Del pergamino al soporte digital
La sede del Archivo General de Guip¨²zcoa, en Tolosa, cumple cien a?os guardando cinco siglos de historia
Tal d¨ªa como hoy, hace cien a?os, abr¨ªa sus puertas en Tolosa el edificio del entonces denominado Archivo Provincial. Un siglo despu¨¦s, sus muros siguen guardando una buena parte de la memoria de Guip¨²zcoa. Desde la documentaci¨®n hist¨®rica generada y recibida por las Juntas Generales y las diputaciones a principios del siglo XV, hasta haza?as rubricadas ya en nuestros tiempos, como la relaci¨®n de los montes coronados por Xebe Pe?a.
El caso es que la Diputaci¨®n -que encarg¨® la construcci¨®n del inmueble al arquitecto foral Manuel de Echave, el mismo que firm¨® la catedral donostiarra del Buen Pastor- se ha agarrado al centenario de la sede del ahora llamado Archivo General de Guip¨²zcoa para dar voz a esa memoria, que descansa silenciosa repartida en viejos pergaminos y amarillos papeles, pero tambi¨¦n en modernos soportes digitales.
Conserva desde documentaci¨®n foral hasta fotos del monta?ero Xebe Pe?a
Aunque hasta llegar al uso de las nuevas tecnolog¨ªas hay que recorrer un largo camino que arranca en 1530. Ese a?o, las Juntas Generales eligieron la iglesia de Santa Mar¨ªa de Tolosa como sede fija de la documentaci¨®n foral. El paso de los a?os fue haciendo mella en el material institucional, de manera que a principios del siglo XX la Diputaci¨®n decidi¨® construir un archivo capaz de esquivar los problemas de la humedad o el fuego.
El Archivo General se estren¨®, por tanto, con los fondos de las Juntas Generales y de la Diputaci¨®n guipuzcoana. Entre ellos destaca el Libro de los Bollones, un c¨®dice de entre 1481 y 1505 que re¨²ne ordenanzas, cartas y provisiones concedidas a la provincia de Guip¨²zcoa por los reyes de Castilla. Incluye acuerdos, formularios de escrituras y otra documentaci¨®n relativa a la organizaci¨®n, gobierno y competencias jurisdiccionales de la Hermandad de Guip¨²zcoa. Todo ello manuscrito por el escribano tolosarra Domenj¨®n Gonz¨¢lez de Andia, seg¨²n explica Ana Otegi, encargada de las visitas guiadas al archivo guipuzcoano, a las que hoy podr¨¢ acceder la ciudadan¨ªa en general.
Un archivo que en 1907 se abre a otros fondos y acoge los documentos del Corregimiento o, lo que es lo mismo, 40.000 pleitos civiles y criminales que se resolvieron entre principios del siglo XVI y 1841, a?o en que se suprimi¨® la figura del corregidor, representante del rey que ejerc¨ªa funciones de gobierno y justicia. Unos planos del Balneario de Zestoa fechados en 1789, por ejemplo, rememoran un proceso que oblig¨® a analizar la calidad de las aguas del lugar.
El tercer gran pilar del archivo, levantado sobre un solar que en su d¨ªa ocup¨® un convento de franciscanos, son los protocolos del partido notarial de Tolosa desde comienzos del siglo XVI, unos documentos que sirven para viajar en la historia y conocer detalles tan concretos como el plano de divisi¨®n de unos t¨¦rminos que ten¨ªan proindiviso Alegia y Altzo all¨¢ por 1830. Este fondo no deja de engordar cada a?o, ya que se van incorporando los protocolos centenarios.
Junto a estos tres grandes fondos han venido a reposar otras colecciones menos copiosas tanto de instituciones como de personas p¨²blicas y privadas. El contenido es variado, desde la certificaci¨®n de armer¨ªas del apellido Irigoyen, de la Casa Gazta?aduy, de 1614, hasta la correspondencia dirigida a la empresa Justo Artiz y C¨ªa, de Zumarraga, fechada en 1898.
No falta el material gr¨¢fico, como las fotos de los pelotaris Atano III y Atano II tomadas por Indalecio Ojanguren en el front¨®n Astelena de Eibar entre 1923 y 1925. O parte de la colecci¨®n de im¨¢genes captadas por su colega Sigfrido Koch, quien, entre otros muchos instantes, inmortaliz¨® el momento en el que el monta?ero Xebe Pe?a particip¨® en 1983 en una procesi¨®n en Aralar con la imagen de San Miguel.
En definitiva, escritos e im¨¢genes que resisten al tiempo y dan cuenta de la historia. Eso s¨ª, a veces con la ayuda del equipo de restauradores liderado por Pedro Barbachano, que se vale de las t¨¦cnicas m¨¢s avanzadas para "curar documentos enfermos y devolverles su funcionalidad", subraya en el laboratorio del archivo.
Y es que el tiempo se resiste a no dejar su huella. Por eso, aunque el continente del archivo cumple hoy cien a?os, sus instalaciones internas se rehabilitaron entre 1986 y 1990 para incorporar los nuevos adelantos y tecnolog¨ªas en la conservaci¨®n y difusi¨®n de la memoria, que, de momento, ocupa 3.500 de los 7.000 metros lineales de los que dispone la sede. "Memoria es identidad", afirm¨® ayer el diputado general de Guip¨²zcoa, al conmemorar el siglo de vida del edificio.
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