Gao Xingjian y Cort¨¢zar marcan el comp¨¢s de Kosmopolis
La fiesta de la literatura se inaugura bajo el signo de la pluralidad, el mestizaje y el riesgo
La literatura es la gran protagonista de Kosmopolis, el encuentro bienal que se inaugur¨® ayer en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona, y que reunir¨¢ hasta el domingo a cerca de un centenar de escritores proponiendo las m¨¢s variadas actividades. Fueron tres exposiciones -dedicadas a Gao Xingjian, a Julio Cort¨¢zar y a los desaf¨ªos que introduce el hipertexto- las que iniciaron una fiesta que mostrar¨¢ los mil rostros de la literatura actual.
"El festival est¨¢ pensado dentro de los horizontes de un nuevo siglo"
Blanco y negro, luz y sombra. Gao Xingjian (Jangsu, China, 1940) habla, en una larga entrevista filmada en su casa de Par¨ªs que se exhibe en la muestra El mundo de Gao, de los dos grandes principios que alimentan su obra art¨ªstica. "Igual que en las fotos son las sombras las que hablan", dice, y va desmenuzando las obsesiones que alimentan las 40 obras de tinta china sobre papel de arroz que se han reunido en una exposici¨®n, comisariada por Cristina Carrillo de Albornoz y Juan Insua, que pretende recoger el car¨¢cter plural de su producci¨®n a trav¨¦s de una serie de piezas que forman parte de la colecci¨®n "m¨¢s ¨ªntima" del premio Nobel de Literatura del a?o 2000.
Est¨¢n los cuadros de Gao Xingjian, pero est¨¢ tambi¨¦n todo lo dem¨¢s. Sus libros, sus piezas de teatro y la ¨®pera que escribi¨® y dirigi¨® inspir¨¢ndose en la vida de Hui Neng, el fundador del budismo zen. La exposici¨®n recoge tambi¨¦n algunos rastros de las influencias que tocaron al autor chino en la elaboraci¨®n de su obra art¨ªstica: pinturas de la dinast¨ªa Ming y unos dibujos en tinta de Picasso y Michaux.
Oriente y Occidente, lo viejo y lo nuevo, y todo ello revuelto en una obra plural, que dinamita cualquier g¨¦nero y que busca nuevas formas para dar cuenta del variopinto mundo de un escritor que empez¨® su obra en su pa¨ªs de origen, China, y que hoy vive en Par¨ªs como refugiado pol¨ªtico.
Lo coment¨® ayer Josep Ramoneda, director del Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona, en la presentaci¨®n de las tres exposiciones con que empez¨® a andar Kosmopolis, que lo que se pretend¨ªa reflejar era precisamente eso: el car¨¢cter renacentista de tantos creadores, que cultivan g¨¦neros diferentes, y la propia inestabilidad de cada disciplina, marcada ya por influencias que proceden de ¨¢reas muy diferentes.
?Y qui¨¦n mejor para reflejar esa curiosidad insaciable, la voluntad de romper todo molde, el gusto por transitar por disciplinas distintas y las ganas de jugar, de provocar, de polemizar que Julio Cort¨¢zar, ese escritor argentino que naci¨® en Bruselas y que invent¨® gran parte de su obra en las calles de Par¨ªs? Viajes, im¨¢genes y otros territorios es el t¨ªtulo de la exposici¨®n, que han dirigido Roc¨ªo Santa Cruz y Juan Insua, que ha explorado en los archivos de Aurora Bern¨¢rdez para adentrarse y recomponer el universo literario y personal de Cort¨¢zar (1914-1984).
"Yo me siento a la m¨¢quina y dejo correr el vasto r¨ªo de los pensamientos y los afectos", escribi¨® alguna vez Cort¨¢zar, y la frase constituye la m¨¢s fiel declaraci¨®n de intenciones de un escritor que tan poco cuidado puso en la ortodoxia y que convirti¨® cada proyecto en una ocasi¨®n para reflexionar sobre la infinita variedad del mundo y para celebrar cuanto lo hac¨ªa feliz -el jazz, el cine, la fotograf¨ªa, los libros, los viajes-.
En 1968, por ejemplo, Julio Cort¨¢zar y Aurora Bern¨¢rdez viajaron a India, donde se alojaron en casa de Octavio Paz. All¨ª visitaron el observatorio astron¨®mico del sult¨¢n Jai Singh, en Ja?pur. Los extra?os pasadizos, las escaleras y torres, las complejas instalaciones: todo ello lo fotografi¨® el escritor argentino. Las 36 im¨¢genes con las que regres¨® a Par¨ªs tuvieron que ser retocadas en el estudio de Antonio G¨¢lvez, el gran fot¨®grafo que inmortaliz¨® la vida del argentino en el barrio latino de la capital francesa (y de quien se exhiben algunas instant¨¢neas ya cl¨¢sicas y otras menos conocidas), y sirvieron de fuente de inspiraci¨®n para uno de sus libros m¨¢s at¨ªpicos: Prosa del observatorio, un texto en el que se combina la vertiente m¨¢s experimental de Cort¨¢zar con una profunda dimensi¨®n po¨¦tica cargada de elementos fant¨¢sticos.
El car¨¢cter ex¨®tico del observatorio de Jai Singh coincide en la exposici¨®n con im¨¢genes de otras series de Cort¨¢zar (est¨¢n los originales de Mu?eca Rota y de Los autonautas de la cosmopista), con fotograf¨ªas de distintos viajes, retratos (algunos in¨¦ditos), la presencia de algunos de sus libros y una selecci¨®n de cartas a escritores, amigos y editores.
Entre el mundo de Gao y los variados territorios que recorre Cort¨¢zar, Kosmopolis ofrece una tercera exposici¨®n: Hiperiment. El hipertexto en juego. Juan Insua, responsable del concepto y la direcci¨®n de las actividades de esta at¨ªpica convocatoria literaria, se ha ocupado con David Casacuberta de esta propuesta. "El festival est¨¢ pensado dentro de los horizontes de un nuevo siglo", comenta, "en que todo est¨¢ siendo puesto en cuesti¨®n, donde han entrado en crisis muchos de los modelos tradicionales de conocimiento y aprendizaje, como las aulas, los laboratorios y las bibliotecas, y en los que cada vez hay un di¨¢logo m¨¢s fluido entre las ciencias y las artes".
El hipertexto, que admite definiciones distintas pero que designa al fin un lugar donde conviven lenguajes diferentes, donde el soporte de las nuevas tecnolog¨ªas es esencial y donde las ramificaciones de los contenidos parecen infinitas, es un excelente medio para explorar los desaf¨ªos de la literatura en este nuevo mundo. "La exposici¨®n empieza por proponer varias definiciones de hipertexto", explica Insua. "Lo que est¨¢ en juego es la necesidad de un lector que sea activo, creativo, c¨®mplice. Ya no hay fundamentos absolutos, el mundo es tremendamente complejo y los textos no est¨¢n cerrados, unos remiten a otros y se prolongan y enriquecen".
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