El d¨¦ficit es sanitario
Once de las 17 comunidades aut¨®nomas cerraron 2003 con d¨¦ficit presupuestario, seg¨²n se puso de relieve en la reuni¨®n que los consejeros de Econom¨ªa celebraron la semana pasada con el vicepresidente Solbes en el marco del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera. Valencia y Catalu?a son las que tienen un mayor d¨¦ficit, y ambas tendr¨¢n que presentar planes de saneamiento como condici¨®n para que puedan seguir presupuestando con d¨¦ficit hasta 2007. La reuni¨®n permiti¨® constatar que tambi¨¦n en las otras comunidades con d¨¦ficit la causa principal es la gesti¨®n de la sanidad.
El problema que puso sobre la mesa el Gobierno de Catalu?a es, por tanto, bien real, por m¨¢s que fuera inadecuada la f¨®rmula propuesta para resolverlo: partida especial de los presupuestos del Estado. La sanidad se diferencia de otras prestaciones (como las del desempleo) en que la mejora general en el nivel de salud de la poblaci¨®n, mayor esperanza de vida incluida, no reduce, sino que aumenta, la demanda social en asistencia. Eso explica que en casi todos los pa¨ªses desarrollados el gasto sanitario aumente en mayor proporci¨®n que otros componentes del gasto social, y tambi¨¦n m¨¢s r¨¢pidamente que el crecimiento del PIB.
En Espa?a el gasto p¨²blico sanitario sigue estando bastante por debajo de la media de la Uni¨®n Europea de los Quince, lo que agrava ese desfase entre demanda de sanidad y posibilidades de financiarla. En algunas comunidades el desfase se agudiza, seg¨²n los consejeros de varias de ellas, especialmente Madrid y Catalu?a, por no haberse ajustado el c¨¢lculo de su financiaci¨®n al aumento real de poblaci¨®n atendida a causa de la inmigraci¨®n; en otras comunidades se argumenta que no se compensa debidamente el aumento de pacientes, especialmente turistas, procedentes de otras comunidades. Y hay, tambi¨¦n, un problema estructural derivado de la insuficiente dotaci¨®n que acompa?¨® al traspaso de la competencia sanitaria a las comunidades aut¨®nomas.
Las medidas ensayadas para paliar el problema, como el gravamen adicional a las gasolinas, han resultado insuficientes. Existe el peligro de que el rechazo del planteamiento inadecuado del Gobierno catal¨¢n sirva de pretexto para seguir aplazando una consideraci¨®n de conjunto del problema. Lo primero ser¨¢ evaluar no s¨®lo la cuant¨ªa sino los motivos precisos del d¨¦ficit en cada comunidad. El cat¨¢logo de prestaciones, una vez garantizado un m¨ªnimo com¨²n, es decisi¨®n de cada una de ellas. Tambi¨¦n hay que evaluar las posibilidades de reducci¨®n del gasto mediante una mejor gesti¨®n. Pero al final hay un problema de insuficiencia financiera que habr¨¢ que abordar. Todo ello deber¨ªa plasmarse en una especie de Libro Blanco que d¨¦ pie a un acuerdo pol¨ªtico estable, no revisable cada poco en funci¨®n de factores coyunturales.
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