Nuevos ricos
Amor es el lugar del excremento, dijo el poeta, y crece el excremento cuando el amor es a uno mismo, amor propio, deseo de saltar de las heces al oro, de lo m¨¢s bajo a lo m¨¢s alto, a la toma de la Alcald¨ªa de Valencia o del poder en el Valencia Club de F¨²tbol: ¨¦ste es el asunto de Especies protegidas, de Ferr¨¢n Torrent, un caso de alta pol¨ªtica auton¨®mico-municipal-balomp¨¦dica entre conservadores, socialistas, y un advenedizo Front Nacionalista Valenci¨¤ que vive por fin despu¨¦s de muchos a?os de muerte extraparlamentaria gracias al dinero secreto de un constructor retirado. El magnate, como el conde de Montecristo, ans¨ªa vengarse de la oligarqu¨ªa pol¨ªtico-empresarial dominante que lo enterr¨® en el ostracismo social.
ESPECIES PROTEGIDAS
Ferr¨¢n Torrent
Traducci¨®n de Felip Tobar
Planeta. Barcelona, 2004
334 p¨¢ginas. 20 euros
Juan Lloris, multimillonario surgido de la pura pobreza y devaluado en los c¨ªrculos selectos por su afici¨®n al sexo mercenario (v¨¦ase la anterior novela de Torrent, Sociedad limitada), proyecta volver a ser un ciudadano de peso, es decir, alcalde, o presidente del Valencia. Es un artista del sentimentalismo nacional-popular. Le gusta el dinero r¨¢pido y cuantioso, pero sabe que el oro vale menos sin esplendor mundano, y quiere meterse en el negocio p¨²blico, baile de seres absolutamente indignos de confianza, de izquierdas y derechas, todos radicales en su intens¨ªsimo amor propio. La fiesta es en la pr¨®spera Valencia constructora, enfebrecida en la destrucci¨®n de playas y huertas. En er¨®tica rueda monetaria, las empresas viven de contratos propiciados por la Administraci¨®n, los partidos que administran viven de las empresas favorecidas. Son costumbres grotescas, pero tan aceptadas y reales, o probables, que no tienen ninguna gracia.
Y entonces aparecen un agente catal¨¢n de la FIFA, un estafador valenciano convertido en intermediario futbol¨ªstico, un contable rey de las pe?as de hinchas y pir¨®mano, con una marca de 280 coches quemados al a?o, que introduce en la f¨¢bula el ¨¦xtasis fallero-neroniano del fuego. El apoyo del Front Nacionalista al ¨²ltimo plan urban¨ªstico depredador de los conservadores tendr¨¢ un precio: la Generalitat impulsar¨¢ un cr¨¦dito al Valencia, que fichar¨¢ a un crack que posiblemente sea un bluff, el gran delantero senegal¨¦s Bouba, propiedad del magnate devaluado Lloris. Tambi¨¦n el f¨²tbol participa en el campeonato de las comisiones y el chantaje, cancha de cargos y consejeros y confidentes profesionales, criaturas de un ego¨ªsmo desaforado y una mediocridad millonaria. Torrent maneja un mundo de hombres calenturientos fumadores de puros, de futbolistas negros sexualmente exuberantes y mujeres miradas y medidas siempre sexualmente. As¨ª que la jefa de los conservadores es temeraria, provocadora, sin escr¨²pulos, dice el narrador, que nos cuenta c¨®mo la hizo llorar un d¨ªa, sodomiz¨¢ndola, el jefe de los empresarios de Valencia.
Es un mundo nervioso de ven-
ganzas y revanchas entre resentidos. Es feo, porque no tiene contrapeso: no hay fuerzas opuestas a tanta estupidez interesada. Aqu¨ª, por usar palabras de Gesualdo Bufalino, no hay imb¨¦ciles que quieran cambiarlo todo: s¨®lo hay sinverg¨¹enzas que no quieren cambiar nada. El ¨²nico reticente es un viejo periodista en liquidaci¨®n total, jubil¨¢ndose, crepuscular, desanimado y soltero, es decir, solitario, testigo lejano y pasivo de un orden ca¨®tico de zafios banales y venales. Es un c¨ªrculo admirablemente despreciable. No hay diferencias profundas entre los distintos personajes, todos son ejemplarmente tramposos y embusteros, obsesionados consigo mismos en nombre de un partido o un pa¨ªs o un club de f¨²tbol. Es una broma o una iniquidad que gente as¨ª se quiera tan profundamente a s¨ª misma.
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