Agujeros no tan negros
Lo siento por los aficionados a la ciencia-ficci¨®n, pero no existe la menor posibilidad de usar los agujeros negros para viajar a otros universos. Los agujeros negros no se tragan para siempre todo lo que atraviesa su horizonte. Con estas palabras, Stephen Hawking, el cient¨ªfico vivo m¨¢s conocido, conmocionaba el pasado julio, por sorpresa ?y a la vez! a legos y colegas.
En 1975 demostr¨® que los agujeros negros emiten cierta radiaci¨®n. La llamada radiaci¨®n de Hawking es un efecto insignificante (un agujero negro de N masas solares tarda la friolera de 1.071 por N3 segundos en evaporarse, cuando la edad del universo es s¨®lo de 4 por 1.017), pero plantea una paradoja que acaso amague nueva y profunda f¨ªsica. Es la llamada paradoja de la informaci¨®n.
El propio Hawking sosten¨ªa que la radiaci¨®n de ¨ªdem no porta informaci¨®n ¨²til sobre lo que ocurre en el interior del agujero. Pero seg¨²n la vigente f¨ªsica cu¨¢ntica, la informaci¨®n no puede destruirse del todo.
Y en Dubl¨ªn, delante de 700 sabios de la 17 Conferencia Internacional sobre Relatividad General y Gravitaci¨®n, Hawking anuncia que ha resuelto la paradoja. Cambio de opini¨®n: seg¨²n sus nuevos c¨¢lculos algo de informaci¨®n se conserva.
El f¨ªsico pide hablar a ¨²ltima hora. La expectaci¨®n es electrizante y el revuelo monumental. Nadie ha visto a¨²n los c¨¢lculos del genio, pero sus palabras corren por la Red como una deflagraci¨®n. Dos nombres alcanzan los titulares de la prensa diaria de todo el globo: Hawking y Dubl¨ªn.
La sede de Dubl¨ªn se improvis¨® de urgencia al fallar la candidatura espa?ola (cuya nominaci¨®n era ya segura) porque el F¨®rum nunca respondi¨® a la propuesta.
La pr¨®xima conferencia se va a Sidney (2007). Vaya.
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