Casting
Leo que este a?o se ha batido el r¨¦cord de solicitantes a participar en el Gran Hermano. Cuando se abri¨® el casting para esta edici¨®n, que ya es la sexta, se apuntaron 130.000 personas en s¨®lo un mes, m¨¢s otras 50.000 a trav¨¦s de la p¨¢gina web. Lo cual supone un incremento del 18% con el a?o pasado, que a su vez tambi¨¦n fue r¨¦cord. Teniendo en cuenta que la mayor¨ªa son j¨®venes, y que hay otros reality shows adem¨¢s de ¨¦ste, se dir¨ªa que la mitad de la prometedora muchachada de este pa¨ªs tiene como objetivo en su vida entrar en uno de esos programas espeluznantes. ?Qu¨¦ quieres ser de mayor, hijo? Yo, famosillo de la tele. Es una vocaci¨®n en alza, evidentemente. Todo un carrer¨®n.
Hay que reconocer que es una ocupaci¨®n la mar de tentadora, porque no hay que romperse los cuernos para buscar trabajo, cosa en ocasiones bastante dif¨ªcil, ni aguantar los comienzos laborales, siempre tan esclavos. Aqu¨ª, en cambio, en el momento que entras, venga a ganar dinero por hacer el mendrugo. Por no hablar de las grandes salidas que la cosa ofrece, porque, de ser escogido para el Gran Hermano, luego te puedes labrar un brillante futuro de invitado chill¨®n a un programa basura, con sueldos suculentos, ligues f¨¢ciles y noches trepidantes de discoteca con las copas gratis, es decir, puro sexo, droga y Julio Iglesias, porque no creo que alcancen el nivel del rock and roll.
?C¨®mo se preparar¨¢n estos chicos para una dedicaci¨®n tan exigente? ?Pase¨¢ndose en ropas menores por sus casas? ?Ensayando broncas descomunales con los amigos? ?Despellejando p¨¦rfidamente al pr¨®jimo con los vecinos? Una vez escuch¨¦ decir a un responsable del Gran Hermano que los aspirantes sol¨ªan ser gente inteligent¨ªsima y muy preparada. O sea, que la flor de nuestra juventud, en vez de hacer oposiciones, se pelea por hacer el casting del programa. Hace a?os me espantaba que el modelo de triunfo social a seguir fuera un tibur¨®n como Mario Conde, que ya vemos en d¨®nde ha terminado. Pero hasta eso me parece mejor que lo de ahora, que este anhelo de ascender a un limbo de burricie tan entumecedor que ni siquiera debe de llegar a salpicarles la anegadora sangre de los ni?os rusos.
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