Dos hombres sin destino
El arranque de la liga de f¨²tbol en primera divisi¨®n ha provocado una cantidad ingente de especulaciones sobre las posibilidades de ¨¦ste o aqu¨¦l equipo para proclamarse campe¨®n de Espa?a, de Europa o de la galaxia estelar. Emisoras de radio y prensa deportiva convocan sus respectivos sanedrines para que, bola de cristal mediante y no escasa osad¨ªa, pronostiquen el futuro. Los te¨®ricos del balompi¨¦ vienen a concluir, tras no poca ret¨®rica, en lo de siempre: la liga ser¨¢ cosa del Madrid o del Bar?a con el Deportivo de A Coru?a y el Atl¨¦tico de Madrid de animadores. Al Valencia, desde luego, ni se le menciona en estas tenidas futbol¨ªsticas, aunque en los ¨²ltimos tres a?os haya ganado dos ligas, una copa de la UEFA y una Supercopa de Europa. Las excepciones -y los ¨¦xitos de los de Mestalla deben de serlo- s¨®lo confirman el axioma: El campeonato liguero es cosa del Real Madrid, con los incordios tolerados del Bar?a y las rarezas ex¨®ticas del Atl¨¦tico de Madrid y del Deportivo.
Al lado de Camps, aunque no junto a ¨¦l, se encuentra Pla en su apuesta por la invisibilidad pol¨ªtica de los valencianos
El Valencia, pese a sus recientes logros, es un equipo invisible en Espa?a. Un hecho que, por mucho que indigne a los valencianistas, no deber¨ªa sorprender a nadie. De una manera u otra, los equipos de f¨²tbol reflejan la personalidad de los colectivos sociales. As¨ª, se da por supuesto que el Real Madrid es el equipo del poder, con independencia de cu¨¢l sea ¨¦ste, y que el Bar?a es "quelcom m¨¦s que un club" porque representa a Catalu?a. Por contra, el Valencia es un equipo invisible porque la sociedad que se supone debe representar es inmaterial, impersonal o, si se prefiere, "muelle", que dir¨ªa el Conde Duque de Olivares. No vale la pena discutir cu¨¢l es el origen de esta situaci¨®n. El hecho es que, coherentemente, los m¨¢ximos representantes p¨²blicos de los valencianos, quienes deber¨ªan esforzarse por transformar esta realidad, practican una pol¨ªtica invisible. Me refiero, claro est¨¢, al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y al l¨ªder de la oposici¨®n, Joan Ignasi Pla.
Del primero se sabe que renunci¨® a su incipiente pol¨ªtica valencianista para conseguir la cobertura a¨¦rea de Rajoy en su batalla con Eduardo Zaplana. Un apoyo que ha tenido que pagar con una crisis en el Consell, una suerte de "parche Sor Virginia" para cauterizar una cornada en la femoral que, aunque pueda parecer otra cosa, no est¨¢ en las bases del Partido Popular, sino en las Cortes Valencianas donde su grupo parlamentario ya le lleva ganados dos pulsos y espera ganarle un tercero en el pr¨®ximo congreso regional, que ser¨¢ la pen¨²ltima madre de todas las batallas del PP.
Francisco Camps ha remodelado su gobierno con el objetivo de garantizarse una c¨®moda mayor¨ªa en el congreso regional de noviembre. Amarra Castell¨®n con la vicepresidencia de V¨ªctor Campos, se garantiza el apoyo de Valencia con Rita Barber¨¢ y Juan Cotino, y aspira a consolidarse en Alicante a trav¨¦s de la Marina Alta y de la consejera Milagrosa Mart¨ªnez. Una estrategia que se completa con el inconfesado deseo de hacer de Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll una especie de virrey alicantino con poderes limitados, como si de un Carlos Fabra capitidismnuido se tratara. Pero todas estas maniobras no le garantizan el control del grupo parlamentario, aut¨¦ntica llave de paso del poder.
