El forense Miguel Lorente afirma que una de cada tres mujeres sufre malos tratos en su vida
Polic¨ªa y Guardia Civil registraron de enero a julio m¨¢s de 7.000 denuncias en Andaluc¨ªa
Todas las estad¨ªsticas llevan al mismo dato. Da igual que se trate de un pa¨ªs desarrollado o no. Una de cada tres mujeres en todo el mundo ha sufrido o sufrir¨¢ alg¨²n maltrato por parte de su pareja a lo largo de su vida. En Andaluc¨ªa, 7.000 denunciaron a sus parejas por violencia de g¨¦nero de enero a julio. El catedr¨¢tico de Medicina Legal de la Universidad de Granada, Miguel Lorente, hizo estas reflexiones durante su intervenci¨®n en el curso Mujeres en situaci¨®n de conflicto, organizado en Almu?¨¦car por el Centro Mediterr¨¢neo de la Universidad de Granada.
Seg¨²n estudios realizados por Naciones Unidas y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, alrededor del 30% de las mujeres sufre alg¨²n tipo de vejaci¨®n o maltrato a lo largo de su vida. La cifra no la agrandan los pa¨ªses subdesarrollados. En los Estados con un sistema sanitario moderno, el 31% de las mujeres atendidas en Centros de Salud tienen secuelas de violencia dom¨¦stica. En Espa?a, seg¨²n la ¨²ltima macroencuesta del Instituto de la Mujer sobre datos de 2002, el 20% de las mujeres es v¨ªctima de esta lacra, aunque s¨®lo el 6% lo reconoce. Las palizas o agresiones afectaron ese a?o a dos millones de mujeres espa?olas, seg¨²n el forense granadino.
Lorente se refiri¨® tambi¨¦n a la situaci¨®n en Andaluc¨ªa, donde en lo que va de a?o, se han registrado m¨¢s de 7.000 denuncias de violencia dom¨¦stica. La regi¨®n ocupa el s¨¦ptimo lugar en el r¨¢nking de comunidades con mayor n¨²mero de casos, s¨®lo superada por Baleares, Canarias, Comunidad Valenciana, Murcia, Ceuta y Melilla. S¨®lo en la provincia de Granada, la Polic¨ªa y la Guardia Civil tuvieron conocimiento de 855 casos entre enero y julio de 2004.
Respuestas insuficientes
El forense consider¨® insuficientes las respuestas que desde el Gobierno se dan a este problema, que, seg¨²n dijo, no llegan a la ra¨ªz sino que se quedan "en las manifestaciones excesivas, cuando toda manifestaci¨®n de violencia es en s¨ª misma negativa". Lorente record¨® que "las amenazas que reciben las mujeres son siempre graves porque la violencia empieza con la intimidaci¨®n". "Hay que detectar y frenar las situaciones de violencia psicol¨®gica que producen el sometimiento y el miedo", a?adi¨®.
Esas amenazas tienen el mismo objetivo que las palizas. Los agresores parten de una estructura social aceptada que considera que los golpes son v¨¢lidos para lograr un fin superior. "Esos hombres piensan que sus mujeres les dominan, son ligeras de cascos o est¨¢n nerviosas, entre otros muchos motivos, y piensan que pueden resolverlo recurriendo a la violencia", afirm¨® el forense. "Luego, justifican la agresi¨®n por el bien de la pareja o la familia".
"El agresor, en esos casos, no busca directamente herir a la mujer, sino controlarla. Por ese motivo la violencia que ejerce hacia ella siempre aumenta en relaci¨®n con el grado de poder que el maltratador percibe que gana o pierde", asegur¨®. Las palizas no son fruto de una p¨¦rdida de control, sino una estrategia racional. Esa es la raz¨®n por la que los agresores no buscan el anonimato ni niegan el crimen, sino que suelen cometerlos en lugares p¨²blicos y entregarse a la polic¨ªa nada m¨¢s consumarlos.
La sociedad percibe este tipo de violencia como algo negativo, lo que, seg¨²n Lorente, hace que Espa?a est¨¦ a la cabeza de Europa en casos conocidos. "Eso se debe a la gran reacci¨®n que provoc¨® el crimen de la granadina Ana Orantes" (quemada viva por su marido en C¨²llar-Vega despu¨¦s de denunciar sus malos tratos en un programa de televisi¨®n). Pero, junto al rechazo, dice el forense, "persiste tambi¨¦n la visi¨®n de que quiz¨¢s la mujer hizo algo para merecer la agresi¨®n".
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