Un Presupuesto para cambiar el modelo econ¨®mico
El objetivo de estabilidad limita la inversi¨®n en I+D e infraestructuras
Los Presupuestos Generales del Estado para 2005 persiguen dos objetivos principales. El primero y principal es influir mediante el gasto del Estado para cambiar el modelo de crecimiento econ¨®mico. El patr¨®n econ¨®mico seguido por los Gobiernos del PP consist¨ªa en favorecer la construcci¨®n -obra civil, vivienda- como pilar del crecimiento, en tanto que adem¨¢s se garantizaba un aumento del empleo, aunque fuera escasamente cualificado y laboralmente precario; y el consumo, inyectando dinero extra en los bolsillos de los consumidores mediante rebajas del IRPF. Este patr¨®n tiene graves efectos secundarios. Se llaman deslocalizaci¨®n, desaparici¨®n de industrias enteras dependientes de la productividad (por ejemplo, el textil) y riesgos financieros derivados de la probabilidad de una ca¨ªda brusca de los precios de la vivienda. En su lugar, los gestores econ¨®micos del PP pretenden fundamentar el crecimiento econ¨®mico en el crecimiento de la productividad derivada de m¨¢s capital humano, m¨¢s capital tecnol¨®gico y, por lo tanto, m¨¢s productividad. De forma que la creaci¨®n de riqueza no dependa de la fabricaci¨®n de productos de escaso valor a?adido, empleo precario y el vendaval de la deslocalizaci¨®n. El segundo, ya se puede avanzar, es el equilibrio presupuestario.
?Responde este crecimiento al pretendido cambio de modelo? Pues s¨®lo en parte. La inversi¨®n en infraestructuras crece el 9,1% y la que se aplicar¨¢ el I+D+i el 25%. Son cifras espectaculares, pero lo cierto es que el punto de partida, sobre todo en el caso del de investigaci¨®n y desarrollo, es muy baja. Es evidente que este Presupuesto es m¨¢s agresivo en t¨¦rminos de inversi¨®n p¨²blica, pero lo cierto es que esa debilidad del punto de partida, su efecto principal, ser¨¢ marcar un cambio de tendencia hacia una econom¨ªa con m¨¢s valor a?adido y m¨¢s productividad. Pero esa tendencia deber¨¢ acentuarse en presupuestos sucesivos para que se aprecie la profundidad del cambio.
Dos cuestiones
De tal argumentaci¨®n surgen inmediatamente otras dos cuestiones. El patr¨®n econ¨®mico no cambia de la noche a la ma?ana y las inversiones en m¨¢s productividad no tienen maduraciones r¨¢pidas. Por tanto, durante una parte de la legislatura la construcci¨®n debe seguir empujando el crecimiento. Pero con un mercado con m¨¢s orden que el exceso inmobiliario de las dos legislaturas anteriores. Por esa raz¨®n, la inversi¨®n en vivienda aumentar¨¢ durante el ejercicio un 34%, un indicador de que el Gobierno se ha tomado en serio el problema de la vivienda.
La otra interrogante remite necesariamente al segundo objetivo del Gobierno que limita activamente el Presupuesto. Es la condici¨®n de estabilidad presupuestario o, dicho con m¨¢s exactitud, la autoobligaci¨®n de presentarse ante la opini¨®n p¨²blica con un super¨¢vit. En este caso, es un excedente presupuestario modesto (el 0,1% del PIB), pero aqu¨ª est¨¢ la raz¨®n por la cual el esfuerzo inversor en el cambio de patr¨®n econ¨®mico tiene que ser forzosamente limitado. As¨ª que este Gobierno apuesta moderadamente por un nuevo modelo de crecimiento.
La condici¨®n de estabilidad presupuestaria obliga a m¨¢s. Condiciona indirecta, pero poderosamente, los c¨¢lculos de PIB y de recaudaci¨®n fiscal. Por tanto, favorecen la tentaci¨®n de fabricar las cuentas p¨²blicas al rev¨¦s, es decir, partiendo de que el crecimiento de PIB es necesario para conseguir las cuentas requeridas. En este aspecto, el primer presupuesto de Rodr¨ªguez Zapatero sigue la estela de los de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, aunque sin su pertinacia en definir a?o tras a?o tasas de crecimiento abiertamente inalcanzables. Con el petr¨®leo en 47 d¨®lares y sin traza alguna de bajar, resultaba m¨¢s prudente calcular el Presupuesto con crecimientos inferiores al 3%. Digamos que una hip¨®tesis de crecimiento del 2,5% en 2005 era m¨¢s ajustada a las condiciones actuales. El atenuante es que si la previsi¨®n de ingresos no se cumple, el limitado crecimiento de los gastos evitar¨¢ probablemente da?os de consideraci¨®n sobre el equilibrio fiscal.
Pero, adem¨¢s de los objetivos estrictamente econ¨®micos, la aplicaci¨®n del Presupuesto 2005 debe recuperar una idea perdida durante ocho a?os: la de que las cuentas p¨²blicas son un instrumento para actuar sobre la econom¨ªa, es decir, una palanca de pol¨ªtica econ¨®mica. El Presupuesto del PP era un ejercicio de contabilidad que llevaba impresa la renuncia a toda pol¨ªtica.
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