"A nadie se le ense?a a gesticular"
El actor Carles Sans, de Tricicle, imparte una clase magistral en la apertura de la Mostra de Mim de Sueca
Encontrar el ¨¦nfasis justo sobre el gesto cotidiano, sin caer en la burda caricatura, es el secreto de la trayectoria de la compa?¨ªa Tricicle. As¨ª lo expresaba en la tarde de ayer en Sueca Carles Sans, con motivo de la inauguraci¨®n de la edici¨®n n¨²mero quince de la Mostra Internacional de Mim.
Sans abri¨® el festival suecano con la tradicional clase magistral que reuni¨® a unas 400 personas en el Centre Municipal Bernat i Baldov¨ª. "Siempre nos ha gustado trabajar desde el personaje normal sin transformarlo en payaso", confes¨® el actor catal¨¢n, que deleit¨® a la audiencia con decenas de an¨¦cdotas entremezcladas con las interioridades de la manera de trabajar y entender el teatro del gesto por parte de Tricicle.
El actor parti¨® de la base de que a nadie se le ense?a a gesticular, si bien, de reci¨¦n nacidos, se nos educa para hablar. A¨²n as¨ª, ya existen gestos para comunicar. Es, por ejemplo, una negativa expresada moviendo la cabeza en ambos sentidos. "Pero no existe un diccionario sobre gestos, como los hay de todas clases sobre el lenguaje escrito", signific¨®.
Tras recordar que este lenguaje no es imprescindible para la vida cotidiana, "salvo en el caso de discapacitados y sordomudos, con quienes mantenemos una estrecha relaci¨®n", destac¨® que "tiene una riqueza enorme". Y puso como ejemplo el gesto en la clase pol¨ªtica para mostrar a un estandarizado Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.
"Una persona puede pedir pollo en el extranjero batiendo los brazos y se le entiende, pero, todo ello", seg¨²n Sans, "sobre el escenario se complica". Y relat¨® que determinados gestos no significan lo mismo seg¨²n la parte geogr¨¢fica en la que act¨²an. Lo mismo sucede con el p¨²blico. Sans explic¨® que el espectador raramente se siente identificado. Y utiliz¨® para ello una representaci¨®n de ?xit en el sur de Francia en la que aparec¨ªan tres damas francesas. Al final de la representaci¨®n, una se?ora les comunic¨® personalmente que le hab¨ªa encantado el sketch de "las tres suizas".
"El gag es la pepita de oro que aquellos buscadores encontraban en el plato, junto al r¨ªo, despu¨¦s de d¨ªas y d¨ªas cribando", explic¨® Sans, al tiempo que situ¨® el teatro del gesto en un espacio, los personajes y la necesidad de que la historia relatada no sea complicada. "Encontrar una historia que llegue a un amplio auditorio es muy dif¨ªcil", confes¨®. Y record¨® que lo peor que puede suceder en el teatro que Tricicle pone en escena es que el p¨²blico no responda. "En una obra dram¨¢tica", matiz¨®, "el auditorio puede no llorar, pero lo peor del mundo en nuestros espect¨¢culos es que el p¨²blico no responda". A¨²n as¨ª, y tras confesar que jam¨¢s r¨ªen en sus ensayos, record¨® la manera espor¨¢dica como naci¨® la famosa secuencia relacionada con la canci¨®n de Julio Iglesias Soy un truh¨¢n, soy un se?or. "Actu¨¢bamos en El Llantiol, un local de copas de Barcelona donde conseguir la atenci¨®n de la concurrencia resultaba harto dif¨ªcil", explic¨®. "As¨ª es que nos vimos en la necesidad de inventar algo que sali¨® por casualidad; se lo mostramos a una amigo y nos dijo que no ¨ªbamos a ninguna parte. Poco despu¨¦s salimos en un programa de Chicho Ib¨¢?ez Serrador en Televisi¨®n Espa?ola; y a los cuatro d¨ªas nos conoc¨ªa todo el mundo en Barcelona". Pero esos, seg¨²n Sans, son hechos puntuales que est¨¢n al margen de un trabajo planificado, basado en el gesto cotidiano y que les enfrenta cada d¨ªa a una audiencia que, por ahora, no les responde con el terrible vac¨ªo que es, realmente, el miedo esc¨¦nico del actor.
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