Hace 1.300 a?os...
Llegaron los romanos. Mala suerte para los celt¨ªberos, pero para el aznarismo aqu¨¦lla no fue una usurpaci¨®n. ?Qu¨¦ orgullo haber pertenecido al Imperio, que nos dio su idioma, sus leyes, etc¨¦tera (y luego el nombre de la organizaci¨®n fundada por J. A. Primo de Rivera)! ?Roma Madre! Llegaron los visigodos, los "b¨¢rbaros", y se hicieron con lo que hab¨ªa. Para el aznarismo tampoco se trataba de una usurpaci¨®n, y menos cuando dejaron de herej¨ªas. Adem¨¢s, ?qu¨¦ orgullo tener sangre germana en las venas! Llegaron los "moros". ?Una usurpaci¨®n sin paliativos! Llegaron los espa?oles a Am¨¦rica. ?Una misi¨®n santa! ?Que s¨®lo les interesaba el bot¨ªn, como al Cid? ?Mentira! ?Era un deber llevar la religi¨®n verdadera a aquellas almas imp¨ªas! ?De usurpaci¨®n nada! Est¨¢ claro, pues, que los ¨²nicos malos de la historia son los malditos "moros". Las ra¨ªces de Al Qaeda hay que buscarlas en Espa?a, unos 1.300 a?os atr¨¢s, y lo que debe hacer el mundo ahora es emular a los valientes que, bajo los Reyes Cat¨®licos, lograron finalmente deshacerse de los descendientes de aquella mala ralea que hab¨ªa tenido la osad¨ªa de cruzar el Estrecho en 711 y, lo que es peor, quedarse. Adem¨¢s, ?no remataron otros espa?oles el asunto unos 120 a?os despu¨¦s con la "expulsi¨®n preventiva" de los moriscos (expulsi¨®n justificada por Mart¨ªn de Riquer en una infame nota a pie de p¨¢gina, nunca revisada, de su edici¨®n del Quijote, al comentar el episodio de Ricote)? A ver si se entera el resto de los mortales de que la Reconquista fue una de las haza?as m¨¢s gloriosas de todos los tiempos.
Que Aznar la tiene tomada con los ¨¢rabes es bien conocido, y uno se ha sentido en la obligaci¨®n de comentar aqu¨ª, m¨¢s de una vez, tan empedernida obcecaci¨®n. Pero lo que ha dicho en Georgetown pasa ya de la raya, y la Comunidad de Musulmanes Espa?oles ha hecho bien en denunciar el "contenido xen¨®fobo, hist¨®ricamente falso y ofensivo" de la conferencia. Ofensivo, desde luego lo fue, pero lo que realmente produce verg¨¹enza ajena es que Aznar y los suyos pasan por alto todos los aspectos positivos de la coexistencia en Espa?a, a lo largo de muchos siglos, de gentes de diversas religiones, lenguas y culturas. Como si no hubiera habido, tanto en territorio cristiano como musulm¨¢n, generaciones de eruditos, fil¨®logos, astr¨®nomos, traductores y cient¨ªficos y otros de distinta procedencia pero de valores humanos compartidos, que juntos y compenetrados hicieron una contribuci¨®n ¨²nica al avance de la civilizaci¨®n. ?No ha le¨ªdo Aznar nada sobre C¨®rdoba, sobre Toledo? ?No ha reflexionado nunca sobre el hecho de que la religi¨®n que dice profesar procede de Oriente e insiste sobre la fraternidad que debe existir entre todos los hombres, hijos cada uno del mismo Dios?
En su discurso ante la ONU Zapatero pudo haber aludido m¨¢s directamente a 1492 y pedido perd¨®n al mundo ¨¢rabe por lo ocurrido entonces y m¨¢s tarde, as¨ª como hizo el Rey medio milenio despu¨¦s con los jud¨ªos sefarditas. Esperemos que no se desperdicie en este sentido el cuarto aniversario de la publicaci¨®n del Quijote, con su narrador musulm¨¢n y sus alusiones a los sufrimientos de los moriscos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.