Una cuesti¨®n de buen gusto

M¨¢s que el resultado, excelente por otra parte, al Barcelona le encumbr¨® anoche el juego. Incluso pareci¨® mejor equipo cuando el marcador era de empate a cero, hasta el precioso gol de Deco, que en el tramo final, momento en que firm¨® la victoria con la salida del oportunista Larsson. Por momentos, la actuaci¨®n del equipo evoc¨® la mejor versi¨®n del dream team. A la brutalidad del Celtic, equipo callejero por excelencia en su Paraiso, respondi¨® con un f¨²tbol exquisito. Asom¨® de nuevo el Bar?a que juega a un toque, siempre de primera, capaz de combinar en los distintos sectores del campo y de crear superioridad num¨¦rica en la divisoria. Igual aparec¨ªa M¨¢rquez, que Deco, Belleti, Van Bronckhorst, Xavi o Ronaldinho, cuya reaparici¨®n marc¨® el punto ¨¢lgido barcelonista. Cualquiera de los laterales y los centrocampistas puede tirar la l¨ªnea de pase mientras que el pivote [Gerard] igual se retrasa para facilitar la salida del central [M¨¢rquez] que inicia el ataque.

As¨ª fue cuando el Celtic se encontr¨® con el gol del empate, y Vald¨¦s tuvo que emplearse a fondo en un par de acciones, motivos de sobra para que el partido provocara el debate de toda la vida entre los ambientes barcelonistas. Frente a quienes les encant¨® la propuesta de Rijkaard, por el buen gusto que supone, se presentan los resultadistas, que demandan un equipo terminal, que liquide los partidos sin m¨¢s concesiones.

Las comparaciones su suceden entre los aficionados. Puede, que en el fondo, se extienda un ataque de nostalgia, ni que sea para combatir la sequ¨ªa de los ¨²ltimos a?os. Igual a los barcelonistas les pierde la est¨¦tica como se le reprocha a los catalanes. En cualquiera de los casos, hay consenso en que el Bar?a vuelve a tener un buen equipo de f¨²tbol.