Con sencillez
Falt¨® Ram¨®n El¨²a a la funci¨®n inaugural de la temporada de ¨®pera de la ABAO. La muerte se lo ha llevado hace unos d¨ªas. Aficionado entra?able, cult¨ªsimo, excelente conversador, presum¨ªa de haber sido taquillero de la ABAO en la primera de sus representaciones en 1953. Fue amigo personal de Giulietta Simionato, de Bastianini, de Corelli, de Mar¨ªa Callas y de qui¨¦n no. En febrero de 1989, EL PA?S incluy¨® a Ram¨®n El¨²a en un reportaje sobre grandes aficionados a la ¨®pera junto a Caro Baroja, los duques de Alba o Narc¨ªs Serra. Qu¨¦ gran tipo Ram¨®n.
Como si fuese un gui?o del destino, o un homenaje p¨®stumo, en la escena de la muerte de Mim¨ª se alcanzaron las m¨¢s escalofriantes cotas de emoci¨®n en la representaci¨®n del s¨¢bado de La boh¨¨me en Bilbao. La soprano Mar¨ªa Bayo reaparec¨ªa en los escenarios despu¨¦s de su maternidad, y visto lo visto y o¨ªdo lo o¨ªdo su reciente experiencia ha dejado huella en la manera de cantar: contenida, interiorizada, emotiva casi desde la confidencia. A ello hay que a?adir su timbre fresco y su fraseo impecable. Sus momentos de verdad de la buena fueron, en cualquier caso, en los dos ¨²ltimos actos, los m¨¢s l¨ªricos, los de mayor contenido dram¨¢tico. Y en ellos encontr¨® la complicidad de un apasionado y excelente tambi¨¦n Aquiles Machado, de una desenvuelta y brillante Mar¨ªa Jos¨¦ Moreno o de un vibrante Stoyanov. El maravilloso tercer acto, la joya de esta ¨®pera, tuvo temperatura vocal en una atm¨®sfera de adecuada sobriedad esc¨¦nica y en el cuarto, pues bueno, lo dicho, la emoci¨®n se apoder¨® del escenario... y de la sala.
La Boh¨¨me
De Puccini. Con Mar¨ªa Bayo, Aquiles Machado, Mar¨ªa Jos¨¦ Moreno y Vladimir Stoyanov, entre otros. Orquesta Sinf¨®nica de Euskadi. Direcci¨®n musical: Kery-Linn Wilson. Direcci¨®n de escena. Jonathan Miller, realizada por Jean Christophe Mast. Inauguraci¨®n de la temporada de ¨®pera de la ABAO. Palacio Euskalduna, Bilbao, 18 de septiembre.
Ovaci¨®n de gala
Dirigi¨® la canadiense Kery-Lynn Wilson, recibida con una ovaci¨®n de gala, seguramente por ser mujer. No consigui¨® que aquello arrancase en los dos primeros actos, tal vez por la rigidez de su gesto y por la obsesi¨®n de que nada se le fuese de las manos. El aliento l¨ªrico pucciniano se quedaba a medio gas. Mejor¨® mucho en la segunda parte de la representaci¨®n, aunque sin llegar a desmelenarse, y a sus ¨®rdenes respondi¨® con una actuaci¨®n m¨¢s bien discreta la Sinf¨®nica de Euskadi.
La producci¨®n ven¨ªa de la ?pera Nacional de Par¨ªs y el Maggio Musicale Fiorentino. Jonathan Miller cambi¨® de ¨¦poca la acci¨®n llev¨¢ndola a los cuarenta del siglo pasado. Tiempo de guerra, de escaseces. La sencillez de los decorados dej¨® en bandeja el protagonismo a los cantantes y ¨¦stos lo supieron aprovechar. En la segunda parte, desde luego, pero qu¨¦ dos ¨²ltimos actos tan desgarrados, tan sin trampa ni cart¨®n.
Babelia
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