?spero debate entre Camps y Pla sobre la Espa?a de Zapatero y la Europa de Maragall

El presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, del PP, quiso demostrar ayer que su gobierno funciona con un prolijo discurso de gesti¨®n en el Parlamento auton¨®mico. El l¨ªder socialista, Joan Ignasi Pla, le atac¨® por el aislamiento y la par¨¢lisis causados por la crisis interna que enfrenta a sus seguidores con los de Eduardo Zaplana. El debate de pol¨ªtica general se convirti¨®, al final, en un ¨¢spero enfrentamiento sobre el papel de los valencianos ante el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y la eurorregi¨®n que impulsa el presidente de Catalu?a, Pasqual Maragall.

El presidente trat¨® de demostrar que el Consell "ha trabajado mucho y ha trabajado bien"

"Ha conseguido rodearnos de enemigos", le espet¨® el l¨ªder socialista

La intervenci¨®n del dirigente de la oposici¨®n, ins¨®litamente contundente, cambi¨® el gui¨®n del debate de pol¨ªtica general celebrado ayer en las Cortes Valencianas. En un discurso de cerca de dos horas de duraci¨®n, el popular Francisco Camps trat¨® de demostrar que su gobierno, remodelado hace s¨®lo tres semanas tras aplazar los cambios inicialmente previstos en julio, "ha trabajado mucho y ha trabajado bien". Para ello desgran¨® datos ¨¢rea por ¨¢rea, con cr¨ªticas al Gobierno central, que preside Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, por la paralizaci¨®n del trasvase del Ebro ("Un ataque pol¨ªtico frontal a nuestros intereses", dijo) y por la supuesta "desigualdad de trato" que aplica en comparaci¨®n con otras comunidades aut¨®nomas. En su respuesta, el socialista Joan Ignasi Pla arremeti¨® contra los efectos de la crisis interna de los populares valencianos en el Consell de la Generalitat.

Pla record¨® a Camps que su gobierno ha vivido situaciones muy preocupantes durante su primer a?o (en julio, la mitad del los diputados del PP dieron plant¨®n al presidente en un pleno de las Cortes), lo que ha repercutido negativamente en la sociedad valenciana. Dijo Pla que, como m¨¢s crec¨ªa la inseguridad del Gobierno de Camps, m¨¢s crec¨ªa tambi¨¦n su arrogancia y su aislamiento de la realidad. Tras acusarle de haber fracasado en su primer a?o al frente de la Generalitat, ya que ha tenido que cambiar a la mitad de su Ejecutivo, el socialista le endos¨® una "incapacidad para gobernar sin la hipoteca del se?or Zaplana".

Camps abandon¨® en su r¨¦plica el tono prolijo de su primera intervenci¨®n para arremeter acaloradamente contra Pla, que hab¨ªa sido muy aplaudido desde los bancos socialistas. El presidente de la Generalitat busc¨® el aliento de un grupo parlamentario popular escindido entre sus seguidores y los del ex presidente de la Generalitat y ex ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, y acus¨® a los socialistas de ser en la oposici¨®n "una cat¨¢strofe" como lo fueron cuando gobernaron. Tanto se acalor¨® que lleg¨® a acusar a Pla de haber acudido a N¨¤quera este verano, donde se registr¨® un importante incendio forestal, "a ver si se quemaba todo", lo que le oblig¨® a pedir disculpas tras las quejas de los diputados socialistas.

El rifirrafe parlamentario se centr¨® en las relaciones del Gobierno de Camps con el de Rodr¨ªguez Zapatero y en la postura valenciana ante la propuesta de eurorregi¨®n mediterr¨¢nea que promueve el socialista Pasqual Maragall y a la que ya se ha sumado el Ejecutivo balear, que preside Jaume Matas, tambi¨¦n del PP. El presidente Camps reiter¨® que no quiere entrar en el eje mediterr¨¢neo y defendi¨® una "nueva centralidad" valenciana. "Las eurorregiones no son nuestra estrategia", lleg¨® a decir. Pla critic¨® su actitud de aislamiento ("ha conseguido rodearnos de enemigos y enfrentar la Comunidad Valenciana con Espa?a, con Europa y con medio mundo", le espet¨®), caricaturiz¨® el denominado "eje de la prosperidad" que Camps plantea con Madrid y Baleares y le propuso: "Pong¨¢monos los primeros y vayamos usted y yo juntos a hablar con Maragall".

El AVE Madrid-Comunidad Valenciana, de cuya conclusi¨®n para el 2007 est¨¢n haciendo bandera los populares, permiti¨® a Pla hacer otra invitaci¨®n a Camps, cuando le propuso "denunciar el convenio que firm¨® Zaplana", en referencia al pacto con el entonces presidente de Castilla-La Mancha, Jos¨¦ Bono, por el que el tren de alta velocidad debe llegar a Albacete antes que a la Comunidad Valenciana. No hall¨® respuesta.

La reforma del Estatuto de Autonom¨ªa y la postura ante el debate territorial en Espa?a, tuvo por parte del presidente un tratamiento escueto, ce?ido a la ortodoxia del PP: aunque se refiri¨® a la Comunidad Valenciana como una "nacionalidad" y plante¨® una reforma de "m¨¢ximo nivel", defendi¨® la lealtad institucional y la oposici¨®n a "cualquier atisbo de asimetr¨ªa u opci¨®n de veto que cualquier otra comunidad quisiera obtener como privilegio excepcional". Pla intent¨® comprometerle m¨¢s y le invit¨® a expresar que apoya la inclusi¨®n de la capacidad de disolver anticipadamente las Cortes en esa reforma del Estatuto. El presidente no le respondi¨®, pese a que en esa medida se condensa la amplitud de la reforma que el PP est¨¢ dispuesto a impulsar. El portavoz de Esquerra Unida-L'Entesa, Joan Rib¨®, al hablar del asunto, alert¨® de que si no hay ambici¨®n en este punto, "volveremos a quedarnos en la segunda divisi¨®n".

Rib¨® fue el que m¨¢s incidi¨® en criticar al PP por casos de corrupci¨®n, entre los que cit¨® el del contrato del Ivex con Julio Iglesias y los que afectan al ex consejero Luis Fernando Cartagena y al presidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n, Carlos Fabra. El socialista Pla, sin embargo, formul¨® una exigencia curiosa cuando plante¨® crear una comisi¨®n de investigaci¨®n que averig¨¹e "por qu¨¦ las obras p¨²blicas tienen unos sobrecostes tan espectaculares".

Camps se mostr¨® indignado con las acusaciones y proclam¨® con mucho ¨¦nfasis su identificaci¨®n con el PP ("Es mi partido y ellos son mis compa?eros", dijo se?alando a los esca?os de su grupo), mientras que Pla no dej¨® de hurgar en la herida de su debilidad por la crisis interna entre campistas y zaplanistas. La temperatura del debate lleg¨®, as¨ª, a niveles de mitin. Si en junio de 2003, en el debate de investidura, con el PP en el apogeo de su poder, era Pla quien arrastraba la divisi¨®n interna del PSPV-PSOE, la victoria socialista en las generales de marzo (que le ha dado a Pla un punto de apoyo para sostener sus posiciones) y la batalla por el poder desencadenada en el PP valenciano han cambiado las tornas. Los vientos de la pol¨ªtica tienen esos caprichos.