Vivir en la casa de pap¨¢ y en la de mam¨¢
Los padres con custodia compartida creen que esa f¨®rmula beneficia a los hijos porque reparten su tiempo entre ambos
Al salir del colegio, un d¨ªa toca doblar a la izquierda y otro, a la derecha. Los hijos de Elena est¨¢n acostumbrados a alternar el camino de la vuelta a casa: tienen dos. Desde que sus padres se separaron y pactaron compartir la custodia, hace siete a?os, los ni?os viven alternativamente con pap¨¢ o mam¨¢, en dos domicilios distintos en el mismo barrio. "Al principio les cost¨® habituarse a tener que repartir el tiempo, pero ahora se organizan perfectamente. La custodia compartida ha permitido que no hayan perdido contacto ni con su padre ni conmigo", explica la madre, una universitaria de 31 a?os que, como otros entrevistados, pide que no se publique su apellido.
Elena forma parte de las parejas rotas que han decidido compartir la vida con sus hijos de manera igualitaria, una f¨®rmula poco empleada. La ley vigente hasta ahora, de 1981, ni siquiera preve¨ªa esa posibilidad, aunque tampoco la prohib¨ªa expresamente. En cambio, la reforma de la ley del divorcio aprobada ayer por el Gobierno y que deber¨¢ avalar el Parlamento regula la custodia compartida y apuesta por la corresponsabilidad de los padres siempre que sea posible.
"La corresponsabilidad es beneficiosa para las mujeres, que as¨ª tienen m¨¢s tiempo"
"Me parec¨ªa injusto que los ni?os no pasaran la mitad del tiempo con su padre"
"La custodia compartida ha sido una buena soluci¨®n para los ni?os. Cuando nos separamos, ten¨ªan seis y cuatro a?os. Su padre hab¨ªa participado en la crianza casi a partes iguales conmigo y me parec¨ªa injusto hacia mis hijos que, por separarnos nosotros, ellos no pudieran pasar la mitad del tiempo con ¨¦l. Mi ex tampoco quer¨ªa renunciar a los ni?os", relata Elena. "Los abogados nos advirtieron de que ten¨ªamos que llevar el convenido regulador muy pactado e incluso nos comprometimos a vivir cerca. El juez nos concedi¨® la custodia compartida a la primera", explica. Desde entonces, el domicilio habitual de los ni?os cambia cada a?o. El que est¨¢n con la madre, pasan con el padre dos tardes por semana y un fin de semana de cada dos. Al a?o siguiente, el mismo calendario a la inversa. Acostumbrados a la alternancia, hace mucho tiempo que no preguntan: "?Hoy con qui¨¦n me toca?" .
Al contrario que Elena, Pablo se plante¨® la custodia compartida por la v¨ªa de los hechos. "Cuando mi ex mujer y yo decidimos que deb¨ªamos separarnos, tuvimos muy claro que la prioridad eran los ni?os". Ocurri¨® hace un lustro, cuando los peque?os ten¨ªan tres y cinco a?os. "Hicimos lo que era normal entonces. Ella se qued¨® con los hijos en el piso, que era suyo. Yo les pagaba la pensi¨®n y ten¨ªa un r¨¦gimen de visitas estricto", relata este abogado de 46 a?os.
Pero esa rigidez dur¨® poco, gracias a una sinton¨ªa de base: "Los dos est¨¢bamos convencidos de que la nueva situaci¨®n deb¨ªa incidir lo menos posible en nuestros hijos y que la presencia del padre y la madre era fundamental para evitar que tuvieran un sentimiento de p¨¦rdida", relata Pablo. De ah¨ª que, de mutuo acuerdo, aparcaran el r¨¦gimen de visitas dictado. "Yo ten¨ªa asignados los ni?os los los jueves de 17.00 a 20.00. Pens¨¦ que se pod¨ªan quedar a dormir en mi casa y llevarlos yo al d¨ªa siguiente al colegio. ?Y por qu¨¦ se iban a marchar el viernes si ese fin de semana les tocaba volver?", relata el padre. Se fue a vivir cerca de los ni?os para facilitar las cosas.
Pablo y su ex mujer acaban de dar un paso m¨¢s: han pedido al juez que les asigne la custodia compartida. Pero mientras llega esa formalizaci¨®n, han pactado que los ni?os pasen 15 d¨ªas en cada casa y compartir s¨®lo la factura del colegio. Cada uno corre con los gastos de los peque?os en la quincena correspondiente. La supresi¨®n de la pensi¨®n compensatoria a la ex mujer, acordada durante dos a?os, tampoco supuso problema. "Este sistema no sale m¨¢s caro que pagar la pensi¨®n", asegura este abogado.
"La custodia compartida es la soluci¨®n ideal para los que creen creen que es importante seguir siendo padres o madres despu¨¦s de divorciarse. Deben tener claro que est¨¢n dispuestos a dejar de hacer otras cosas para dedicarle tiempo a sus hijos", apunta Pablo, "feliz" con la reforma.
Quienes no comparten esa alegr¨ªa son dos organizaciones feministas. La Asociaci¨®n de Mujeres Juristas Themis, que valora otros puntos de la reforma, considera que la custodia compartida s¨®lo deber¨ªa aplicarse en caso de acuerdo entre los padres y tendr¨ªa que rechazarse si s¨®lo la pide uno. La responsable de la Asociaci¨®n de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana Mar¨ªa P¨¦rez del Campo, ha ido m¨¢s all¨¢. Adem¨¢s de considerar nociva la custodia compartida, entre otras por las disfunciones educativas que a su juicio entra?a, cree que la reforma echa por tierra la futura ley contra la violencia de g¨¦nero.
"En condiciones normales, la custodia compartida favorece la corresponsabilidad de los padres y evita que se use a los hijos con otros objetivos", tercia la presidenta de la Comisi¨®n contra los Malos Tratos, Consuelo Abril. Con la norma actual la obtenci¨®n de la custodia tiene un efecto domin¨® sobre aspectos como el domicilio, cuyo uso se asigna a los hijos y al progenitor que los cuida (generalmente, la madre). Quien debe abandonar la casa, generalmente tiene que abonar una pensi¨®n de alimentos de los ni?os, y, a menudo, otra pensi¨®n compensatoria al ex c¨®nyuge.
Por otra parte, la abogada Abril cree que si las rupturas en caso de maltrato se ven en los tribunales que se especializar¨¢n en violencia dom¨¦stica (previstos en la futura ley integral), habr¨¢ suficientes garant¨ªas para impedir que se d¨¦ la custodia a un maltratador, ya que la reforma del divorcio elimina la necesidad de alegar causas.
"La corresponsabilidad sobre los hijos es positiva para las mujeres, que as¨ª pueden tener m¨¢s tiempo para ellas, para ejercer su profesi¨®n", apunta Abril. Elena le da la raz¨®n. Cree que la custodia compartida, a la que en principio le cost¨® habituarse, tambi¨¦n ha sido buena para su vida personal.
"Mi mujer fue la primera partidaria de que comparti¨¦ramos a los ni?os", relata Rafael, un productor musical de 35 a?os. "Ambos quer¨ªamos ejercer nuestro papel de padres y, al tiempo, rehacer nuestra vida sentimental". Desde que se separaron de hecho hace dos a?os, han instituido el mi¨¦rcoles como d¨ªa bisagra. Ese d¨ªa los ni?os, de siete, cuatro y dos a?os y medio cambian de casa. "No les ha costado acostumbrarse. Hay buena voluntad por ambas partes y ellos han captado que tienen un padre y una madre con responsabilidad sobre ellos y dos casas para vivir", afirma Rafael.
Para el presidente del Colegio de Psic¨®logos de Madrid, Fernando Chac¨®n, "la corresponsabilidad es beneficiosa para los hijos si hay buenas relaciones entre los progenitores". "Exige m¨¢s esfuerzo a los padres", advierte. Es cuesti¨®n de voluntad y organizaci¨®n, apuntan quienes han dado el paso.
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