?De qu¨¦ se re¨ªa Laporta?

Sufr¨ª como sevillista, al ver c¨®mo mi equipo perd¨ªa ante un rival que se mostr¨® claramente superior. Pero lo pas¨¦ bastante peor ante la actitud prepotente, grosera y totalmente inadecuada de quien por el deseo mayoritario de sus socios, lleva las riendas de esa entidad deportiva que presume de "ser m¨¢s que un club".

Podr¨ªa ser comprensible que llevado de la tensi¨®n acumulada, cuando llega el primer tanto del Barcelona, no hubiese podido reprimir un gesto de alegr¨ªa. Pero las c¨¢maras de televisi¨®n nos ense?aron lo que no debe hacer una persona que respete minimamente a los dem¨¢s. Ante la impasible actitud del presidente del Sevilla, se gir¨® a derecha e izquierda para estrechar efusivamente la mano de los que le rodeaban.

No queda ah¨ª la cosa: cuando el club andaluz consum¨ªa los ¨²ltimos instantes del encuentro y posibilitaba las mejores jugadas del rival, hubo momentos de l¨®gico recochineo por parte del p¨²blico, que se resarc¨ªa as¨ª de penas pasadas, coreando "ol¨¦s" a sus jugadores. Eso es comprensible, pero la abierta sonrisa del susodicho, sus comentarios jocosos a cara vuelta, resultaron simplemente insultantes.

El m¨¢ximo responsable de un club que se cachondea abiertamente de una decisi¨®n disciplinaria y se jacta de que su campo no se cerrar¨¢, que mezcla actitudes m¨¢s propias de un lobby que de una entidad deportiva, no deber¨ªa permitirse el lujo de re¨ªrse de los dem¨¢s.

Al ver la actitud del se?or Laporta, sent¨ª verg¨¹enza ajena por todos sus votantes y reconozco que me hirieron profundamente sus maneras.