Ha llegado el turno de los pol¨ªticos
Hoy se dar¨¢n a conocer los primeros presupuestos del Gobierno surgido de las elecciones del 14-M. Durante la campa?a electoral los entonces candidatos insistieron en que se acercaba el momento de intentar dar un vuelco a alguna de las cuestiones que m¨¢s seriamente comprometen el desarrollo cient¨ªfico y tecnol¨®gico del pa¨ªs, aspecto que se identific¨® sin ambages con una decidida apuesta por transformar la econom¨ªa espa?ola y sentar las bases del futuro bienestar. Zapatero lo reiter¨® ayer mismo.
El compromiso electoral se basaba en un incremento del 25% anual de las partidas de I+D a lo largo de la legislatura hasta alcanzar el 2% de inversi¨®n con respecto al PIB. De cumplirse, en cuatro a?os se habr¨ªa alcanzado la media europea actual. Tambi¨¦n se prometi¨® avanzar en modelos de gesti¨®n y organizaci¨®n m¨¢s acordes con las exigencias de la ciencia moderna o, lo que es lo mismo, de la econom¨ªa basada en el conocimiento. Lo segundo, sin embargo, va ligado a lo primero. Sin dinero no hay organizaci¨®n que valga.
En este primer curso habr¨¢ que mirar con lupa la letra peque?a de los presupuestos para analizar d¨®nde se han producido los incrementos. Esperamos que sea en los cap¨ªtulos m¨¢s necesitados de refuerzo econ¨®mico y que no se abuse de otras f¨®rmulas, como los cr¨¦ditos incluidos en el cap¨ªtulo VIII, de los que apenas podr¨ªa beneficiarse el sector p¨²blico, justamente el n¨²cleo fundamental de la investigaci¨®n. ?C¨®mo van los organismos p¨²blicos de investigaci¨®n y las universidades a reembolsar dinero que es necesario para personal, infraestructuras y equipamientos?
Que nuestros hijos tengan un nivel de vida equivalente al nuestro depende en esencia de las inversiones futuras en I+D. Los jefes de Estado y de Gobierno de la Uni¨®n Europea aseguraron en la cumbre de Lisboa de 2000 que si Europa no se convert¨ªa en una "econom¨ªa basada en el conocimiento" perder¨ªa su competitividad y su posici¨®n de privilegio en el mundo. En la cumbre de Barcelona de 2002 ratificaron este mensaje y decidieron que para alcanzar este objetivo en 2010 el porcentaje del PIB dedicado a I+D deber¨ªa alcanzar el 3%.
Los hechos les est¨¢n dando la raz¨®n. Estamos viendo c¨®mo la producci¨®n industrial se traslada de un d¨ªa para otro a los pa¨ªses del Este. Ya empezamos a ver que la fabricaci¨®n rutinaria no es la respuesta, que los servicios, entre ellos el turismo, tienen un alcance limitado, que la agricultura necesita cada vez menos trabajadores. As¨ª que la pregunta es: ?qu¨¦ haremos? La respuesta de la cumbre de Lisboa es la correcta. Nos hemos de basar en la fuerza que nos da la econom¨ªa del conocimiento. No hay alternativa.
Incrementar los recursos y dinamizar la econom¨ªa a partir de la I+D depende del maridaje entre la investigaci¨®n p¨²blica de alto nivel y la investigaci¨®n privada, adem¨¢s de la creaci¨®n de focos de conocimiento, para los que contamos con un elemento clave, el factor humano. Los cient¨ªficos estamos expectantes y dispuestos a participar. Ahora es el turno de los pol¨ªticos.
Joan J. Guinovart es presidente de COSCE (Confederaci¨®n de Sociedades Cient¨ªficas de Espa?a).
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