A cambio de tan incierto futuro, Camps ha sacrificado a Esteban Gonz¨¢lez, uno de sus alfiles m¨¢s combativos, ha renunciado a un discurso propio en el debate sobre el modelo territorial de Espa?a (el anuncio de que va a ser el portavoz del PP en esta cuesti¨®n no deja de ser un premio de consolaci¨®n), su reivindicaci¨®n de convertir la Comunidad Valenciana en el punto de encuentro entre el arco mediterr¨¢neo y el eje Madrid-Valencia-Mallorca confunde el centro geom¨¦trico con la centralidad pol¨ªtica. Baste constatar, encuentros clandestinos aparte, su empe?o en liderar un polo de desarrollo pol¨ªtico tan significativo como el que configuran Valencia-Murcia-Almer¨ªa. Toda una declaraci¨®n de principios. Paralela a su negativa a intervenir en el debate sobre la eurorregi¨®n que propone Pasqual Maragall. Resulta extra?o ver a un pol¨ªtico volcarse en el sur, despreciando al norte. No es preciso ser un adivino para saber qu¨¦ piensan los empresarios valencianos sobre esta apuesta.
El presidente Camps no est¨¢ solo en esta apuesta por la invisibilidad pol¨ªtica valenciana. A su lado, aunque no junto a ¨¦l, se encuentra el secretario general del PSPV-PSOE. Joan Ignasi Pla, desde hace tiempo, tampoco tiene el menor inter¨¦s en significarse con aportaciones pol¨ªticas propias en los debates de calado. Hay noticias de que tiempo ha defendi¨®, cierto es que t¨ªmidamente, los acuerdos del PSOE aprobados en Santillana del Mar sobre el modelo territorial, pero desde que ¨¦stos fueron desbordados por las acontecimientos no se le ha escuchado decir una palabra. Ni sobre cuesti¨®n tan crucial ni sobre otras. Un ejemplo. El pasado jueves, tras la reuni¨®n que mantuvo con su grupo parlamentario, una nota de prensa oficial de su partido resum¨ªa su intervenci¨®n en un titular tal que el siguiente: "Queremos que los ciudadanos se ilusionen con nuestras iniciativas". Cu¨¢les eran ¨¦stas sigue siendo una inc¨®gnita. Por cierto, ese mismo d¨ªa, un cable de la agencia Efe recog¨ªa unas declaraciones de Joan Lerma en las que el ex presidente de la Generalitat reclamaba para el Senado la condici¨®n de foro en el que debatir la situaci¨®n financiera de las comunidades aut¨®nomas. Las comparaciones siempre son odiosas.
Un repaso somero de las iniciativas pol¨ªticas del l¨ªder de la oposici¨®n desde que concluy¨® el congreso de su partido en el que fue reelegido secretario general, reduce su actividad, am¨¦n de unas largas vacaciones, al anuncio de la presentaci¨®n de una moci¨®n de censura al presidente de la Generalitat si ¨¦ste no se somet¨ªa a una cuesti¨®n de confianza. Cierto es que el anuncio se hizo con agostidad y con la boca chica. Pero no lo es menos que apareci¨® como una postura coherente con sus reiterados compromisos de que los socialistas estaban dispuestos a garantizar la gobernabilidad de Camps si algunos sectores del PP no le brindaban su apoyo. Coherentemente, la moci¨®n de censura (una decisi¨®n trascendental) ha desaparecido de la agenda del l¨ªder socialista. Algunos entienden as¨ª la pol¨ªtica. Las min¨²sculas siempre se apoderan de las may¨²sculas.
Queda por ver ahora c¨®mo se trasladar¨¢n a los presupuestos generales del Estado los compromisos del programa AGUA anunciado por la ministra Cristina Narbona, tan sensible ella con los problemas de los valencianos. Una prueba de fuego para Pla. Sabido es que lo que no est¨¢ en los presupuestos, no existe. Habr¨¢ que permanecer atentos para comprobar si en esto tambi¨¦n siguen siendo invisibles los socialistas valencianos, o tal vez no.
Ausentes los pol¨ªticos m¨¢s representativos de la Comunidad Valenciana de los grandes debates que se plantean ahora y aqu¨ª en Espa?a, nadie deber¨ªa sorprenderse porque se ningunee al Valencia ante la temporada futbol¨ªstica reci¨¦n comenzada. Al fin y al cabo es el equipo de los amores de dos l¨ªderes que prefieren la invisibilidad, la discreci¨®n y que otros elijan por ellos su destino.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- VI Legislatura Comunidad Valenciana
- Opini¨®n
- Mociones censura
- Presidencia auton¨®mica
- Vicepresidencia auton¨®mica
- PP
- Gobierno auton¨®mico
- Parlamentos auton¨®micos
- Generalitat Valenciana
- Comunidades aut¨®nomas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Comunidad Valenciana
- Parlamento
- Conflictos pol¨ªticos
- Partidos pol¨ªticos
- Espa?a
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica