Cebolla
Estaba Dios Padre observando anoche a la humanidad desde all¨¢ arriba cuando, de repente, le entraron ganas de llorar. Pero no le sal¨ªan las l¨¢grimas por m¨¢s que lo intentaba. Entonces se preocup¨®, consult¨® con su jefe de imagen (el dibujante-te¨®logo M¨¢ximo, que ejerce sus funciones cada ma?ana en las p¨¢ginas editoriales de este peri¨®dico) y convoc¨® consejo de familia. El Hijo lleg¨® a la reuni¨®n con la cruz a cuestas. El Esp¨ªritu Santo se present¨® como el intelectual que es, equilibrado y l¨²cido, con un toque erasmista y un no s¨¦ qu¨¦ de amable volteriano. Total, que s¨®lo lloraba Jesucristo, cosa muy comprensible cuando llevas una corona de espinas.
El Esp¨ªritu Santo imparti¨® doctrina, advirtiendo con serena iron¨ªa que su lecci¨®n magistral deber¨ªa ser tambi¨¦n tomada en cuenta por todos los seres creados, en especial los animales y las mujeres (que tambi¨¦n son animales, pero de otro estilo). La Tercera Persona es uno de los nuestros, muy a pesar de la Conferencia Episcopal. Aunque est¨¢ en todas partes, como el resto de su Familia, ¨²ltimamente se deja ver bastante en Madrid, por los alrededores de Torres Blancas y de la Prospe tomando ca?as con el actor John Malkovich, que tambi¨¦n tiene mucho esp¨ªritu, aunque no sea tan santo como su amigo. Bueno, pues Malkovich tuvo la suficiente valent¨ªa de aconsejar con fluidez al Esp¨ªritu Santo. Todo ocurri¨® en la terraza del bar La Badila. As¨ª se expres¨® el actor:
-Amigo m¨ªo, es necesario llorar, aunque no se entere ni Dios cuando lo haces. Pero todo tiene su medida. D¨ªgale al Hijo que llore menos. En cuanto al Padre, si se le sec¨® el lacrimal, m¨¦talo en la cocina y p¨®ngale a partir cebollas durante la jornada laboral. La cebolla inocula ¨¢cido sulf¨²rico en los ojos, que se ven obligados a llorar sin raz¨®n aparente. Es una verdura diur¨¦tica, tiene vitamina C, evita la ca¨ªda del cabello y le deja a uno como una malva. Del ajo ni le hablo, porque usted est¨¢ metido de lleno en ¨¦l.
El Padre recibi¨® el mensaje, trabaj¨® la cebolla y vuelve a llorar tambi¨¦n de risa.
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