Qu¨¦ tiempos aqu¨¦llos
Tiene, quiz¨¢ a su pesar, un toque nost¨¢lgico la versi¨®n de La del manojo de rosas que anteayer present¨® la Zarzuela como inauguraci¨®n de su temporada l¨ªrico-teatral. La nostalgia del tiempo perdido brota en la escena del d¨²o de Ascensi¨®n y Joaqu¨ªn del segundo acto, con la b¨²squeda del reencuentro y la madre de ¨¦l contemplando lo que pasa sigilosamente desde detr¨¢s de la ventana. Es el punto central y m¨¢s emotivo de esta comedia costumbrista que Emilio Sagi ha inmortalizado en el m¨¢s puro estilo de teatro musical americano.
El ritmo es excelente y la resoluci¨®n de los conflictos se hace con una ternura evidente. No ha perdido lozan¨ªa y se ha convertido en un cl¨¢sico este montaje estrenado en 1990, con Campos de director del teatro, y repuesto en 1991, ya con Emilio Sagi de sobreintendente, y en 1999. El reparto vocal en esta ocasi¨®n fue m¨¢s bien discreto. Los cantantes estuvieron un tanto apagados como cantantes y dieron lo mejor de s¨ª mismos como actores. El texto no acaba de entenderse mientras se est¨¢ cantando y a lo mejor no ser¨ªa ninguna tonter¨ªa poner subt¨ªtulos. Los franceses lo hacen con las operetas galas y nadie se rasga las vestiduras.
La del manojo de rosas
De Pablo Soroz¨¢bal. Con Milagros Mart¨ªn, Carlos Bergasa, Paloma Curros, Rafa Castej¨®n y Luis Varela, entre otros. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Director musical: Miguel Roa. Director de escena: Emilio Sagi. Reposici¨®n de la producci¨®n de 1990. Teatro de La Zarzuela, Madrid, 10 de septiembre.
Miguel Roa dirigi¨® con alegr¨ªa y soltura especialmente en la segunda parte y hasta tuvo que volverse para pedir silencio durante el preludio del segundo acto ante la incontinencia verbal de algunos espectadores. Como suele suceder en los estrenos de la Zarzuela, el patio de butacas estaba a rebosar de VIP, entre ellos Jos¨¦ Luis Sampedro o Mario Vargas Llosa, vamos, la cr¨¨me de la cr¨¨me, que dir¨ªa Espasa con su contagiosa simpat¨ªa.
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