Los fantasmas prefieren las temperaturas bajas
LOS FANTASMAS prefieren las temperaturas bajas, los entornos fr¨ªos, para manifestarse. ?sta es la conclusi¨®n que se extrae de los filmes donde estas supuestas entidades inmateriales son protagonistas y de los testimonios que aseguran haberlos visto. Un aspecto (otro m¨¢s) llamativo e incongruente para apuntalar la mitolog¨ªa creada en torno al fantasma, como la ausencia de la imagen reflejada en un espejo del vampiro o la vulnerabilidad del hombre lobo a las balas de plata.
En El sexto sentido (The Sixth Sense, 1999), de M. Night Shyamalan, la coexistencia entre fantasmas y humanos est¨¢ a la orden del d¨ªa. Cuando Cole (Haley Joel Osment), el introvertido ni?o protagonista, entra durante la noche en el cuarto de ba?o, nota un repentino descenso de la temperatura ambiente, fen¨®meno claramente mostrado por la condensaci¨®n del aire expelido durante la respiraci¨®n, y, claro, la aparici¨®n de un ente fantasmag¨®rico no se hace esperar. El ambiente g¨¦lido reina tambi¨¦n en la habitaci¨®n de Regan McNeil (Linda Blair), la joven pose¨ªda por un ente demoniaco de El exorcista (The Exorcist, 1973), de William Friedkin, algo que conoce bien el padre Damien Karras (Jason Millar), encargado de realizar el rito de expulsi¨®n del esp¨ªritu maligno o exorcismo, con ropa de abrigo.
Curioso porque ?no quedamos en que en el infierno, lugar de procedencia habitual del diablo y sus ac¨®litos, si algo sobra es calor? Quiz¨¢s para el caso de posesiones por esp¨ªritus diab¨®licos la cosa tenga su explicaci¨®n: el fr¨ªo sirve para conservar alimentos... o cad¨¢veres. ?Y no son los esp¨ªritus la parte no material de una persona muerta? Sin embargo, para las apariciones fantasmales este efecto no tiene explicaci¨®n. Los cazafantasmas profesionales recomiendan llevar siempre un term¨®metro en el bolsillo para que no nos coja desprevenidos la presencia fantasmag¨®rica.
Es la popular creencia de que los espectros hacen bajar la temperatura de una habitaci¨®n casa, aparentemente, con la superada teor¨ªa del cal¨®rico. Seg¨²n ¨¦sta, el calor es una sustancia material fluida, invisible y sin peso (caracter¨ªsticas similares a las del material del que est¨¢ hecho un fantasma) denominada cal¨®rico. Se supon¨ªa que el cal¨®rico se conservaba de manera que no pod¨ªa crearse ni destruirse aunque s¨ª transferirse de un cuerpo a otro. Un objeto caliente ten¨ªa m¨¢s cal¨®rico y ¨¦ste pasaba a uno m¨¢s fr¨ªo al ponerlos en contacto. La teor¨ªa describ¨ªa bien la transferencia de calor de un cuerpo a otro pero fue descartada al observarse que el cal¨®rico pod¨ªa crearse por fricci¨®n sin que se viese una disminuci¨®n del mismo en otro sitio. La conservaci¨®n del cal¨®rico, base fundamental de la teor¨ªa, era un principio falso, y, como sucede en ciencia, cuando los hechos experimentales no avalan una teor¨ªa, ¨¦sta se considera err¨®nea y es arrinconada.
Fue el f¨ªsico angloamericano Benjamin Thomson (1753-1814), m¨¢s tarde Conde Rumford, quien, a finales del siglo XVIII, realiz¨® las primeras observaciones experimentales que arrumbaron esta teor¨ªa. Como supervisor, en el Arsenal de Baviera, del proceso de torneado de los ca?ones, se percat¨® de que el cal¨®rico se produc¨ªa por fricci¨®n: durante la operaci¨®n de taladrar el ¨¢nima del ca?¨®n, el taladro se refrigeraba con agua que hab¨ªa que reemplazar continuamente porque se evaporaba. Sugiri¨® que el cal¨®rico no era una sustancia que se conservara, pod¨ªa producirse por rozamiento y generarse sin interrupci¨®n.
Hubo que esperar 40 a?os m¨¢s para que estas ideas se asentasen y se acabase imponiendo la teor¨ªa mec¨¢nica moderna del calor, que define a ¨¦ste como la energ¨ªa que se transfiere entre dos cuerpos debido a su diferencia de temperatura. El f¨ªsico brit¨¢nico James Prescott Joule (1818-1889) realiz¨® experimentos m¨¢s precisos y estableci¨® las bases de esta teor¨ªa. En su honor, la unidad de energ¨ªa en el sistema internacional lleva su nombre: Joule. Faltos de aval experimental, hoy en d¨ªa est¨¢n tan obsoletos los fantasmas como el cal¨®rico.
En cualquier caso, ante una disminuci¨®n repentina de la temperatura en alguna habitaci¨®n de sus casas y para descartar la presencia de un esp¨ªritu, en vez de recurrir a su cazafantasmas de confianza, mejor revisen el termostato de la vivienda y avisen al t¨¦cnico.
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