Experimentar en casa

Medio millar de colegios tienen la p¨¢gina de CosmoCaixa como recurso pedag¨®gico para ense?ar los misterios de la ciencia y la tecnolog¨ªa. La nueva p¨¢gina, puesta en marcha a la vez que el museo, aplica su mismo esp¨ªritu: mejor tocar que contar.

En Azonamia, actvidad sobre el bosque inundado, el jugador es uno de sus habitantes, pero tiene que descubrir cu¨¢l con la aplicaci¨®n de su ¨²nica arma: los cinco sentidos, que le servir¨¢n para ir recogiendo pistas. En el juego Lafa hay que descifrar el misterio que se esconde detr¨¢s de las m¨¢s antiguas escrituras. Cada uno de los siete juegos tiene que ver con las distintas secciones del museo, como la geolog¨ªa o el espacio.

La web es la prueba del algod¨®n para comprobar si realmente un museo es de ciencia y tecnolog¨ªa. Hay una docena de museos espa?oles dedicados a las ciencias. Todos tienen su p¨¢gina en Internet, principalmente informativas y escasamente interactivas.

Tambi¨¦n por su web se podr¨ªa adivinar el estilo de los museos cient¨ªficos en el extranjero y su ¨¦poca de construcci¨®n. Desde el cl¨¢sico - y siempre excelente- centro londinense al toque m¨¢s moderno del franc¨¦s de La Vilette. Pero entre todos destaca el Exploratorium de San Francisco. La p¨¢gina del centro americano aplica la pasi¨®n para contar a qu¨¦ se debe que cantemos tan bien bajo la ducha, o c¨®mo quitarle la c¨¢scara a un huevo fresco, o por qu¨¦ un surfista puede cabalgar en el ojo de una ola.

Si el catal¨¢n CosmoCaixa aspira a ense?ar la ciencia de la existencia, el Exploratorium californiano se conforma con la tecnolog¨ªa de la rutina.