Berlusconi acusa de "terror medi¨¢tico" a los secuestradores de las dos italianas
Italia vive con angustia las confusas noticias sobre la muerte de las dos cooperantes
La suerte de Simona Pari y Simona Torretta, las dos cooperantes secuestradas en Irak, causaba anoche una angustia profunda en Italia. Un comunicado de Organizaci¨®n de la Yihad anunci¨® de madrugada que hab¨ªan sido degolladas. Horas despu¨¦s, otro comunicado, ¨¦ste de los Seguidores de Al Zawahiri, el grupo que reivindic¨® el secuestro el pasado d¨ªa 11, ratific¨® la noticia: "El v¨ªdeo de la decapitaci¨®n de las rehenes ser¨¢ emitido muy pronto". El Gobierno de Silvio Berlusconi, sin embargo, consider¨® que los mensajes carec¨ªan de credibilidad y los calific¨® de "terrorismo medi¨¢tico".
Las familias de las dos Simonas se aferraban a las ¨²ltimas esperanzas mientras en el pa¨ªs se extend¨ªa el pesimismo.
El Gobierno italiano, de forma oficial, se proclam¨® esc¨¦ptico sobre la autenticidad de las reivindicaciones. En privado, sin embargo, varios ministros dijeron tener poca fe en un desenlace feliz. El viaje del ministro de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, a varios pa¨ªses del Golfo para pedir la liberaci¨®n de las mujeres no hab¨ªa tenido consecuencias positivas. No se hab¨ªa detectado al grupo secuestrador, lo que imped¨ªa sobornar a alguno de sus miembros, como se hizo en el caso de los tres guardaespaldas italianos liberados en abril por soldados estadounidenses. Y, a diferencia de otras tomas de rehenes en Irak, los secuestradores no hab¨ªan publicado v¨ªdeos o fotograf¨ªas de Torretta y Pari en cautividad.
El primer comunicado sobre el presunto asesinato de las dos Simonas, como son conocidas en Italia, apareci¨® minutos despu¨¦s de la medianoche, hora iraqu¨ª, en una p¨¢gina de Internet dedicada a la propaganda islamista: "El veredicto de Dios ha sido cumplido sobre las dos italianas a trav¨¦s del deg¨¹ello, despu¨¦s de que el vil Berlusconi se haya negado a escuchar nuestra ¨²nica reivindicaci¨®n, la retirada de las tropas italianas de Irak". El segundo comunicado, aparecido hacia las 10 de la ma?ana, acusaba a las dos v¨ªctimas de colaborar con el espionaje italiano y aseguraba la inminente emisi¨®n de im¨¢genes del deg¨¹ello y decapitaci¨®n.
Las familias Torretta y Pari, hundidas por la largu¨ªsima espera de noticias, afirmaron que no perd¨ªan la esperanza. A las 8 de la noche comenz¨® una "sentada por la paz y por la liberaci¨®n de los rehenes" frente al palacio Chigi, sede de la presidencia del Gobierno.
El secuestro de las dos Simonas toc¨®, desde el primer momento, un nervio muy sensible en la sociedad italiana. Los asesinatos de otros dos rehenes, el guardaespaldas Fabrizio Quattrocchi, el 14 de abril, y el ejecutivo publicitario y periodista Enzo Baldoni, el 25 de agosto, no provocaron tanto horror como el ataque contra esas dos mujeres tan similares, ambas con el mismo nombre, ambas de 29 a?os, voluntarias ambas de la organizaci¨®n Un puente a... y volcadas en ayudar a los iraqu¨ªes. Fueron apresadas el 11 de septiembre por un grupo paramilitar muy bien organizado, que irrumpi¨® en la sede de la ONG busc¨¢ndolas a ellas, como italianas, y se llev¨® tambi¨¦n a dos empleados iraqu¨ªes.
Simona Torretta, romana, hu¨¦rfana de padre, antrop¨®loga, viaj¨® a Bagdad por primera vez en 1994 y en 1999 se estableci¨® en la ciudad de forma definitiva. Pocos d¨ªas antes del secuestro hab¨ªa enviado a sus dos hermanas y a su madre un correo electr¨®nico en el que aseguraba sentirse "segura" en Irak. Simona Pari, de Rimini, hija de dos prestigiosos abogados, licenciada en Filosof¨ªa y periodista durante varios a?os, trabaj¨® en Afganist¨¢n, Kosovo, Albania y Montenegro para la organizaci¨®n Save the Children, y en primavera del pasado a?o viaj¨® a Bagdad con la ONG Un puente a....
La "noche blanca" del s¨¢bado pasado, en la que todo permaneci¨® abierto en Roma y en cuyos m¨²ltiples festejos participaron dos millones de personas, fue formalmente dedicada a Torretta y Pari. Las familias fueron invitadas a la sede de la alcald¨ªa y recibieron miles de muestras de solidaridad. Durante las casi dos semanas de secuestro se celebraron manifestaciones, se recogieron firmas, se moviliz¨® a la comunidad isl¨¢mica italiana y se hizo todo lo que la sociedad pod¨ªa hacer. La oposici¨®n cerr¨® filas con el Gobierno e incluso los m¨¢s opuestos a la guerra de Irak reconocieron que no se pod¨ªa retirar las tropas por el chantaje de un grupo terrorista. Todo el Parlamento formul¨® un ruego de compasi¨®n a los secuestradores que no obtuvo respuesta.
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