El amigo de lo ajeno

Antes de que Solid Snake o Sam Fisher, protagonistas respectivamente de los juegos Metal Gear Solid y Splinter Cell, subieran al trono como maestros de la infiltraci¨®n, el ladr¨®n Garrett era el verdadero rey del sigilo. Corr¨ªa 1998 y se trataba de Thief: The Dark Project, una creaci¨®n del desaparecido estudio Looking Glass, que no se lanz¨® en Espa?a hasta que se apost¨® por una segunda parte, momento en que se reedit¨® la primera dentro de una serie econ¨®mica. Esto ayud¨® a que se convirtiera en un t¨ªtulo de culto que inicialmente s¨®lo degustaron los que lo importaron directamente de Estados Unidos. Seis a?os despu¨¦s se ha convertido en una franquicia que hay que exprimir tanto en PC como en la consola de Microsoft. De ello se encargan ION Storm y Eidos, que han comprado los derechos sobre el t¨ªtulo.

En una ambientaci¨®n medieval, Thief: Deadly Shadows propone guiar los pasos de un ladr¨®n con el ¨²nico fin de subsistir. Sin embargo, los acontecimientos y las conversaciones a las que tiene acceso secretamente durante sus robos, tejen una interesante historia que se espiga y permite tomar distintos caminos gracias a la libertad de actuaci¨®n que ofrece la aventura. S¨®lo los dos primeros robos est¨¢n guiados y deben ser ejecutados seg¨²n las instrucciones que aparecen en pantalla. De esta forma se aprenden los movimientos b¨¢sicos y las posibilidades de pasar inadvertido de Garrett. A partir de ese momento la base del ladr¨®n es su apartamento, que a juzgar por el peque?o tama?o lleva a pensar que en el medievo hubo tambi¨¦n una burbuja inmobiliaria. Desde ah¨ª podr¨¢ salir a los distintos barrios de 'La Ciudad', pasear por sus calles, introducirse en las casas para llevarse objetos de bajo valor, ejercer de carterista o acceder a los robos realmente importantes en castillos y mansiones bas¨¢ndose en la informaci¨®n privilegiada que posee.

Para conseguir su objetivo debe pasar inadvertido. Para ello es vital moverse por las sombras. Una gema que se ilumina u oscurece indica el nivel de ocultaci¨®n conseguido. Un guardia puede pasar junto a Garrett sin percatarse de que est¨¢ a su lado si la gema est¨¢ totalmente apagada. Moverse con cautela, no pisar superficies ruidosas, pegarse a la pared, etc¨¦tera es fundamental. Garantizar la entrada a habitaciones protegidas pasa por dominar el arte de forzar cerraduras con la ganz¨²a. En el juego se representa con el movimiento de las dos manos del protagonista que hacen girar unos c¨ªrculos met¨¢licos conc¨¦ntricos. En un punto, que se encuentra moviendo el rat¨®n a un lado y a otro, los c¨ªrculos tiemblan y hacen un ruido concreto que al presionar permite girar el bomb¨ªn. Repitiendo tres o cuatro veces la acci¨®n se desbloquea la cerradura y no hay puerta que se resista.

Otras armas aparentemente inofensivas ayudan a colarse sin ser visto. La flecha pirot¨¦cnica hace un petardeo al impactar contra una superficie s¨®lida. Lanzada al extremo contrario por donde se quiere entrar sirve para despistar a los guardias durante unos valiosos segundos. Si por mala suerte Garrett es descubierto, puede lanzar una granada de humo casera que aturdir¨¢ a los enemigos y permitir¨¢ tomarles ventaja en la huida. No hay que olvidar que el protagonista es un ladr¨®n, no un guerrero, con lo que tiene pocas posibilidades de sobrevivir en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con los vigilantes.

Es ir¨®nico que los objetos secundarios que vaya robando pueda venderlos en distintas tiendas espec¨ªficas para descuideros, donde a su vez se pueden comprar las herramientas propias de esta profesi¨®n.

Se han utilizado t¨¦cnicas de iluminaci¨®n din¨¢mica que arrojan sombras reales en los escenarios tridimensionales, abriendo todo un abanico de utilidades para las mismas. Igual que se puede saber hacia d¨®nde se mueve un personaje por su sombra, hay que huir de la luz para que la propia no se proyecte en un lugar donde pueda ser descubierta. Estos efectos requieren mucho esfuerzo por parte del procesador y hace que la versi¨®n de Xbox no se ejecute con mucha fluidez en algunos momentos.

Desafortunadamente, el t¨ªtulo, que es de notable alto, no se ha doblado al castellano. Es una l¨¢stima porque el protagonista hace las veces de narrador, y, como en las buenas novelas negras, tiene uno punto de cinismo en sus reflexiones muy enriquecedor.