La UE decide poner fin al embargo de armas a Libia
Italia presiona para vender material militar a Tr¨ªpoli a cambio de controlar la inmigraci¨®n
Los embajadores de los 25 pa¨ªses de la UE se mostraron ayer de acuerdo en levantar el embargo de armas sobre Libia que la Uni¨®n hab¨ªa impuesto en 1986, lo que supone un nuevo paso hacia la normalizaci¨®n de las relaciones exteriores del r¨¦gimen de Muammar el Gaddafi. Europa adopt¨® ese acuerdo, que ser¨¢ ratificado oficialmente el pr¨®ximo 11 de octubre, a petici¨®n de Italia, el pa¨ªs que m¨¢s ha presionado para mejorar las relaciones entre Bruselas y Tr¨ªpoli.
Fue el Gobierno italiano el que pidi¨® al resto de capitales de la UE que levantaran ese embargo porque, a su vez, Libia argumentaba que no pod¨ªa controlar la inmigraci¨®n clandestina hacia las costas italianas al no disponer de medios militares y policiales (patrulleras, helic¨®pteros, medios de visi¨®n nocturna...), imposibles de adquirir debido al embargo. Ahora ser¨¢ Italia, seg¨²n fuentes oficiales de este pa¨ªs, uno de los m¨¢s beneficiados al vender material de ese tipo a Libia.
El embargo de venta de armas fue impuesto por la UE hace 18 a?os a ra¨ªz del atentado contra la discoteca La Belle, en Berl¨ªn, donde murieron tres personas por la explosi¨®n de una bomba colocada por terroristas libios. Despu¨¦s, y a ra¨ªz del atentado que en 1988 cost¨® la vida a 270 personas que viajaban en un avi¨®n de Pan Am que cay¨® en la localidad escocesa de Lockerbie, la UE tambi¨¦n aplic¨® a partir de 1993 una amplia lista de sanciones comerciales acordadas por Naciones Unidas en 1992.
La ONU ya levant¨® sus sanciones en octubre del a?o pasado, pero la UE las mantuvo hasta el pasado verano, cuando Libia, por exigencia de Alemania, indemniz¨® a los familiares de las v¨ªctimas del atentado de La Belle.
Duelo Berlusconi-Prodi
Quedaba pendiente el embargo de armas, un contencioso que ha tenido como protagonistas a los dos italianos que mantienen la m¨¢s alta rivalidad pol¨ªtica entre ellos: el a¨²n presidente de la Comisi¨®n, Romano Prodi, y el primer ministro del pa¨ªs, Silvio Berlusconi. El primero vio cumplido su particular sue?o el pasado 27 de abril cuando Gaddafi visit¨® oficialmente la Comisi¨®n Europea. El segundo propuso personalmente el verano pasado al coronel libio un acuerdo para controlar la inmigraci¨®n clandestina.
Tras el encuentro con Prodi, la UE se comprometi¨® a enviar a Libia una comisi¨®n t¨¦cnica para analizar el problema de la inmigraci¨®n clandestina, algo que ahora podr¨¢ concretarse tras el acuerdo de ayer de los embajadores. Por el lado italiano, el ministro del Interior, Giuseppe Pisanu, viaj¨® a Libia y all¨ª escuch¨® de nuevo que las autoridades del pa¨ªs no pueden controlar sus 6.000 kil¨®metros de fronteras, de los que 2.000 son mar¨ªtimas, sin contar con helic¨®pteros o patrulleras que no pueden adquirir en el mercado. En lo que va de a?o, el Gobierno italiano calcula que han llegado a Italia desde Libia unos 10.000 inmigrantes clandestinos. Prodi se?al¨® ayer su satisfacci¨®n por la noticia, que, en su opini¨®n, supone el ingreso de Libia en la comunidad internacional "tras saldar sus cuentas con el pasado". Para el presidente de la Comisi¨®n, la normalizaci¨®n de las relaciones con Gaddafi, a quien considera un amigo, fue uno de sus primeros objetivos cuando lleg¨® a Bruselas en 1999.
Fuentes comunitarias se?alaron ayer que el acuerdo de los embajadores se ha adoptado en un contexto m¨¢s amplio, que incluye el compromiso de la UE para que Libia se esfuerce m¨¢s en respetar los derechos humanos.
Existe tambi¨¦n un caso de especial preocupaci¨®n para los Gobiernos europeos y ayer fue evocado por los embajadores: el pasado 6 de mayo, un tribunal de Bengasi conden¨® a muerte a cuatro m¨¦dicos b¨²lgaros y a un quinto palestino tras ser acusados de infectar con el sida a 400 ni?os libios.
Los Gobiernos europeos quieren presionar a las autoridades libias para que la condena sea revisada y para que -una vez anulada la pena de muerte- los cinco m¨¦dicos puedan cumplir las respectivas condenas de prisi¨®n, que en teor¨ªa puedan recaerles, en sus pa¨ªses de origen.
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