Stiglitz y Krugman reclaman una globalizaci¨®n 'gobernada' para reducir las desigualdades
Los economistas advierten de los riesgos de una vuelta atr¨¢s hacia un mayor proteccionismo
Los grandes gur¨²s econ¨®micos del momento, entre los que destacan el provocador Paul Krugman y el Nobel Joseph Stiglitz, reclamaron ayer en Barcelona una globalizaci¨®n diferente y gobernada. "El nuevo acento debe ponerse en la distribuci¨®n de la riqueza", enfatiz¨® Stiglitz, mientras que Krugman explic¨® que son necesarios programas de ayuda para evitar que la respuesta de los pa¨ªses en desarrollo "sea una vuelta atr¨¢s hacia un mayor proteccionismo".
El ¨²ltimo di¨¢logo del F¨®rum arranc¨® ayer con mensajes poco esperanzadores sobre las "crecientes" desigualdades en el mundo. "Es una gran decepci¨®n, que me perturba", confes¨® Krugman -profesor de la Universidad de Princeto y azote de la Administraci¨®n Bush-, aunque la mayor advertencia la formul¨® Miguel Sebasti¨¢n, asesor econ¨®mico de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en La Moncloa, al lanzar este mensaje a los acad¨¦micos m¨¢s ortodoxos: "Nos queda poco tiempo. Muchos l¨ªderes pol¨ªticos est¨¢n descontentos sobre c¨®mo se dirige el mundo. Los economistas deben conducir un cambio o volveremos a todo tipo de intervencionismos, nacionalismos y proteccionismos de distintas clases".
El di¨¢logo Del Consenso de Washington a una nueva gobernanza global tuvo entre sus ponentes John Williamson, el padre del dec¨¢logo de pol¨ªticas de corte liberal que present¨® en 1989 y que se aplicaron en los pa¨ªses menos desarrollados para intentar su integraci¨®n en la econom¨ªa mundial. Williamson se desmarc¨® de la interpretaci¨®n neoliberal, "equivalente al fundamentalismo del mercado, al laissez faire" que ha calado con el tiempo del Consenso de Washington. Pero m¨¢s all¨¢ de sus recetas -como la disciplina fiscal, las privatizaciones o liberalizaci¨®n del comercio y de la inversi¨®n extranjera- admiti¨® que en su d¨ªa se dej¨® fuera ideas que con el tiempo hubieran evitado profundas crisis.
Redistribuci¨®n
Stiglitz, que en un posterior encuentro con la prensa elogi¨® la defensa de Zapatero de cumplir con el objetivo de destinar un 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) a la ayuda al desarrollo, se encarg¨® de subrayar que "hasta Williamson admite que lo m¨¢s importante que olvid¨® fue la constataci¨®n de que el crecimiento per se no beneficia a todo el mundo. Lo importante es c¨®mo se redistribuye la riqueza para evitar las crecientes desigualdades".
Guillermo de la Dehesa, presidente del Centre for Economic Policy Research, asegur¨® que las desigualdades se han cebado especialmente en Am¨¦rica Latina. Sobre este continente, y particularmente sobre los casos de Argentina y M¨¦xico, se bas¨® tambi¨¦n Krugman para refelxionar sobre el hecho de que las desigualdades en estos pa¨ªses "se incrementaron particularmente en la era de la liberalizaci¨®n y las reformas, durante el reinado del Consenso de Washington". "La liberalizaci¨®n del comercio no siempre reduce las desigualdades". Su propuesta para evitar males mayores rechaza un regreso al proteccionismo y s¨ª pasa por lanzar programas de ayuda a los pa¨ªses pobres. "Ayudas equivalentes al 1% del PIB de estos pa¨ªses tendr¨ªan un impacto mayor en la calidad de la vida de las poblaci¨®n".
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