Mujer ten¨ªa que ser
La Secretar¨ªa de la Mujer del Sindicato de Periodistas de Catalu?a ha enviado un correo electr¨®nico a las mujeres de la asociaci¨®n, que empieza as¨ª: "Apreciadas, os queremos informar de que desde la Secretar¨ªa de la Mujer del SPC estamos organizando un curso de Nuevas Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n para mujeres periodistas con la colaboraci¨®n del SPC". Luego te explican que ser¨¢ un curso eminentemente pr¨¢ctico por su aplicaci¨®n profesional al trabajo period¨ªstico y que ser¨¢ impartido por profesoras periodistas en activo. Te advierten tambi¨¦n de que si alguna periodista est¨¢ en el paro pero quiere apuntarse al curso, puede hacerlo, siempre que demuestre su situaci¨®n. El texto viene firmado por Elena Tarifa, periodista y mujer de apellido evocador teniendo en cuenta que el curso consta de tres m¨®dulos a 30 euros cada uno.
La inform¨¢tica es una actividad que se supone que puede interesar por igual a los dos sexos
De la lectura de esta circular se deduce que las integrantes de esta Secretar¨ªa del Sindicato de Periodistas de Catalu?a consideran oportuno impulsar clases de inform¨¢tica s¨®lo para las asociadas, pero no para los asociados. Un asociado que quiera aprender los misterios del Word Perfect, tan ¨²til para nuestro oficio, no puede apuntarse al curso. Y eso que la inform¨¢tica es una actividad que se supone que puede interesar por igual a los dos sexos (otra cosa ser¨ªa una charla sobre "calidad de vida y menopausia", por ejemplo). Por tanto, debe haber una buena raz¨®n por la cual nuestras amigas, tan preocupadas por la discriminaci¨®n y el sexismo, hayan decidido que el curso es s¨®lo para mujeres y que s¨®lo lo imparten mujeres. No creo que esta segregaci¨®n sexual se deba a motivos religiosos, aunque todo podr¨ªa ser. (A lo mejor, a partir de ahora, si los hombres y mujeres del sindicato quieren tomar el sol, van a playas separadas.) Tampoco creo que sea por cuestiones de rendimiento escolar. Y eso que todos sabemos lo calentorros que son algunos miembros de la profesi¨®n. Si en la misma clase juntamos a fulanito, de la secci¨®n de deportes de tal diario, con meganita, de la secci¨®n de necrol¨®gicas de tal otro, probablemente no aprovechar¨¢n demasiado el temario, pero eso no es una raz¨®n de peso a la hora de dise?ar el curso. No. Esta discriminaci¨®n s¨®lo puede deberse a la sensibilidad por parte de la secretar¨ªa hacia nuestras carencias. En efecto, todo el mundo sabe que las mujeres no entendemos de ordenadores. Somos mucho m¨¢s torpes que los hombres con los aparatos electr¨®nicos. Inteligencia emocional tenemos para parar un tren, la que ustedes quieran, pero bajar m¨²sica gratis, visitar webs porno, hacer hojas de c¨¢lculo o dise?ar p¨¢ginas web no es lo nuestro. Conscientes, pues, de nuestras limitaciones femeninas, las amigas de la secretar¨ªa han decidido no dejar entrar a los hombres a nuestras clases. Nos sentir¨ªamos cohibidas por la diferencia de niveles. Ellos dominan tanto estos temas incomprensibles y aburrid¨ªsmos, ?verdad? Es la misma raz¨®n por la cual el profesorado es exclusivamente de sexo femenino. ?Qui¨¦n sino una mujer sabr¨¢ disculpar y comprender las limitaciones de otra mujer?
La iniciativa es maravillosa y, si tiene ¨¦xito, se puede ampliar a otros ¨¢mbitos, porque las chicas, ya se sabe, tenemos tanto qu¨¦ aprender... ?No ser¨ªa estupendo que una profesora periodista en activo diese un curso de conducci¨®n s¨®lo para mujeres periodistas? El temario incluir¨ªa una lecci¨®n especial sobre c¨®mo aparcar y otra sobre c¨®mo cambiar la rueda. Por supuesto, si los hombres periodistas tienen inter¨¦s en tomar clases de inform¨¢tica s¨®lo para ellos e impartidas s¨®lo por varones, que creen una Secretar¨ªa del Hombre, aunque no se lo aconsejo, m¨¢s que nada porque las de la Secretar¨ªa de la Mujer se pondr¨ªan como las cabras y les acusar¨ªan de sexistas.
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