Educaci¨®n con barreras

Loli N¨²?ez, una adolescente de 15 a?os, y R. C. N., un ni?o de cinco a?os y medio, ambos discapacitados, no han podido empezar el curso escolar como corresponde porque no se les ha asignado la educadora que les deb¨ªa atender de forma compartida. La Consejer¨ªa de Educaci¨®n atribuye esta carencia en el caso de R. C. N. a un "error administrativo", explica el director del colegio p¨²blico La Murta de Chiva, Isidro de Moya, y aunque asegura que la cuesti¨®n se solucionar¨¢ "por tr¨¢mite de urgencia", no da ning¨²n plazo concreto. Otros profesores cuidan del ni?o.

Ana Paz Palomar, directora del IES Marjana, al que asiste Loli N¨²?ez, comenta: "La direcci¨®n territorial [de Educaci¨®n] nos ha comunicado que ha dado el visto bueno, pero el tema depende de Funci¨®n P¨²blica, ya que la cuidadora no es personal docente".

Los directores, claustro y padres han hecho un frente com¨²n en defensa del derecho a la educaci¨®n de estos dos alumnos. R.C.N s¨ª que acude a clase desde el 9 de septiembre. Ante la falta de educadora, primero la profesora de educaci¨®n especial, y luego el resto de profesores, han hecho turnos para que pueda estar en clase, comenta el director. Loli, mientras, no puede asistir a clase.

El problema de R.C.N. es que tiene una enfermedad gen¨¦tica hereditaria denominada s¨ªndrome X fr¨¢gil que produce un retraso general del desarrollo, "y necesita una educadora permanente para reconducirlo y que as¨ª haga las mismas tareas que sus compa?eros", explican sus padres. Desde 2002 est¨¢ escolarizado en el colegio La Murta y sus padres llevan ya tres a?os luchando por que su hijo tenga una educadora a tiempo completo. En los ¨²ltimos a?os han compartido educadora en el colegio de Macastre, pero ahora ni eso. Y no es porque la Administraci¨®n educativa no conozca la situaci¨®n, como explican los padres: "Siempre les hemos informado de las caracter¨ªsticas de la enfermedad, de las necesidades de nuestro hijo". Adem¨¢s, los datos han ido acompa?ados de informes de distintos psic¨®logos. La ¨²nica explicaci¨®n que han recibido por parte de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n es que no hay educadora por un "error burocr¨¢tico". Est¨¢n dispuestos a llegar donde haga falta para que su hijo tenga la educaci¨®n que le corresponde.

Loli N¨²?ez ha ido "rompiendo barreras" en Chiva. Padece una lesi¨®n cerebral que da?a la motricidad y est¨¢ obligada a ir en silla de ruedas. No quiere faltar a clase, y aunque seg¨²n su madre no est¨¢ del todo integrada, ella asegura que se siente bien entre sus compa?eros. "Me gusta venir a estudiar, es importante", dice. A los 11 a?os los padres, compa?eros y profesores del colegio Dr. Corach¨¢n al que acud¨ªa llegaron a manifestarse para que pudiera tener una persona de apoyo, ya que la necesita para moverse de clase a clase y para ir al servicio. Desde entonces ha tenido cuidadora compartida con otro centro local hasta este curso.

La directora del IES ha solicitado a la consejer¨ªa una silla motorizada; as¨ª la educadora s¨®lo tendr¨ªa que asistir a Loli media jornada. "Pero si no, la necesita a tiempo completo", comenta su madre, Carmen Carrasco. Hasta que esta persona de apoyo no venga al instituto, Loli no podr¨¢ ir a clase porque las obligaciones laborales de su madre le impiden acompa?arla. "La consejer¨ªa o quien corresponda debe de solucionar este tema ya, llegar¨¦ hasta donde haga falta, mi hija no se queda sin escolarizar", asegura Carmen Carrasco.

Los problemas de Loli no acaban aqu¨ª. Al vivir en la urbanizaci¨®n Olimar, debe acudir a clase en autob¨²s y ¨¦ste solo acude "de vez en cuando" con la plataforma necesaria para que pueda acceder con silla de ruedas y de nuevo es su madre quien debe trasladarla.