purificaci¨®n por el agua

Toda instalaci¨®n reclama su espacio, un lugar desde el que reverbere con vigor su invocaci¨®n a los sentidos del visitante. I lavatoi dell'anima (los lavaderos del alma) lo ha encontrado en el antiguo aljibe del siglo XVII de Es Baluard. Fabrizio Plessi, que distribuye sus residencias entre Venecia y Mallorca, lo supo desde el primer momento en que entr¨® en contacto con esta suerte de cripta prodigiosa. Ella es el territorio para exposiciones temporales de este nuevo museo de arte moderno y contempor¨¢neo, inaugurado en Palma a comienzos de a?o, al que acompa?a una interminable pol¨¦mica por el modelo de gesti¨®n adoptado, una mixtura entre lo p¨²blico y lo privado que alienta las suspicacias.

Fabrizio Plessi (Reggio Emi

lia, Italia, 1940) se embriag¨® de entusiasmo al contemplar ese espacio subterr¨¢neo y supo de inmediato que no habr¨ªa mejor sitio para dar cobijo a una renovada versi¨®n de su obra Bombay-Bombay, concebida en 1992. No err¨® el artista italiano. El acoplamiento entre el envoltorio p¨¦treo del aljibe y la pieza -una estructura modular en hierro sobre el suelo que alberga una treintena de monitores de televisi¨®n y ropa amontonada- funciona eficazmente. Algo a lo que contribuye tambi¨¦n la fusi¨®n simb¨®lica entre una obra que evoca los lavaderos p¨²blicos de Dhobi Ghat en la ciudad india y un aljibe que fue refugio del agua antes de transformarse en sala de exposiciones.

I lavatoi dell'anima logra crear una envoltura an¨ªmica que atrapa al visitante como una membrana sutil e impalpable. Para crear esa experiencia est¨¦tica, Plessi se vale de una variada y arm¨®nica gama de recursos, en la que se incluyen sus tradicionales amalgamas de contrarios, su conciliaci¨®n de lo sofisticado y lo elemental, de artificio y naturaleza, de tecnolog¨ªa y artesan¨ªa (en este caso, representada por los ovillos de s¨¢banas apiladas).

Sin embargo, ser¨ªa injusto orillar la contribuci¨®n esencial que aportan la envoltura et¨¦rea de la iluminaci¨®n, el sonido constante del agua que corre como un r¨ªo interior por los monitores/lavaderos, y la m¨²sica ambiental de evocaci¨®n hind¨² de Michael Nyman y U. Shrinivas. El conjunto busca transportar la mente m¨¢s all¨¢ de las lindes del yo, hacia esa esfera universal que el tao¨ªsmo ha representado precisamente como un r¨ªo fluyente y sedante. Una purificaci¨®n, en definitiva, de los trapos sucios de la materia y del alma, como sugiere el t¨ªtulo de la instalaci¨®n.

La muestra se completa con una selecci¨®n de dibujos preparatorios originales y bocetos del autor, todos ellos ubicados con justicia en el vest¨ªbulo exterior que precede al aljibe, ya que la pieza principal reclama una desnudez total a su alrededor. Se trata de obras de arte en s¨ª mismas, realizadas en parte en los folios encontrados por Plessi en la habitaci¨®n del hotel Taj Mahal de Bombay, en el torbellino de la inspiraci¨®n inicial. All¨ª naci¨® esta pieza con la que homenajea a Pasolini por su relato El olor de la India, "la m¨¢s aut¨¦ntica, ¨²nica, profunda y existencial gu¨ªa de Bombay jam¨¢s escrita", seg¨²n subraya el propio artista en uno de los textos que acompa?an a su videoescultura.