Gal¨¢n, la sombra de Vidri¨¦

El rejoneo es como una devoci¨®n en Algemes¨ª. Se aprecia y se valora. Desde los tiempos de Vidri¨¦, que mand¨® en esta plaza como nadie lo ha hecho jam¨¢s aqu¨ª, la gente no ha vuelto a disfrutar del toreo a caballo. Ayer, salvando las distancias, disfrutaron como hac¨ªa tiempo. En acci¨®n Sergio Gal¨¢n, que manifest¨® un claro dominio de los terrenos. Reunido con el novillo, que fue de m¨¢s a menos, siempre por lo cl¨¢sico. En banderillas, montando a Montoli¨², dos quiebros de alta escuela. A partir de ah¨ª, con el p¨²blico en el bolsillos, coser y cantar. Bien en la ejecuci¨®n y certero al clavar, el rejonazo de muerte provoc¨® el delirio. Y el recuerdo de Vidri¨¦.

La novillada de Lagunajanda fue una sucesi¨®n de hermosos inv¨¢lidos. S¨®lo fachada. Pero nobles. Oficio en Andr¨¦s Gonz¨¢lez. Rudimentario pero seguro, los entendi¨®. Certero con la espada. Las suyas, las mejores estocadas de la feria. Las dos faenas de Sergio Serrano tuvieron excelente caligraf¨ªa. Sutiles. En el ¨²ltimo firm¨® naturales de alta distinci¨®n.