Libertad
Los gobiernos de izquierdas cometen errores grav¨ªsimos de comunicaci¨®n. A veces, transmiten las noticias buenas de tal modo que parecen malas. Resulta incre¨ªble que perpetren fallos tan elementales con los medios de que disponen. Es evidente que la legalizaci¨®n de los matrimonios entre homosexuales otorga a unas minor¨ªas tradicionalmente perseguidas los mismos derechos civiles que al resto de la poblaci¨®n. Todos deber¨ªamos alegrarnos de ello, pues beneficiar¨¢ a la convivencia. Pero se ha explicado tan mal que los obispos han interpretado que estos matrimonios ser¨¢n obligatorios y que quiz¨¢ ellos, una vez que la ley entre en vigor, estar¨¢n obligados a casarse con sus p¨¢rrocos. Cuando se legalizaron los anticonceptivos, tambi¨¦n se les hizo creer err¨®neamente que tendr¨ªan que consumirlos a la fuerza, de ah¨ª su oposici¨®n.
?Es tan dif¨ªcil explicar que nadie ser¨¢ obligado a contraer matrimonio si no quiere? Los obispos podr¨¢n continuar siendo solteros, aunque, si por una de esas cosas de la vida, un d¨ªa decidieran pasar por el juzgado, se les atender¨ªa. Es decir, que uno podr¨¢ hacer lo que quiera sin molestar al vecino y sin que otros se vean obligados a seguir su ejemplo. Si a simple vista es as¨ª de fant¨¢stico, ?por qu¨¦ estos se?ores se han enfadado tanto? Pues porque se les ha expuesto el asunto de manera farragosa. Para entendernos: la diferencia respecto a la ¨¦poca en la que gobernaban ustedes, monse?ores, es que entonces era obligatorio casarse por la Iglesia, a la que se concedi¨® tambi¨¦n el monopolio de las disoluciones matrimoniales, que cobraban, por cierto, a precio de oro.
Y, hablando de disoluciones matrimoniales, cuando se legaliz¨® el divorcio, que redujo notablemente la actividad extorsionadora del tribunal eclesi¨¢stico de La Rota, los obispos pusieron el grito en el cielo una vez m¨¢s no porque estuvieran en contra de la libertad, que han defendido siempre con u?as y b¨¢culos, sino porque interpretaron que ser¨ªa obligatorio. Se les explic¨® fatal. Con el tiempo, han comprendido que se trata de un acto voluntario y lo aceptan con la naturalidad con la que lo han aceptado en el caso de Letizia Ortiz. Se?ores ministros, hagan el favor de expresarse con claridad.
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